Crónica

Una presidenta «rock star»

Un aplauso surgió como «agradecimiento por sacar a Iglesias de la política»

Faltaba todavía una hora larguita para que comenzase el encuentro en LA RAZÓN con Isabel Díaz Ayuso y ya llegaban los invitados, más de doscientos, que acabarían desbordando la sala. Ellas se saludaban efusivas y se hacían fotos mientras ocupaban sus sitios, ellos estrechaban manos y daban palmaditas en las espaldas. Mucho diputado, mucho alcalde de municipio madrileño, miembros del Gobierno de la Comunidad. Cuca Gamarra pasaba desapercibida a su llegada (apenas dos codazos entre señoras) y Almeida, poco después, era recibido con efusividad por los asistentes. Entraba con tanto ímpetu ante tal recibimiento que se ha lanzado a los abrazos sin reparar en la azafata que le esperaba, que ha tenido que cazarlo al vuelo para acompañarle hasta su sitio.

Tan pequeña se ha quedado la sala que algunos han seguido el evento de pie y hasta la misma Isabel Tocino ocupaba una de las sillas de prensa al fondo. Le habían reservado sitio fuera del espacio principal y, si lo llega a saber, no viene, le decía a otra señora que se indignaba con ella con admirable solidaridad. En ese momento llegaba Ayuso arrancando aplausos, recibida con cariño, y al encontrarla allí mismo, entre la puerta de entrada y la de la cocina y detrás de una columna, la saludaba con un espontáneo abrazo que ha compensado la cosa. Presentaba Francisco Marhuenda, director de LA RAZÓN, a la presidenta de la Comunidad de Madrid y lo hacía con tal cariño y admiración que se escuchaba a alguien susurrar un «parece que habla de una hija». «Siempre me preguntan que cómo es Isabel Díaz Ayuso», explicaba antes de destacar su capacidad de trabajo y su visión de futuro. «Ayuso es una persona como nosotros». Un aplauso espontáneo y algunas risas han surgido cuando ha querido transmitir a la presidenta «el agradecimiento de todos los españoles por sacar a Pablo Iglesias de la política».

Tras la proyección de un vídeo con imágenes de la trayectoria vital y política de Ayuso, desde la más tierna infancia a la actualidad (con un puntito «lluvia de estrellas», todo hay que decirlo) tomaba la palabra la presidenta, que no ha dudado en denunciar la «deriva de secesionistas, comunistas y oportunistas» en la que estamos inmersos como sociedad y en señalar que «ni la palabra ni la firma» de Pedro Sánchez «tienen valor alguno» ya. Retrataba al presidente como «el Le Pen de la izquierda» y resaltaba la urgencia de que «un líder como Feijóo llegue a la Moncloa». Santiago González (director general de A3 Media), Juan de Dios Colmenero (jefe de nacional de Onda Cero), Ángela Vera (periodista de La Sexta) y Carmen Morodo (adjunta al director de LA RAZÓN) preguntaban a continuación a Ayuso acerca de sanidad, economía o trabajo y ella no esquivaba ninguna: augura una campaña electoral tensa y dura, cree que Almeida no tiene rival y no tiene ningún reparo en enumerar los atropellos del Gobierno de Sánchez a nuestras instituciones y a la Constitución. Ha despejado todas las dudas sobre sus supuestas aspiraciones a llegar a la Moncloa («Yo lo que quiero es que Sánchez abandone la Moncloa, no ir yo a la Moncloa. No es lo mismo») e incluso bromeaba con la capacidad que tiene Tezanos para coordinar ataques a ella y a Feijóo, perfectamente sincronizados, por parte de algunos ministros. Y aunque es consciente de que se avecinan meses duros, no ha querido acabar el encuentro con un mensaje final pesimista: confía en los españoles y en este Madrid que es «motor económico y anímico» que acoge y recibe. Un Madrid que la quiere, se nota, como si fuera una «rock star».