Semana "horribilis"
Sánchez busca coger impulso tras el fiasco de la Ley del “solo sí es sí”
Quiere recuperar la iniciativa con los Presupuestos, las hipotecas y la “fiscalidad justa”
El Gobierno todavía se recupera de la “semana horribilis” que acaba de transitar. Fuentes socialistas lamentan que las crisis que se han ido sucediendo durante los últimos días han dilapidado el “marco” que el Ejecutivo quería imponer. Las consecuencias de la movilización de la Sanidad Pública en Madrid y la candidatura del PSOE para la capital quedaron eclipsados por el debate de la sedición y la malversación, primero, y mientras el Gobierno intentaba enfriar la eventualidad de rebajar el delito de corrupción por antonomasia para evitar un desfile de políticos corruptos saliendo de prisión, era otro goteo de rebajas de penas y excarcelaciones, pero de agresores sexuales, al amparo de la Ley del “solo sí es sí”, el que rompió la estrategia gubernamental.
Desde Moncloa no ocultan su preocupación y reconocen haber perdido la iniciativa en una semana en la que han ido a rebufo de las polémicas, en lugar de ser ellos quienes marcaran la agenda e impusieran los temas. El Gobierno intentará revertir esta tendencia en los próximos días, buscando recuperar el foco y reivindicando su gestión. Al menos sobre el papel, el objetivo es volver a recuperar el impulso. La agenda está jalonada de varios hitos a los que dan máxima prioridad. Sánchez arrancó ayer la semana interviniendo en la sesión plenaria de la 68º Asamblea Parlamentaria de la OTAN; hoy el Consejo de Ministros prevé aprobar ayudas a las hipotecas y el presidente se medirá con el líder de la oposición en el Senado. Ya el jueves se aprobarán los Presupuestos Generales del Estado, la reforma del Código Penal y su apuesta por la “fiscalidad justa”: los impuestos a la banca, las energéticas y el de “solidaridad”. La semana acabará con Sánchez elegido por aclamación como presidente de la Internacional Socialista.
Está previsto que el Consejo de Ministros apruebe hoy un catálogo de medidas de alivio para los hipotecados. La subida del euríbor ha supuesto una vuelta de cuerda más a la soga que asfixia a las familias con la subida de los alimentos y el precio del gas y la luz. Gobierno y banca llevan semanas negociando para alumbrar un nuevo protocolo para ayudar a las familias a hacer frente al encarecimiento de las cuotas. El objetivo de Moncloa es, por un lado,ampliar el Código de buenas prácticas ya existente desde 2008 y, por otro, activar un paquete adicional para familias de clase media en riesgo de vulnerabilidad. La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, quiere que estén en vigor el 1 de enero de 2023. Esta medida de impacto directo sobre las familias se antoja un buen elemento de distracción para desviar la atención de la Ley del “solo sí es sí”.
Del Consejo de Ministros al Senado. Esta misma tarde, se producirá un nuevo “cara a cara” entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. El líder del PP preguntará al presidente si va a seguir reformando el Código Penal para favorecer a miembros de su partido y a sus socios de Gobierno. Sánchez utilizará este intercambio dialéctico para volver a marcar perfil ante el líder de la oposición y hay voces dentro del PSOE que ya piden que aproveche para cerrar el debate sobre la malversación, fijando posición y evitando así que se el partido siga acumulado desgaste por esta cuestión.
Y del Senado al Congreso de los Diputados. El jueves se producirá la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. El Gobierno buscará visibilizar este paso como un ejemplo de la estabilidad del Gobierno, que ha aprobado en tiempo y forma las cuentas de los últimos tres ejercicios. Sin embargo, ese mismo jueves y tras la aprobación de las cuentas, se celebrará un pleno en el que se prevé aprobar la sustitución de la sedición por el nuevo delito de desórdenes públicos agravados. En el marco de esta tramitación está previsto que se estudie también la enmienda que ERC quiere presentar sobre la rebaja del delito de malversación.
En Moncloa han enfriado en los últimos días la posibilidad de que prospere esta iniciativa, ni siquiera hay consenso entre los socios de izquierda, que supondría reabrir una polémica que ya parece superada. Mientras, el Ejecutivo tendrá que seguir sorteando la polémica de la Ley del “solo sí es sí”, a la espera de que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre la unificación de doctrina a la que se encomiendan en el Gabinete.
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