Defensa
El rearme de la Armada: la fragata F-110 ya está en el astillero y el submarino S-80, a punto de navegar
Ambos proyectos supondrán un importante salto tecnológico y la situarán como una de las marinas más modernas del mundo
La Armada española encara una nueva era digital de la mano de dos programas: la fragata F-110 y el submarino S-80. Ambos proyectos permitirán dar un salto tecnológico sin precedentes que consolidará a la Armada como una de las marinas más modernas del mundo. Y lo que es más importante, estos modernos buques garantizarán la respuesta ante los exigentes desafíos de los conflictos que están por venir, marcados por las amenazas híbridas y el combate en esa famosa ya zona gris, donde no hay guerra declarada como tal, pero tampoco paz.
España reforzará su fuerza naval con la vista puesta como siempre en la disuasión, en línea con la estrategia de la OTAN. Este rearme es una necesidad también en contexto geopolítico convulso por la invasión rusa de Ucrania, que ha hecho saltar por los aires la estabilidad de Europa. Tampoco hay que olvidar el delicado equilibrio de fuerzas desde hace tiempo en el Mediterráneo, donde Argelia –aliado de Putin, con quien, por cierto, compartirá maniobras este mismo año en su propio territorio- tiene en servicio media docena de submarinos rusos. Marruecos, por su parte, cada vez estámás cercana de la compra de fragatas y, además, busca hacerse con submarinos. Ante este panorama, quedarse atrás no es una opción.
La revolución está en marcha. La compañía pública Navantia acaba de iniciar en su astillero de Ferrol la construcción de la F-111, la primera del pedido de cinco realizado por el Ministerio de Defensa español. El corte de la primera plancha de acero se produjo en concreto el 8 de abril. Mientras, en la otra punta de nuestro país, en la dársena de Navantia en Cartagena, el S-81 Isaac Peral y su tripulación cuentan los días para navegar por primera vez en mar abierto. La primera salida está programada para dentro de un mes, a finales de mayo, según el calendario previsto. Tanto las fragatas como los submarinos serán buques digitales y muy silenciosos con sensores de última generación que controlarán en tiempo real cada uno de los sistemas de a bordo, y también las amenazas que puedan llegar del exterior, e incorporan tecnología punta única en el mundo de diseño español, como el gemelo digital o el mástil, en el caso de la fragata F-110, o el sistema de propulsión AIP, en el caso del S80.
Capacidades antisubmarinas
Con 145 metros de eslora, 18 de manga y un desplazamiento 6.000 toneladas, la fragata F-110 ha sido diseñada para actuar como un buque escolta polivalente, si bien, destacará por sus capacidades antisubmarinas. Es decir, es un buque pensado para detectar y neutralizar submarinos. Si nos fijamos en el armamento, la fragata contará con un cañón principal en proa de 127 mm de la italiana Leonardo preparado para utilizar munición inteligente y de alcance extendido, y estaciones de armas remotas Sentinel 2.0 de 12,7 mm y Sentinel 30, con un cañón de 30 mm, para la defensa cercana de Escribano. También llevará un sistema de lanzamiento vertical de 16 celdas. Desde aquí, podrá lanzar misiles antiaéreos ESSM de Raytheon y antibuque Harpoon de Boeing. A esto hay que sumar los torpedos MK54, también de la estadounidense Raytheon. Asimismo, destaca el conjunto de sensores de guerra antisubmarina, para contrarrestar y controlar amenazas costeras y en mar abierto, compuesto por dos sonares -Captas y Bluemaster-, el sistema acústico digital Bluescan y el sistema de comunicación submarino Tuum-6. Estos equipos serán suministrados por Thales y SAES.
El buque además estará preparado para llevar y desplegar enjambres de vehículos no tripulados, tanto aéreos, como de superficie y submarinos, y también tendrá capacidad para la integración de armas láser, algo que hasta hace muy poco parecía casi ciencia ficción. La F-110 es además el primer buque contratado en el mundo con un gemelo digital. Esta tecnología permitirá reproducir en tierra firme, gracias a avanzadas técnicas de modelado, simulación e inteligencia artificial, el comportamiento del barco en todo tipo de misiones y hacer un seguimiento permanente del funcionamiento de sus equipos y sistemas.
El mástil integrado será otra de las joyas del buque. En su interior, estarán un conglomerado de sensores de última generación entre los que destacan los radares –en banda X y S- de vigilancia de superficie, blancos aéreos a baja cota y antiaéreos; equipos de guerra electrónica como el Rigel i110; el sistema de interceptación de comunicaciones Regulus; sistema ADS-B de vigilancia; sistema de identificación amigo-enemigo (IFF), sistema de detección de blancos basado en sensores optrónicos IRST i110; o comunicaciones por satélite. En estos sensores trabajan empresas como Indra, Tecnobit o Lockheed Martin.
La primera fragata, en 2027
Tras el corte de chapa, arranca ahora la actividad en los talleres de Ferrol. Navantia tendrá dentro de un año y medio aproximadamente el primer bloque de la F-111 en la grada. Según el calendario previsto en la actualidad, la Armada empezará a operar esta primera unidad en 2027 y recibirá la última cinco años después, en 2031. El próximo hito del proyecto será la finalización de la Revisión Crítica de Diseño (CDR), programada para el mes de junio de este año, dentro de dos meses.
Las cinco fragatas que llevarán el nombre de marinos ilustres de la historia de España: Ramón de Bonifaz (F-111), Roger de Lauria (F-112), Menéndez de Avilés (F-113), Luis de Córdova (F-114) y Antonio Barceló (F-115). Los nuevos buques vienen a sustituir a las seis veteranas fragatas de la serie F-80 (Santa María, Victoria, Numancia, Reina Sofía, Navarra y Canarias), al final ya de su vida, después de tres décadas en servicio.
S-80: discreción y ataque a tierra
El submarino S-80 tiene un desplazamiento en inmersión de casi 3.000 toneladas (2.965 t), una eslora de 81 metros y un diámetro de casco resistente de 7,3 metros. Su velocidad en la superficie será de 10 nudos y en inmersión de 19 nudos. En su interior alberga 180 sistemas y 60 km de cables. Lo que deja claro su complejidad. La propulsión es una de las grandes innovaciones de este buque. El Sistema de Propulsión Independiente del Aire (AIP), desarrollado por Abengoa, permitirá al buque, de acuerdo con Navantia, permanecer hasta tres semanas bajo el agua. Mientras este sistema está activo, el submarino no tiene la necesidad de ascender a cota snorkel para recargar las baterías, aumentando considerablemente su discreción y dificultando la detección por parte del enemigo.
La Armada también ganará con este sumergible potencia de ataque. Podrá lanzar por primera vez desde un submarino los Harpoon, misiles antibuque con capacidad de destruir objetivos terrestres. En las consolas de la sala de mando y control se manejarán desde la propulsión del buque, hasta el aire acondicionado, pasando por los equipos y armamento que forman parte del sistema de combate o las comunicaciones. Mientras, el sistema de armas incluye seis tubos lanzatorpedos y capacidad para embarcar 18 armas, entre misiles, torpedos y minas.
El programa S-80 está considerado el mayor reto industrial y tecnológico afrontado por la industria de defensa nacional. Navantia da un salto tecnológico, ya que asume por vez primera el rol de autoridad técnica de diseño, pasando de construir en España con diseño extranjero a construir en España con diseño propio.
Primeras inmersiones
El S-81 comenzará las pruebas de mar a menos de un mes. Durante las mismas, realizará una primera inmersión estática, parado a cota periscópica, y otra mucho más profunda, a cota máxima. Entre medias, llevará a cabo la primera navegación bajo la superficie del mar. La entrega a la Armada se producirá en el primer trimestre del 2023, según el calendario actual. Tras el Isaac Peral llegarán otros sumergibles con nombres de otros pioneros españoles de la navegación submarina: el S-82 Narciso Monturiol, con entrega prevista en diciembre de 2024; el S-83 Cosme García, en octubre de 2026 y el S-84 Mateo García de los Reyes, en febrero de 2028.
Ambos programas son además vitales para el tejido industrial español. Con más de 4.300 millones de presupuesto, la fragata F-110 garantiza una década de carga de trabajo para el astillero de Ferrol. En total, unos 9.000 empleos, entre directos e indirectos, y 20 millones de horas de trabajo. En total, están involucradas medio centenar de empresas, la mayoría españolas. Por su parte, el programa S80 tiene un presupuesto de 3.685 millones de euros con participación de un centenar de empresas de 11 comunidades autónomas diferentes, generando cerca de 2.000 empleos de calidad directos y de industria auxiliar sólo en la región de Murcia y de forma agregada con hasta 7.000 empleos de calidad en periodos de alta carga.
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