Balance
Pablo Iglesias reconoce “tics machistas” en su forma de hacer política
El candidato de Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid hace balance sobre su paso por la política y asume que “su figura está gastada” y fía el futuro de su proyecto a Yolanda Díaz, que cree que “aportará más votos que él”
El candidato de Unidas Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias, hace un repaso sobre su estancia en política, la cual asegura que todavía no ha acabado, y reconoce “tics machistas” en su forma de hacer política. En una entrevista en “Corriere della Sera” explica que “todos los hombres, incluidos los que tenemos responsabilidades políticas, seguimos teniendo muchos tics, defectos que derivan del mundo machista en el que crecimos”.
El también ex vicepresidente del Gobierno es consciente en primera persona de ello e insiste en la importancia del papel de las mujeres en un mundo en el que “estereotipos de varones” marcan la forma de hacer política. Atrás quedan carteles tan personalistas y que fueron criticados por los partidos y en las redes sociales por tener tintes machistas, como aquel que anunciaba la vuelta de Iglesias en 2019 tras su baja por paternidad en el que se podía leer la palabra “·VuELve” en letras moradas.
“Organizaciones políticas, económicas o gobiernos que suelen estar encabezados por mujeres logran aportar una sensibilidad humana que hace que toda la estructura funcione mejor. Sin idealizarlo como una solución universal, el feminismo es la clave para las próximas transformaciones sociales”, asegura.
El líder de Podemos reconoce también en su entrevista que su “figura está gastada”, de ahí -en parte- su salida del Gobierno y su apuesta porque el futuro de Unidas Podemos recaiga sobre la figura de la vicepresidenta tercera del Gobierno, Yolanda Díaz. A su juicio “está claro” que ella “aporta más votos” que él a su formación política.
“La política corre rápido y mi figura está gastada. Tienes que saber cuándo dar un paso adelante para conducir y cuándo dar un paso atrás para mantenerte en una posición más modesta”, dice este viernes en el suplemento “7” del Corriere della Sera, a escasos días de las elecciones en Madrid. Un escenario que, sin embargo, no se producirá de inmediato como ha confirmado él mismo horas después. Hasta 2023 no prevé ceder el liderazgo de Podemos y, de hecho, tiene previsto entrar en la Asamblea de Madrid, incluso en el caso de que no consiga la presidencia de la Puerta del Sol. Sin embargo, cree que su papel será el de ponerse “a las órdenes de Yolanda”. Y ejemplifica, “en baloncesto, el pívot es el que pone más balones en la canasta. Para mí está claro que Yolanda aporta más votos que yo a nuestro proyecto”, afirma en una entrevista en la que también asegura que el feminismo es “más transversal socialmente que el movimiento obrero” y que le da “vértigo” lo que ha logrado “desde el punto de vista histórico”.
Para el todavía líder de Unidas Podemos, está claro que “el movimiento feminista es la nueva gran revolución, está desempeñando un papel mundial comparable únicamente al que tuvo el movimiento obrero en el pasado”, pero “más transversal socialmente y por eso mismo puede provocar grandes transformaciones económicas: poner la economía de los cuidados en el centro del debate, liberando energías previamente ocultas”.
Y esto es posible porque “la pandemia ha cambiado los paradigmas de la política. Antes de la Covid era tabú hablar de mutualización de la deuda, gasto público y del Estado necesario para el despertar de la economía. Eran solo nuestros temas, ahora todos se han apoderado de ellos. Es hora de pedir más por la igualdad y la política social y esto se puede hacer sólo con el feminismo”.
“Todos tenemos que ser feministas”, afirma el candidato, que a la pregunta de qué enseña a sus hijos responde que quiere “evitarles los arquetipos” con los que él creció y “ser hombres de otra manera, hombres que lloran, que no gritan, que no levantan la mano a nadie”.
Sobre sus logros políticos, Iglesias afirma que le “da vértigo” ver lo que ha conseguido “desde el punto de vista histórico” y añade: “Ni siquiera el líder del mayor partido comunista de Occidente, Enrico Berlinguer, logró llegar adonde he llegado yo: un marxista en un gobierno de la OTAN”.
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