Entrevista

La exsenadora de Podemos que denuncia la caja de solidaridad: “No había ninguna transparencia”

Celia Cánovas afirma que no actúa por animadversión hacia su antiguo partido y que sólo busca “que la gente abra los ojos y conozca la falta de coherencia y principios de sus dirigentes”

La abogada Celia Cánovas, en la imagen, fue senadora de Podemos
La abogada Celia Cánovas, en la imagen, fue senadora de PodemosLa Razón

La Audiencia de Madrid le ha reconocido finalmente la condición de perjudicada que el juez le negó en la investigación sobre la supuesta financiación irregular de Podemos, lo que permitirá a la abogada Celia Cánovas (Barcelona, 1966), exsenadora de la formación morada, ejercer la acusación particular en el procedimiento. Cánovas denunció que la formación “infló” una donación suya de 3.000 euros a la “caja de solidaridad” del partido por la que después recibió un certificado en el que figuraba que su aportación había sido de 5.000 euros. Ahora, al reabrir el tribunal la investigación para esclarecer si se incurrió en un delito de administración desleal en la gestión de esos fondos, la letrada piensa pedir al instructor que reclame a Podemos las certificaciones de esas donaciones. Cánovas afirma que no tiene “ni idea” del destino de los 25.000 euros que donó de su sueldo de senadora a la formación morada.

-¿Cree que la decisión judicial refuerza su denuncia sobre supuestas irregularidades en la “caja de solidaridad”?

-Sí que la refuerza, en tanto en cuanto la resolución se basa en la reapertura de esa investigación. Es la base de que se me vuelva a admitir como perjudicada. Si yo entrego un dinero al partido para unos fines, que además nunca se me explican, y supuestamente pudo ser desviado a otra finalidad, puede haber una administración desleal de esos fondos del partido y hay jurisprudencia que así lo establece.

-¿En qué momento comienza a sospechar de la gestión de esos fondos?

-Yo no he sospechado realmente. He confiado, he pecado de inocencia, como la mayoría de los que estábamos allí. Se nos decía que ese dinero era para que el partido se financiase sin necesidad de recurrir a los bancos y para fines sociales. Pero el momento clave es cuando me entero de la denuncia de Calvente, estando en el Senado. Es lo que me hizo saltar. Pensé que si Calvente decía eso ahí había algo.

-¿Se les trasladó que parte de ese dinero también era para el partido?

-A mí no se me decía nada de la caja de solidaridad, lo desconocía por completo. Se nos decía que iba para el partido y para causas sociales. Sí recuerdo que a principios de 2017 el partido dio 3.000 euros al grupo parlamentario en el Senado para que decidiésemos a qué fines sociales queríamos destinarlos. Di por supuesto que venía de nuestras aportaciones. Un par de senadores nos encargamos de buscar tres asociaciones, una de apoyo a mujeres maltratadas, otra antidesahucios y otra de protección de animales, para donarles mil euros a cada una. Se quejaron de que les tardó bastante en llegar porque les pedían bastantes requisitos. Fue la única vez. Ya no supe nada más. Desde entonces no me consta que se promoviese una iniciativa de ese tipo

-¿Sabe a dónde fueron a parar sus aportaciones?

Ni idea. Los que no éramos cargos orgánicos no sabíamos a qué se destinaban, solo lo conocía la Ejecutiva del partido. Teníamos a un cobrador que cada mes nos reclamaba todos nuestros gastos en dietas, porque si nos pasábamos todo lo que excediese de la cantidad tope debíamos reintegrárselo al partido, además de lo que superase los tres salarios mínimos. Pero en mi caso, como yo pagaba 1.000 euros mensuales fijos, no me hacía falta justificar nada, aunque guardaba los recibos.

-¿Trasladó a alguien de Podemos sus reticencias sobre la gestión de esos fondos?

-No. Nunca llegué a hacerlo. Me empecé a molestar cuando me reclamaron más dinero. Yo había llegado a un pacto con el partido y les dije que no podía permitírmelo, pero me dijeron que tenía que pagar. El fin es que no cumplas el código ético para que así no puedas presentarte candidata a ningún cargo dentro del partido. Me harté y les dije que o me aceptaban ese pago de mil euros mensuales o se lo contaría a la prensa y donaría ese dinero a los círculos del partido. Al día siguiente me dieron el número de cuenta. Aguanté la legislatura y casi al final fue cuando se publicaron las denuncias de Calvente y Carmona. Eso es lo que me hizo despertar y empezar a atar cabos. Decidí dejar de donar.

-Ejercerá la acusación particular en el procedimiento, ¿piensa solicitar al instructor que investigue ese supuesto inflado de las donaciones que denunció?

-Quiero ver qué pasa con esto y cómo se contabilizaron las aportaciones. Sí tengo pensado pedir al juez que requiera a Podemos que aporte los justificantes de esas donaciones.

-¿Se ha sentido presionada en redes sociales por sus denuncias contra Podemos?

-He recibido críticas, pero últimamente más apoyos. La verdad es que siempre hay insultos y tengo muchos bloqueos de gente. Soy una persona coherente y cuando veo que me han engañado no tengo perdón. Se han portado muy mal conmigo. A mí me han engañado y no quiero que sigan engañando a la gente.

-El juez no vio indicios de irregularidades. ¿Cree que ese fondo solidario se ha gestionado de forma transparente?

-Transparencia ninguna. No está publicado en ningún portal de transparencia. Yo me enteré por la prensa de las transferencias a una asociación, #404 Comunicación Popular, que no sabemos qué actividad tiene. El dinero en teoría era para fines sociales. Yo no sé el dinero que se la ha transferido ni para qué y tenemos derecho a saberlo y a conocer si eso es delictivo ¿No era más fácil hacer una ayuda directa y no a través de una asociación intermedia? Esto se tiene que aclarar.

-La Fiscalía se opuso a que se le considerase perjudicada porque “entregó las cantidades voluntariamente”. ¿Esas aportaciones eran realmente voluntarias?

-Tan voluntarias que si no las pagabas te trataban de morosa y no podías presentarte a ningún cargo electo. Para mí eran obligatorias. Fue todo muy precipitado y no se reguló adecuadamente porque nadie se esperaba el éxito electoral de 2015.

-Usted fue senadora por Podemos, ¿por qué decidió abandonar el partido?

-Por su falta absoluta de coherencia, por decir una cosa y hacer lo contrario. Yo defiendo que el político debe ser honesto y coherente. No comulgo nada con esas prácticas. Son un cúmulo de circunstancias, pero el último año de senadora fue terrorífico para mí porque había puesto de manifiesto mi oposición a muchas cosas y vi que no se podía opinar distinto de la línea oficial.

-Podemos esgrime la animadversión de sus ex abogados para restar credibilidad a sus denuncias. ¿Actúa usted por animadversión hacia su antiguo partido?

-Es propio del ser humano tener un cierta animadversión tras comprobar, como es mi caso, una gran farsa, pero no me mueve ninguna animadversión sino, sobre todo, el interés en que la gente abra los ojos y conozca la falta de coherencia y de principios de los dirigentes del partido, para intentar demostrar así públicamente lo que intentan esconder por su falta de transparencia.