El análisis

Inevitable victoria de la derecha

El descenso del PP no es compensado por el incremento de Vox. La caída del PSOE se debe a lo que cede a los locales y la abstención

El presidente de PP, Pablo Casado y el candidato a la presidencia de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco participan en Palencia en un mitin electoral
El presidente de PP, Pablo Casado y el candidato a la presidencia de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco participan en Palencia en un mitin electoralDAVID MUDARRAPP

La batalla electoral por la presidencia de Castilla y León presenta tres características que la hacen única. Por un lado la inevitable victoria de la derecha el próximo 13-F, que sumará suficientes votos para copar más de la mitad de los escaños en las Cortes. Incluso mejorando los resultados de 2019. Por otro lado la caída de la izquierda, en voto y en procuradores. Y finalmente e incremento del voto localista, que aumentará y hará crecer la representación parlamentaria que ya tenían.

Hasta aquí nada que nos pudiera sorprender, desde el mismo día que Mañueco convocase las elecciones anticipadas. La tendencia nacional y la regional ya nos hacía intuir una correlación de fuerzas como la expuesta más arriba. Pero lo que no ha dejado de variar ha sido la intención de voto de los castellanoleonés desde aquel 20 de diciembre en el que cesó a los consejeros de Cs, incluido el vicepresidente Igea. Los sondeos realizados en estos últimos 46 días nos han mostrado distintas fotografías electorales, que si bien los tres grandes bloques se mantenían muy estables, sí que había movimientos importantes en el seno de la derecha regional.

El PP salió como un tiro al anunciarse las elecciones, el desconcierto se manifestaba entre los votantes de Cs y la sorpresa de Vox, que tuvo que buscar incluso un candidato ex profeso para esta convocatoria electoral. La derecha castellanoleonesa globalmente mejora su resultado de 2019, crece del 51,9% del voto al 53,7%. Incrementa su presencia en las Cortes de Castilla y León al pasar de 42 a 45/49 procuradores.

Made with Flourish

Pero tenemos tres evoluciones electorales distintas, por un lado el PP ha ido cediendo una parte, reducida, de su electorado a favor de Vox desde el inicio de la campaña, la suficiente para que Vox haya remontando. Recordemos que Vox partía de un pobre resultado electoral en 2019 y con 1 solo escaño. Obviamente el descenso del PP no puede ser compensado con el incremento de voto de Vox, puesto que al PP, por su dimensión y presencia territorial en la región, le cuesta un procurador una media de 13.000 votos, mientras que Vox ha de reunir una media de 19.000 votos por escaño. El trasvase de voto registrado recientemente desde el PP a Vox, aunque no es de gran magnitud, terminará debilitando en su conjunto la representación parlamentaria de la derecha, fortaleciendo en escaños principalmente al PSOE.

En el campo de las izquierdas se constata un retroceso de 7,6 puntos porcentuales. Pasan de sumar el 42,1% a quedarse en el 34,5%. Reducen su presencia parlamentaria de 37 a 28/31 procuradores. El PSOE pierde 107.000 votantes, baja 6,8 puntos porcentuales y cede entre 7 y 9 escaños. Las dos principales causas de su caída las encontramos en el trasvase de voto socialista a las candidaturas localista y a la abstención decidida, que supone respectivamente el 9,6% y el 11,5% del total del voto del PSOE de 2019.

Sin embargo Podemos, a pesar de su estancamiento electoral, pasa de 2 a 3 escaños porque ahora Podemos e IU concurren en una única lista y se benefician de la ley D´Hont. En cuanto a las formaciones localistas, en su conjunto, pasan del 3,4% al 9,2% del voto, sus escaños se multiplican, suben de 2 a una horquilla de 4 a 8. Hoy sumarían 123.000 votantes, procedentes en un 38,3% de la izquierda; 40.000 del PSOE y 9.000 de Unidas Podemos. Las derechas solo aportan a estos partidos 14.000 votos, el 10,9% del total del voto localista. Por lo que el 49,2% del voto de estos partidos de base provincial es sustraído a los partidos de ámbito nacional.