Sin rencor

Iván Redondo: “Decidí parar y paré. Estoy al servicio del presidente y para lo que necesite mi país”

El ex director de Gabinete es investido cofrade de Honor del queso Idiazabal. Reaparece después de 60 días de silencio absoluto sin una palabra negativa ni para el Gobierno ni para el presidente

Iván Redondo ha vuelto a aparecer en la vida pública. Lo ha hecho en su tierra, en Ordizia, capital de la comarca del Goierri, en la provincia de Guipuzcoa, para ser “entronizado” cofrade de Honor de la Cofradía del Queso Idiazabal, mismo reconocimiento que recibió el lendakari Iñigo Urkullu en el año 2016.

Junto a Redondo recibieron el título de cofrade de Honor el cocinero donostiarra Andoni Luis Aduriz, nombrado en estos días tercer mejor cocinero del planeta por sus compañeros de profesión en los The Best Chef Awards; el pastor Gerardo Garmendia, primer pastor de Aralar en producir queso de montaña Zaldibia con etiqueta de la Denominación de Origen, el Goierriko Nekazal Kooperativa -Sindikato-; y la sección de baloncesto de Ordizia KE en sus bodas de oro.

Redondo y su familia de pastores

Iván Redondo estaba emocionado. Estuvo acompañado de su mujer Sandra y de su madre, Juana Mari. Era su primera aparición pública desde la remodelación del Gobierno el 10 de julio. Tuvo un recordatorio en su discurso para su abuelo Ildefonso, originario del norte de Navarra, y pastor de la oveja Latxa, trabajo al que se dedicaron todos sus tíos en sus tiempos de juventud.

“Mi abuelo Ildefonso estaría muy contento hoy, igual que mis tíos, porque para nosotros es muy importante todo lo que forma parte de nuestra identidad y los pastores tienen esa sabiduría importante. Todos los días de su vida me dijo: Iván, las palomas se van. ¿Qué quería decirme con esto? Que tenía que diferenciar la señal del ruido, y que a veces tienes que irte con estas palomas porque no puedes evitar que se vayan. Es la fórmula para definir el hoy, aquí y ahora, para superar las etapas de la vida”, dijo.

Desayuno de pastores antes de hablar

Redondo con vestimenta informal y una camiseta del Museo de Chillida -Chillida Leku, un gran espacio de jardines y bosques el caserío de Zabalaga donde Chillida distribuyó gran parte de su obra-, asumió el protocolo de la Cofradía que empieza con el hamaiketako, el desayuno de las 11, aunque empezó a las 10.30, haciendo un mix con el tradicional desayuno de los pastores, el hamaketako. Tras el -más que copioso y contundente desayuno-, los cofrades visitaron el Museo, Centro de Interpretación, de Elikaluz antes de llegar a la parroquia de Ordizia.

La atención mediática era muy importante. Que los medios vascos y navarros asistan a la tradicional ceremonia es lo habitual, pero esta vez la presencia de Redondo, un vasco no independentista que recibe un premio en una comarca abertzale, disparó todas las previsiones y Redondo habló después de 60 días justos de su marcha de Moncloa:

“Decidí parar y paré y el presidente lo entendió. No voy a volver, al menos en este momento no. He salido del mejor lugar del mundo, pero también quiero ser muy claro, estoy al servicio del presidente del Gobierno y para lo que necesite mi país”, dijo el ex director de Gabinete de la Presidencia del Gobierno.

Redondo, sin rencores y en contacto con Sánchez

Ni una palabra negativa, ni rencor, ni recriminación al presidente porque, fiel a su palabra, nunca discrepa en público. Se le preguntó por su futuro. “El futuro está lleno de una palabra mágica, el mañana. En los próximas semanas se conocerán algunos de los pasos que daré en el futuro”, dijo el otrora hombre todopoderoso en La Moncloa que algunos empiezan ya a echar de menos.

Los periodistas le preguntaron por su relación con el presidente. “Siempre estamos en contacto pero no me corresponde a mí ampliar esta información, como también estoy en contacto con ministros y ministras. Ha habido una relación especial, la sigue habiendo y la va a haber siempre. La relación entre un presidente del Gobierno y su director de Gabinete siempre existe”, explicó porque “hemos vivido unos momentos interesantes e históricos, y es una relación muy especial entre dos personas”.

Así fue su reaparición. Discreta y escrupulosa con su saber hacer. Si alguien esperaba críticas a Pedro Sánchez se ha quedado con las ganas. Otra vez, como él mismo dijo una vez en el Congreso, se ha tirado por el barranco por el presidente del Gobierno. Algunos se preguntan por qué este agradecimiento no ha sido mutuo. Redondo no los sacará de dudas.