Covid

Gibraltar empieza a discriminar a sus no-vacunados (también los españoles)

El Peñón deja quitarse la mascarilla a los trabajadores de la hostelería sólo si han sido vacunados y amenaza con quitar la licencia a los dueños del establecimiento si no llevan su cartilla de vacunación en el bolsillo

Una mascarilla tirada en el suelo de la calle Real de Gibraltar
Una mascarilla tirada en el suelo de la calle Real de GibraltarMarcos Moreno /Europa Pres

El milagro gibraltareño contra el Covid empieza a revelar zonas de sombra. En aparente contradicción con las recomendaciones del Consejo de Europa, que ha alertado del posible efecto “discriminatorio” de medidas de este tipo, las autoridades del Peñón permitirán a partir de ahora que las trabajadores de los bares, restaurantes y demás establecimientos hosteleros se quiten la mascarilla si han recibido ya las dos dosis de la vacuna contra el Covid-19.

“Debido a la exitosa administración de las vacunas, la elevada tasa de inoculación entre el personal de restauración y la consiguiente escasa prevalencia del Covid-19 en Gibraltar, se dispensará del porte de mascarilla a los empleados de este sector que hayan recibido ambas dosis de la vacuna contra el Covid-19″, reza un comunicado del Servicio de Información del Peñón publicado hoy mismo.

“Controles aleatorios”

Hasta ahí todo son buenas noticias. Los problemas empiezan a aparecer cuando se tiene en cuenta que las autoridades del Peñón someterán a los establecimientos “a controles aleatorioscentrados en aquellos que se acojan a la dispensa”. Es pertinente señalar que buena parte de la mano de obra barata que sustenta la economía del Peñón es de origen español y que la práctica totalidad de los dueños de los establecimientos son gibraltareños con nacionalidad británica. Mientras que en la colonia militar británica la vacunación es prácticamente total, no se puede decir lo mismo de los municipios al otro lado de la Verja.

Las autoridades del Peñón avisan de que “Cualquier establecimiento que no cumpla con las condiciones de su permiso relativas al porte de mascarilla por parte de los empleados corre el riesgo de que se revoque su licencia para operar”. Y también puede haber sanciones judiciales ya que se avisa de que “además, el incumplimiento de estas condiciones podría conllevar la emisión de una notificación de sanción fija o que la cuestión sea dirimida en la Corte de Magistrados”.

Los recelos del Consejo de Europa

La decisión de la colonia británica hace recordar inmediatamente el debate ético que rodea las medidas que puedan suponer discriminación para las personas que decidan no vacunarse y sobre la presión a las que se les puede someter para que desvelen datos médicos.

El Consejo de Europa ha llamado la atención sobre el posible efecto discriminatorio que medidas de este tipo pueden tener. “Cuando se trata de los certificados de vacunación o pasaportes, es entendible que la gente busque la manera de vivir su vida de forma más normal, pero las diferencias injustificadas en el tratamiento de las personas basadas en su estatus sanitario puede comportar discriminación”, dijo Marija Pejcinovic, secretaria general del Consejo de Europa.

A las dudas éticas se añaden también las técnicas ya que no existen suficientes evidencias científicas que demuestren que la vacuna imposibilite a los inoculados tanto el contagio como la capacidad de contagiar como para permitirles más capacidad de movilización.

“Un documento que dé acceso a la gente vacunada a derechos, servicios y lugares es problemático si ese acceso sigue prohibido a aquellos que no pueden ser vacunados”, ha dicho Pejcinovic en un mensaje remitido a la comisión permanente de la Asamblea Parlamentaria del organismo.