Margarita Robles

Artículo de Margarita Robles | Nuestras Fuerzas Armadas: un ejemplo en la OTAN

El prestigio que España ha ganado en estos 40 años se debe en gran medida al extraordinario mérito y saber hacer de nuestros militares

Militares españoles desplegados en Irak con la OTAN
Militares españoles desplegados en Irak con la OTANEMAD

La próxima Cumbre de la OTAN tendrá lugar en tiempos extraordinarios, en unas circunstancias que no habíamos visto en Europa desde la 2ª Guerra Mundial. Nuestras decisiones, y los acuerdos que alcancemos, entre ellos el nuevo Concepto Estratégico, serán observados en detalle no solo en nuestras propias sociedades, sino en el resto del mundo.

Nuestra máxima aspiración para la Cumbre de Madrid es ser capaces de transmitir un mensaje valioso de seguridad, estabilidad y esperanza. No podemos legar a nuestros jóvenes un futuro de oscuridad e incertidumbre. Es nuestra responsabilidad crear las condiciones para lograr una arquitectura estable y sólida de seguridad que garantice de nuevo la paz en Europa.

España, que celebra los 40 años de su ingreso en la Alianza, aporta a esta Cumbre su visión de una OTAN moderna y abierta. No olvidemos que hace 25 años, la anterior Cumbre celebrada en Madrid fue la punta de lanza de la ampliación de la Alianza tras la caída del muro de Berlín. Ahora, la guerra de Ucrania nos ha unido a todos en la defensa de los valores y la OTAN busca recuperar ese mismo espíritu de hace 25 años.

Nuestro país ha considerado siempre la solidaridad como el pilar fundamental de la Alianza, y así lo hemos demostrado sobradamente con hechos. También hemos contribuido con una visión integral de la seguridad y la defensa, diseñada para responder a conflictos, crisis y amenazas de cualquier naturaleza, en los 360 grados alrededor del territorio aliado.

La OTAN se crece ante las dificultades y éste ha sido el caso con la cruel agresión rusa a Ucrania. La irresponsable ruptura del equilibrio de seguridad en Europa se ha encontrado con una respuesta muy sólida y un reforzamiento de la unidad entre los aliados. Una señal inequívoca de que no estamos dispuestos a tolerar aventuras militares ni ensoñaciones imperiales propias de otros tiempos.

Nuestro país ha apoyado tradicionalmente la complementariedad de la OTAN y la Política Común de Seguridad y Defensa de la Unión Europea. España ha estado siempre en la vanguardia del impulso a una defensa europea, considerando a la vez a la OTAN como el pilar, baluarte y garante de nuestra defensa colectiva. En la Cumbre de Madrid se va a reforzar este vínculo de confianza, complementariedad y apoyo mutuo ante la situación de conflicto armado en nuestro continente.

Suecia y Finlandia, ambos miembros de la Unión Europea, han expresado su voluntad de unirse a la Alianza en vísperas de la Cumbre. En Madrid veremos también, por primera vez en una Cumbre de la OTAN, la presencia de los cuatro socios de Asia-Pacífico: Australia, Corea del Sur, Japón y Nueva Zelanda. Una apertura a un escenario que será sin duda central en la evolución de la seguridad mundial durante este siglo. Una apertura que presenta a la Alianza como una organización atractiva y abierta, a la que muchas naciones quieren acercarse por lo que representa y defiende.

El prestigio que España ha ganado a lo largo de estos 40 años en la Alianza se debe en gran medida al extraordinario mérito y saber hacer de nuestras Fuerzas Armadas. Se cuentan ya 32 años de conducta ejemplar, intachable, de nuestros soldados y marinos en las misiones de paz y estabilización, frecuentemente bajo la bandera de la OTAN. En situaciones difíciles, en escenarios complejos, y siempre que la misión se desarrolla en apoyo de sociedades distintas a las euroatlánticas, nuestros aliados ven reforzada su confianza si hay fuerzas españolas a su lado.

No se trata solo de su probada eficacia profesional, sino también de cualidades personales. Nuestros militares despiertan admiración por su capacidad para establecer relaciones estrechas con la población y las autoridades locales, incluso en los ambientes más hostiles y en las circunstancias más difíciles y arriesgadas. Su empatía, saber hacer y respeto por la diversidad cultural son su mejor carta de presentación en otros países. Y también cuando despliegan en el nuestro, dando ejemplo de sacrificio y entrega a nuestros ciudadanos en situaciones de calamidad o catástrofe. Podemos sentirnos muy orgullosos de nuestras Fuerzas Armadas.

En Madrid veremos nacer una OTAN reforzada y con ideas renovadas para afrontar el futuro. Solidaridad, determinación e innovación son conceptos esenciales para la seguridad de Europa, pero también lo es la amplitud de miras, la capacidad de ver más allá del problema actual para anticipar el que puede venir. Junto a estos conceptos, cualidades como la capacidad de comprender al otro, de proteger sin prepotencia y ayudar sin imposición, serán esenciales para lograr lo que es el fin último de la Alianza Atlántica: un espacio seguro, libre y solidario, capaz de contribuir a un mundo más estable y próspero.

Resulta difícil encontrar en la historia de la OTAN una Cumbre en la que se hayan juntado tantos retos, proyectos y esperanzas. Somos perfectamente conscientes de la responsabilidad de España como organizador y anfitrión, pero estamos seguros de que Madrid 2022 será un momento decisivo para la OTAN, que mostrará de nuevo la capacidad de nuestro país para fomentar el espíritu de diálogo, de mutua comprensión y de consenso. Estamos orgullosos de ser protagonistas de este acontecimiento histórico y, como siempre, sabremos estar a la altura.