Memoria histórica

El catálogo de restos franquistas de Tenerife apunta a la obra del escultor del Valle de los Caídos

El Ayuntamiento, el PP y los defensores del monumento de Ávalos van a recurrir para evitar su retirada

El monumento a Franco obra de Juan de Ávalos, situado desde 1966 en la avenida de Anaga de Santa Cruz de Tenerife
El monumento a Franco obra de Juan de Ávalos, situado desde 1966 en la avenida de Anaga de Santa Cruz de TenerifeDreamstimeLa Razón

El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, el Partido Popular y la Asociación para la Investigación y Protección del Patrimonio Histórico San Miguel Arcángel han anunciado que recurrirán el catálogo de símbolos franquistas de Santa Cruz de Tenerife, aprobado por la Comisión Técnica de la Memoria Histórica con los votos en contra del alcalde, José Manuel Bermúdez (Coalición Canaria), y del primer teniente de alcalde, Guillermo Díaz Guerra (PP), partidarios de que se haga un catálogo para toda Canarias, y no solo para la capital tinerfeña.

También han manifestado su intención de recurrir, en cuanto se publique, familiares de afectados por la aplicación del catálogo, personajes de relevancia en Santa Cruz que perderán sus calles, como García Escámez o Adalberto Benítez.

La asociación San Miguel Arcángel pidió «en reiteradas ocasiones pertenecer a la comisión que estudiaría y elaboraría el catálogo y nunca se le permitió», lamentan fuentes de la entidad, que ha documentado los valores artísticos del principal monumento en la diana: el Ángel de la Paz, obra de Juan de Ávalos, escultor delValle de los Caídos, ubicado enla encrucijada de la Rambla de Santa Cruz (antigua Rambla del General Franco) y la Avenida de Francisco La Roche (antigua Avenida de Anaga), «protegido por ahora judicialmente por medidas cautelares», recuerdan desde la entidad.

La Asociación para la Investigación y Protección del Patrimonio Histórico San Miguel Arcángel, cuyo fin primordial es «velar por el patrimonio cultural» y la «defensa de la verdad» frente a los «excesos de la Ley de Memoria Histórica», solicitó al Cabildo de Tenerife la incoación de un procedimiento para la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) del conjunto, a lo que el organismo insular se niega basándose en un informe encargado a la Universidad de La Laguna que considera que la obra «no posee valores artísticos excepcionales».

Mientras, el consistorio, que ya anunció su desacuerdo respecto al catálogo, estima, en palabras de su primer teniente de alcalde, que «el documento presentado por el propio Gobierno de Canarias incumple la Ley de Memoria Histórica». Díaz Guerra señaló en un comunicado que el inventario –en su opinión carece de «pluralidad y objetividad»– debe tener carácter regional y debe realizarse después de «elaborar el correspondiente reglamento». Además, opina que el listado de símbolos franquistas, incluido el monumento ubicado en el centro de Santa Cruz de Tenerife, «está lleno de valoraciones parciales que deben ser revisadas». El primer teniente de alcalde, que propuso que la obra de Ávalos se convirtiera en un atractivo turístico, considera también que no solo hay que contar con «expertos» en el ámbito cultural, histórico o artístico, sino «con la opinión de la ciudadanía».

El Partido Popular en Santa Cruz de Tenerife exigió además el pasado febrero a la Autoridad Portuaria que devolviese a su lugar la hélice del crucero «Canarias» y el busto de Cándido García San Juan, vestigios ambos del franquismo en la isla que fueron retirados del puerto.

Por su parte, fuentes de la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF) lamentan el cerco al monumento del escultor del Valle de los Caídos, tan ligado a la figura de Franco –pese a que en 1942 Ávalos fue depurado «por falta de confianza al no ser afecto al régimen»– y consideran que «asistimos, una vez más, a la manifestación del odio y el resentimiento de un pueblo desagradecido con quien tanto debe» y «a quien ahora creen desprestigiar». Su conclusión es que «podrán borrar su imagen pero nunca podrán borrarlo de la historia».

En conjunto, 80 vestigios para una retirada total o parcial

El catálogo surge del imperativo recogido en la Ley de Memoria Histórica de Canarias, que obliga a la retirada de los elementos que se incluyan en él y que fue encargado a un equipo de investigación formado por las doctoras María Isabel Navarro, Yolanda Peralta y el doctor Ricardo Guerra, de la Universidad de La Laguna, que ya había realizado un estudio previo encargado por el alcalde de Santa Cruz de Tenerife. En el texto se recogen alrededor de 80 vestigios del régimen franquista que perviven en sus calles incumpliendo la Ley de Memoria Histórica de 2007 o la posterior de carácter regional de 2018, según sus detractores. Entre esos restos se encuentran el Monumento a los Caídos en la Plaza de España (1943-1947); el Puente del General Serrador y Mercado de Nuestra Señora de África (1943); la Barriada de García-Escámez (1945) o los Barrios de la Victoria o del Marqués de Somosierra. Unas 80 “exaltaciones” que habría que retirar, de forma total o parcial, como sería el caso del Mercado de África o del monumento a Los Caídos.