Reacción

Rufián carga contra la reforma laboral pero niega que rompa con el Gobierno

Los socios critican que no hayan podido “tocar ni una coma” del texto: “¿Creéis que el Congreso es un notario, que sella acuerdos que se dan fuera?”

Lo que hoy se ha escenificado en el Congreso de los Diputado es la ruptura de voto entre la alianza de izquierdas fraguada desde la moción de censura y que es la que sostiene al Gobierno en las votaciones. Con el voto en contra de ERC, Bildu y PNV, el Ejecutivo se ha apoyado en Ciudadanos y los partidos minoritarios para salvar el acuerdo de la reforma laboral pactado con sindicatos y la patronal.

Una foto inédita que refleja la debilidad del bloque de la investidura y que puede abrir, a partir de ahora, un nuevo escenario que afecte de lleno a la recta final de la legislatura. Los socios del Ejecutivo no han dudado en rechazar públicamente durante estos días el acuerdo del diálogo social y han hecho lo propio esta mañana en la Cámara Baja donde se han quejado de que se les haya “impuesto” un acuerdo cerrado. Sin embargo, se han esforzado en justificar que su voto en contra no significa que se resquebraje este bloque.

Es como ha empezado su discurso el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que si bien ha denunciado que la vicepresidenta del Gobierno ha “estafado” por sus expectativas sobre la “derogación” de la reforma laboral, ha confirmado que mañana mismo seguirá hablando con el Gobierno. “No se acaba el mundo. Algunos creen que se acaba hoy. No. Mañana tendremos que seguir hablando porque somos conscientes de cuál es la alternativa”, en referencia al bloque de la derecha.

El partido republicano lleva denunciando varios días que el Ministerio de Trabajo no les ha presentado ninguna propuesta, algo que desde el ministerio han desmentido hasta el día de hoy. Y es en este argumento en el que ha ahondado Rufián que ha denunciado el hecho de que el Ejecutivo, a su juicio, no haya querido negociar al reforma laboral. “Las leyes se hacen en el Congreso. Guste más o menos. Cuando vienes y dices esto es lo que hay y no se toca ¿tu te crees que el Congreso es un notario que sella acuerdos de fuera?”, se ha preguntado. Para los republicanos “esto genera un peligroso precedente que no aceptamos”.

Rufián, muy contundente en sus críticas hacia la reforma laboral del Ejecutivo ha asegurado que esta es una norma que “habría firmado y votado Albert Rivera de haber sido vicepresidente” y ha denunciado las “amenazas” en la negociación. “ERC no funciona bajo amenaza. Esto no ha sido un proceso de negociación sino un proceso de presión y negociación”.

Desde Bildu, su portavoz Oskar Matute, aseguró que mantenían su mano tendida “para recuperar los derechos arrebatados y nivelar la balanza entre los que mandan y los trabajadores”. Criticó que la reforma laboral “la dejen en manos de quienes no se presentan a elecciones” y desgranó que su grupo planteó cinco cuestiones para dar su voto favorable a la reforma como revisar la causalidad y los procedimientos de despido o la recuperación de la indemnización por despido improcedente de 45 días, entre otras.

En el partido abertzale son conscientes de que con su voto en contra propician la ruptura del bloque de la investidura, sin embargo, el portavoz ha avisado –como ya hizo la portavoz Mertxe Aizpirua esta semana- que su grupo “no lo hace para debilitar y fragmentar” la alianza. “Si hoy se fractura, mañana vamos a trabajar por reestablecerlo”, ha asegurado para después denunciar que “los avances nunca se consiguen con las derechas ni yendo de la mano de la derecha”, en referencia a la suma alcanzada para convalidar el decreto.

El PNV: “No prestan atención al Parlamento”

El voto del PNV también será en contra. El motivo, como la mayoría de los socios, es porque critican que se les haya presentado un acuerdo ya negociado “en el que no se le puede tocar una coma”. “Los acuerdos no se imponen”, ha lamentado el portavoz peneuvista Aitor Esteban, que ha asegurado que a su grupo les gusta “los consensos y los valoran”. El partido defiende su voto en contra asegurando al Ejecutivo que “hemos sido claros y transparentes y no hemos engañado a nadie” y acto seguido ha entrado a justificar su sentido de voto.

“Estábamos viendo que al encerrarse en el diálogo social no estaban prestando atención al parlamento”, ha lamentado. Aitor Esteban ha recalcado que esta preocupación fue transmitida por su partido al ministerio de Trabajo, a los sindicatos, a la patronal y también al presidente del Gobierno. “Fuimos a Moncloa a avisar al presidente para advertir de que debía de arreglarse en el diálogo social o más adelante. Lo han tenido en su mano y lo saben los miembros del Gobierno”. A su juicio, el hecho de que la reforma laboral no incluya los convenios de Trabajo del País Vasco se debe a que ha habido “miedo escénico y rigidez de algunos”. Ha criticado también el hecho de que el acuerdo no pudiese ser modificado porque si no sería invalidado por parte de los agentes sociales. “Me pareció un chantaje”, ha admitido.

Desde Compromis y Más País han reconocido sus miedos a apoyar la reforma así como han criticado que la reforma del Ejecutivo “generó tantas expectativas y se ha quedado corta”, en palabras del portavoz Joan Baldoví. Mismo discurso por parte de la portavoz de EQUO, Inés Sabanés que ha llamado a “recomponer” la mayoría de la investidura “para no interrumpir una época de cambio que son imprescindibles para el conjunto de la sociedad”.