Terrorismo

El atentado que provocó el despliegue del GAR de la Guardia Civil en el País Vasco

El 1 de febrero de 1980, ETA asesinó a seis agentes de la Benemérita en Ispaster

Imagen del lugarvdel atentado tras el ataque de ETA
Imagen del lugarvdel atentado tras el ataque de ETAjmzis

Fue el atentado que dio lugar a que los Grupos Antiterroristas Rurales (GAR) concluyeran su periodo de entrenamiento en la localidad ciudarrealeña de Argamasilla de Alba y desplazaran sus efectivos en País Vasco para luchar, con la efectividad demostrada duran más de tres décadas contra ETA. La acción criminal se produjo en el término municipal de Ispaster, en Vizcaya, el 1 de febrero de 1980.

El objetivo era un convoy de la Guardia Civil que escoltaba un traslado de armas Un total de seis guardias civiles fueron asesinados y, durante el ataque, murieron dos etarras. Ese año fue el más terrible de los llamados del “plomo”, con el mayor número de víctimas en doce meses (93).

Los terroristas dispararon más de 100 proyectiles con fusiles de asalto, ametralladoras y granadas, varias de las cuales fueron utilizadas para rematar mediante explosión a los agentes que habían que habían quedado dentro de los vehículos oficiales.

Esa vesania, el odio que sentían hacia los agentes, hizo que dos de los etarras murieran al explotar antes de lo que esperaban: Gregorio Olavarría y Javier Argote. Los guardias asesinados fueron: Alfredo Díez Marcos; José Gómez Martiñán; José Gómez Trillo; Antonio Marín Gamero; y Victorino Villamor González.

Como consecuencia directa de este atentado, y ante el aumento de las acciones criminales de ETA, el naciente GAR, integrado por 500 agentes, al mando del entonces comandante Jesús Vélez Artajo, viajaron a bordo de dos aviones Hércules al País Vasco, donde su sola presencia, en el control de carreteras, caminos rurales, zonas montañosas y apoyo a otras unidades, permitió cambiar el signo de la lucha antiterrorista.

El comandante Vélez hizo unas declaraciones a los periodistas en la base aérea de Getafe, poco antes de partir hacia el País Vasco, en concreto al aeropuerto de Sondica, en las que subrayó la operatividad de la unidad que mandaba la voluntad de vencer a ETA, que siempre ha presidido el trabajo de la Guardia Civil en la lucha contra la banda criminal hasta lograr derrotarla policialmente.