Plazo agotado

ERC y JxCat, bloqueados: el futuro del Govern queda en manos de la militancia

Las bases del partido neoconvergente decidirán entre el jueves y el viernes el futuro del ejecutivo de coalición

El presidente de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonès, asiste a un concurso en la Plaza de Toros ’Tarraco Arena Plaça'
El presidente de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonès, asiste a un concurso en la Plaza de Toros ’Tarraco Arena Plaça'Laia SolanellasEuropa Press

Plazo agotado entre Esquerra y JxCat para reconducir la situación en el Govern. Ayer se reunieron nuevamente Pere Aragonès y el número dos de los neoconvergentes, Jordi Turull, para buscar una salida al bloqueo, pero el encuentro se saldó sin ningún tipo de avance. JxCat reclama la restitución de Jordi Puigneró como vicepresidente, una petición a la que Aragonès se opone. Además, exige recoser la «unidad estratégica», negociar la amnistía y la autodeterminación y coordinación en el Congreso, pero se antoja muy complicado un punto de encuentro en estas tres materias también.

JxCat se dio desde el viernes 48 horas para negociar con Esquerra, pero las conversaciones no han llegado a buen puerto. Parece difícil que lo hagan porque los republicanos se saben ahora con la sartén por el mango y dan poco margen para asumir las propuestas de los neoconvergentes con la intención de forzar su salida y poder gobernar en solitario. Es el deseo de ERC prácticamente desde que arrancó la legislatura para evitar el ruido y la inestabilidad que generan los continuos choques entre socios. Y en JxCat son conscientes de esa maniobra de Aragonès para echarles del Govern, pero algunas voces advierten: «No se lo pondremos fácil».

Sin acuerdo en las últimas 48 horas, la dirección de JxCat se reunirá este lunes para abordar qué pasos dar: realmente, el único que le queda es formular una pregunta a la militancia para que decida si continúan o no en el Govern. Y esta consulta a la militancia también se puede interpretar, a nivel interno, como una derrota del sector liderado por Jordi Turull, que es partidario de continuar en el Govern y salir de este embrollo por la vía negociada: una salida del ejecutivo podría poner en riesgo el futuro del proyecto político de JxCat, todavía en fase de expansión, y le debilitaría de cara a las elecciones municipales de mayo. Como contrapunto, se ha impuesto la facción más beligerante con la independencia, partidaria de consultar a las bases, aunque realmente tampoco hay nadie que crea convincentemente que la salida del Govern sea la mejor solución.

En las últimas horas, se especula con la ruptura de Junts. ERC juega en esta línea cuando reclama a los Junteros que digan claramente que si quieren seguir o no en el ejecutivo. Según los cálculos, el sector que lidera Jaume Giró, consejero de Economía, y Jordi Turull podría agrupar a algo más de 20 diputados y aglutinaría la gran mayoría del poder municipal. El sector Borrás no tendría de su lado a más de 10 y su poder municipal es misérrimo.

En cualquier caso, la pregunta que se elabore este lunes será ya toda una declaración de intenciones sobre cuál puede ser el desenlace de la consulta, cuyos resultados se conocerán el viernes y pondrán, seguramente, fin a dos semanas de infarto en la política catalana. El agravamiento ha sido paulatino durante la semana. Martes: pleno de política general. Junts per Catalunya pide a Aragonés que cumpla sus exigencias -mando único independentista, trabajo conjunto en Madrid y rechazo de la Mesa de Diálogo- y que se someta a moción de confianza. Miércoles: Aragonés cancela su agenda y convoca a la Permanente de ERC. Por la tarde, convoca Consejo de Gobierno y, uno a uno, pregunta a las consejeros si conocían la intención de Junts de exigir una moción de confianza, que desde ERC se contempla como una moción de censura. El vicepresidente Jordi Puigneró afirmó estar al tanto, aunque informaciones diferentes dicen que lo sabía pero que no había estado en la decisión que provenía directamente desde Waterloo, de Carles Puigdemont. Jueves. Tras conversaciones infructuosas con Aragonés, Jordi Turull anuncia una consulta a la militancia. El desencuentro aumenta. Viernes: de nuevo pleno del Parlament y ERC pierde una votación clave porque el Parlament rechaza la Ley de Claridad.

Presión de la oposición en el Parlament

La presidenta de En Comú Podem en el Parlament, Jéssica Albiach, urgió ayer al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, a «controlar de una vez su Govern», sin esperar a que JxCat decida si rompe o no la coalición. Albiach denunció que en Cataluña hay «un Govern paralizado, hundido, al que se lo están comiendo sus problemas», mientras las familias sufren una «inflación absolutamente desbocada». El líder de Cs en el Parlament, Carlos Carrizosa, aseguró que su partido está «preparado» para afrontar unas elecciones, aunque «no serían buenas» para Cataluña.