Toni Bolaño

Las campañas y las encuestas las carga el diablo

Desde el PSOE se mira a Portugal, pero no es más que un espejismo

Las campañas electorales las carga el diablo. Los sustos y los disgustos siembran de obstáculos las rutas marcadas por los estrategas. Castilla y León nunca ha sido un referente nacional, pero ahora sí. Por dos razones. Porque el PSOE no atraviesa su mejor momento, pues sus estrategas dinamitan día sí y otro también al Gobierno de Coalición como si hubiera otra alternativa a la coalición PP y Vox. Desde el PSOE ahora se mira a Portugal, una especie de sueño húmedo, cuando no es más que un espejismo. Antonio Costa es un valor añadido al Partido Socialista y ha doblado el codo a la derecha que abre un periodo de incertidumbre por el sonoro descalabro, no solo por la derrota ante el PS, sino por el ascenso de la extrema derecha.

Está por ver si Pedro Sánchez es un valor añadido para el PSOE. Castilla y León es el primer examen. Luego vendrán otros más complejos, como Andalucía. No debe parecerle al equipo del presidente que Sánchez sea un valor añadido porque se ha puesto de perfil en la campaña, solo irá cuatro veces, y ha enviado a los segundones para evitar el desaguisado. Si Adriana Lastra y Félix Bolaños lo evitan serán elevados a los altares, pero no parece que cuenten con el favor divino.

Y, segunda razón, porque el PP ha puesto a Castilla y León como la primera meta volante de Casado en su larga carrera hacia La Moncloa. Mañueco adelantó las elecciones para así pillar a Ciudadanos con el paso cambiado y para achicar espacios a la emergente España Vaciada. Las encuestas le dan la razón, pero solo un recordatorio malvado. En Portugal no ha acertado ni una. Mañueco dice que su rival es Sánchez, en un remake del 4 de mayo de Ayuso, porque el PSOE de Castilla y León es una correa de transmisión del PSOE de Ferraz y Moncloa.

¿Y qué es el PP? Bueno, no parece que Mañueco lo sepa vista su actuación el viernes en la Cadena SER. Solo les apunto una idea. Mañueco adelantó elecciones para que Casado coja ímpetu en su carrera presidencial y elimine a Ayuso como el referente de las victorias, algo de lo que el líder del PP no puede presumir. Ahora hace un año, con Casado al frente, el PP de Cataluña se vio reducido a una entelequia. Y miren las encuestas. Ayer publicamos que el PP pierde ocho diputados en un mes, y eso que el PSOE no está fino.

Con este escenario, las declaraciones del ministro Garzón calentaron la precampaña. El PSOE se atascó ante los ataques del PP, y Podemos utilizando la polémica como táctica de yudo, aprovechando la fuerza del contrario para derribarlo, ha levantado cabeza. Lo de Garzón hubiera pasado sin pena ni gloria, pero el 13-F hizo su milagro y lo elevó hasta el centro del combate, en el que todos ganaron menos el PSOE.

Ahora otras declaraciones, está vez del expresidente Aznar, han caído como una bomba en el PP y el PSOE las ha convertido en la madera a la que agarrarse para salvarse del naufragio. Aznar, líder del PP, expresidente del PP, acudió a un mitin de los populares para apoyar al candidato a la Junta, Mañueco, y de paso dar impulso al líder partido, Casado. Pues, nada de eso. Aznar hizo de fuego amigo tratando a Casado como Felipe a Almunia cuando dijo aquello de: «Joaquín date a conocer».

Aznar le metió el dedo en el ojo a Casado el primer día de campaña. Llegó para reforzar y ha abierto una grieta cuando dijo que muchos «no tienen un referente en quién confiar». Y no se refería a Ayuso, of course. Ayer salió a matizar, y si tienes que matizar es que has metido la pata. La salida de tono durará porque el PSOE la utilizará con vehemencia, aunque no descarten que en breve el Gobierno presente el PERTE de Castilla y León. Una casualidad, claro.