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Entrevista

Sergio Pascual: “Podemos era difícilmente compatible con mayores niveles de democracia interna”

El primer secretario de Organización de Podemos publica seis años después de su paso por la política “Un cadáver en el Congreso”. Un relato personal con sus errores y aciertos en plena fundación del partido y que relata la lucha fratricida que acabó debilitando a Podemos

Sergio Pascual , el exsecretario de Organización de Podemos presenta su libro "Un cadáver en el Congreso", en el que analiza su paso por la formación política y "los errores cometidos" y que llevaron a su cese por Pablo Iglesias en 2016. Alberto R. RoldánLa Razón

Sergio Pascual, Plasencia, 1977, fue el primer secretario de Organización de Podemos. Seis años después de que fuera cesado de sus funciones, como número tres de Pablo Iglesias, publica “Un cadáver en el Congreso. Del sí se puede al no se quiere”. Su cese llegó tras que Pablo Iglesias conociera una operación por parte de los afines a Íñigo Errejón para hacer prevalecer sus tesis frente a las del secretario general, que en esos momentos se encontraba en Bruselas. La salida a la luz de un documento y conversaciones de Telegram evidenció los planes de los errejonistas, en los que el propio Sergio Pascual participaba. Fue el primero de una larga lista de cesados o dimisionarios por las discrepancias en la formación o por las distintas luchas para controlar la dirección.

En el libro, Pascual desgrana como vivió y como participó de la fundación de Podemos, su irrupción en la política, las primeras decisiones que derivaron en una lucha fratricida en el partido, donde emergieron dos bandos, “pablistas” y “errejonistas”. Hoy solo ha sobrevivido uno de ellos.

En conversación con LA RAZÓN, Pascual explica que el espíritu del documento que presenta es el de revisar “lo que cada cual hizo mal”. No pretende “señalar” ni generalizar las críticas. “Que cada uno mire sus propios errores”. Hoy, en un momento convulso para la izquierda por las tensiones entre Podemos y Yolanda Díaz, el exdirigente desea una unión, “como votante progresista” porque él, confiesa, no volverá a la política.

Titula, “Un cadáver en el Congreso”, ¿por qué se sintió así?

En general creo que es un título que se puede aplicar a toda la gente que está en la primera línea política y de golpe cae de esa primera línea. De alguna forma te conviertes en cadáver político. Se titula con esa etiqueta mucha gente.

¿Sus “memorias” de su paso por Podemos pretenden rendir cuentas o son una especie de catarsis?

Claramente es una catarsis. El objetivo era revisitar aquellos momentos en los que había participado y tomando decisiones y en los que creía que me había equivocado o no había leído bien la situación. Lo he querido revisitar para hacer acto de contrición y, por otro lado, por si pudiera servir a quienes tengan responsabilidades similares para que no cometan estos errores.

¿Por qué se trató de crear una corriente distinta a las tesis que defendía Iglesias?

Sucedió sin planificación alguna. La cuestión es que la estrategia comunicativa durante 2015 era la estrategia de la transversalidad, también llamada nacional popular. Lo era tanto para Iglesias como para Errejón. Sin embargo la estrategia política -que transciende lo comunicativo- no era coincidente entre ambos en todas las ocasiones. Esta diferencia emergía en momentos clave de definición estratégica, como cuando tuvimos que decidir si íbamos a las autonómicas de 2015 con IU o no. Los fuertes debates en torno a cuestiones como esta acabaron por alinear naturalmente a los y las compañeras en dos “bandos”. De ahí a montar un grupo de Telegram entre los que pensábamos de la misma forma había solo un paso... y a partir de ahí, sin mediar ninguna reflexión sobre las consecuencias de estos alineamientos ni sobre los mecanismos que podríamos haber intentado habilitar para dirimir nuestras diferencias, ambas corrientes nos abocamos a “acumular fuerzas” al interior de la organización con la suicida e ilusoria esperanza de que esas fuerzas sirvieran para hacer prevalecer unas tesis u otras.

¿Se intentó crear un partido dentro de Podemos?

Nunca se intentó ni se creó un partido dentro de Podemos....existían corrientes organizadas como existen en todos los partidos que conozco. En nuestro caso las tres principales eran los Anticapi, los “nacionalpopulares” o errejonistas y los leninistas de Iglesias. El problema fue que no existía ningún mecanismo para canalizar las diferencias entre estas corrientes, para dirimir nuestras diferencias civilizadamente y eso derivó en una lucha por las posiciones de poder interno.

¿Había modo de vivir en Podemos si no eras “pablista”?

Yo creo que no entendimos que la organización que habíamos construido, yo en primera persona, era una organización diseñada para un liderazgo fuerte. En el momento que había discrepancias internas, tocaba pensar en mecanismos q no era coparticipar de la dirección para expresarla. Los anticapis fueron más inteligentes, dijeron su posición en las claras.

¿Hasta qué punto fue un fallo el hiperliderazgo de Iglesias?

Yo creo que en política todas las decisiones tienen ventajas y desventajas. Era imposible esta operación política en España sin contemplar el hiperliderazgo de iglesias. Sin contar con su acumulación de capital mediático cuando se construyó Podemos habría sido imposible. Era lo que necesitábamos. Probablemente era difícilmente compatible Podemos con mayores niveles de democracia interna. En el pecado llevábamos la penitencia.

Sergio Pascual , el exsecretario de Organización de Podemos presenta su libro "Un cadáver en el Congreso", en el que analiza su paso por la formación política y "los errores cometidos" y que llevaron a su cese por Pablo Iglesias en 2016.Alberto R. RoldánLa Razón

¿Usted entendió su cese?

Sí. Entendí mi cese porque en la práctica yo era el general en jefe de las tropas errejonistas e Iglesias quien tenía que comandar el barco. Entendió que era incompatible mantener una facción organizada dentro del partido con el nivel de fuerza del errrejonismo, con lo que él quería imprimir al partido. Políticamente lo entiendo, que quisiese tener un secretario de organización afín. Lo que no entendí fueron las formas, pero le dañaron más a él que a mí. Él apareció como un dirigente con puño de hierro en un momento que perjudicaba a su imagen. En general, el partido, la corriente dirigente y el resto no ha sabido encontrar mecanismos para la discusión interna y para que distintas posiciones políticas se comprendieran, ni tampoco posiciones subalternas. No supieron integrar a los que eran minoría en ese momento. Esto es lo que nos ha sucedido.

¿Y el portazo de Errejón, lo entendió?

Entendí políticamente su decisión. Estábamos en un momento importante para el país y no tenía sentido ahondar la ruptura y optó por reconducir las aguas.

¿Usted se equivocó formando parte de esas corrientes, al ser el número tres de Iglesias?

Hice mi papel como secretario de organización. Construyendo un partido. Sedes del partido en decenas de ciudades, conseguimos presentarnos en muchos municipios. Esa parte fue exitosa. Conseguimos tener a punto la maquinaria de guerra electoral para elecciones. Pero hubo un momento en el que el secretario general precisaba alinear las decisiones políticas y no podía tener un número tres en los que no se encontraba en su facción. Fue cuando yo tenía que haber tomado la decisión de dimitir en vez de estirar el chicle y la confrontación interna.

¿Qué queda del Podemos original?

Estoy bastante lejos de la organización. Sería poco aventurado decir que queda. Pero creo que hay mucho de ese Podemos original en los pueblos, donde hay círculos podemitas, compañeros que se quieren presentar a las elecciones. Aunque también es difícil definir el Podemos original.

¿Fue acertada la hoja de ruta de Iglesias destinada a acabar con la contestación interna en el partido?

No creo que tuviera una hoja de ruta destinada para acabar con los críticos. El sentía de alguna manera que Podemos tenía enfrente a muchos poderes que operaban para descarrilar su opción de llegar al Gobierno y que tenía que apretar las filas en la organización para conseguir que esos poderes no lo descarrilaran. Ahí había muchas interpretaciones, que derivaron en que mucha gente acabara saliendo del partido. Tanto él como nosotros no supimos encontrar la forma de canalizar las discrepancias. Él, en esa guerra civil interna fue el vencedor, pero todos estábamos inmersos en esa guerra. No hay buenos ni malos.

¿Tiene relación actualmente con Iglesias?

Nos hemos encontrado en algunas ocasiones por motivos laborales. Mantenemos cordialidad.

Iglesias en esa guerra civil interna fue el vencedor, pero todos estábamos inmersos en esa guerra. No hay buenos ni malos

Dice que sigue siendo militante de Podemos. ¿Volvería a la primera línea?

Sigo siendo militante de base. No aspiro, ni quiero, ni pienso volver a ningún tipo de posición de visibilidad. Mi etapa fue la que fue. Segundas partes nunca fueron buenas. Se terminó. Les toca a otros decidir.

¿Y a Sumar?

Me ilusiona el proyecto, pero no para participar en primera línea. Creo que muchos de los que estuvimos en la primera línea tuvimos su lugar. Y ahora es el momento de otra gente. Es el momento de Yolanda.

¿Entiende el marcaje de Podemos a Díaz? Concretamente las advertencias que en estos últimos días ha lanzado Pablo Iglesias contra la vicepresidenta...

Te doy la respuesta de un votante progresista de esta izquierda a la izquierda del PSOE, sin información sobre los acuerdos a los que puedan llegar, pero sí puedo pedirles a ambos lo que haría cualquier votante. Que se pongan de acuerdo y si para ello tienen que incorporar mayores dosis de humildad y generosidad, les pediría que lo hicieran.

¿Cree que Iglesias entiende que es Yolanda Díaz la líder en estos momentos?

Él fue quién la ubicó en este lugar. Le pidió que fuera la líder. Mira, uno de los errores del errejonismo fue no apartarnos cuando hubo discrepancias con quién le tocaba liderar el espacio. En este momento claramente a quién le toca liderar este espacio es Yolanda. Es indiscutible, no lo discute nadie en Podemos. Creo que habría que darle ciertos grados de libertad. También desde el espacio Sumar se debería tener generosidad, a la hora de incluir a Podemos.

¿Podemos debe ser el actor fundamental en Sumar?

Que Podemos es un actor de la política española es una evidencia. Y a quien le toca liderar esa propuesta a la izquierda del PSOE es Yolanda, también

¿Cree que finalmente Podemos y Díaz conformarán una alianza?

No puedo más que desearlo y esperar que así sea. No concibo un escenario que al final no sea así.

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