Análisis

El PP fideliza su voto

Feijóo es el líder mejor valorado y Abascal, el peor

El Partido Popular sería el partido más votado en cada segmento de edad de celebrarse hoy elecciones generales. Aunque hay que matizar que en la franja de 18/29 años le siguen muy de cerca PSOE, UP y Vox. Pero a medida que avanza la edad van aumentado el voto se concentra más en el bipartidismo y la ventaja porcentual del PP sobre el segundo partido, el PSOE, que es de 3.6 puntos entre 39 30/44 años, de 7.6 puntos entre los 45/64 años y de 10,8 puntos entre los mayores de 64 años.

También Feijóo es el líder nacional mejor valorado y se impone al segundo, Sánchez, en cada tramo de edad.

El PP es el partido de los cuatro más grandes que conserva en un mayor porcentaje a sus votantes de 2019: el 96,7%. Frente al 77,7% de los socialistas, el 75,0% de Vox y el 70,9% de Unidas Podemos. Esta enorme fidelización del voto popular es uno de los pilares desde donde construye su victoria en las urnas. Otro pilar es el voto que resta a Ciudadanos, Vox y PSOE.

De los naranjas capta el 72,0% de sus electores, que en número de votos son 1,2 millones y de los de Abascal les resta el 22,1% de su base electoral, que significa 0,8 millones de votantes. Al PSOE le sustrae el 11,0% de sus votantes, el equivalente a 745.000 votos. Con estas aportaciones logra alcanzar los 8,2 millones de votantes, incrementando en 3,1 millones su electorado de 2019.

Pero aún tiene margen de crecer a costa de estos partidos. Hay 375.000 votantes de Ciudadanos que volverían a votar a los naranja o se abstendrían.

Mientras que entre los votantes de Vox existe una bolsa constituida por 1,9 millones de electores que ideológicamente se consideran de centroderecha o derecha, por lo tanto equiparables al votante medio del PP. De aquí al 10 de diciembre de 2023, fecha plausible de las elecciones generales, los populares tienen como tarea fundamental acabar de incorporar el electorado naranja que aún no ha dado el paso de unirse al PP y al votante moderado de Vox.

Si se diera esta circunstancia en Vox, quedaría este partido con menos de un millón de votantes, los que se autoubican en la extrema derecha. Su representación en el Congreso de los Diputados sería interior a la decena de escaños.

Otro factor es la creciente desmovilización entre el PSOE, que haría incrementar la abstención, lo que facilitaría que el PP se aproximara al 44% del voto en un escenario de baja participación, como ya sucedió con las grandes debacles socialistas de 2000 y 2011, que permitieron que el PP se alzara con mayorías absolutas.

Y finalmente no debemos descartar que Podemos e IU concurran por separado a las elecciones generales, con lo que su resultado sería desastroso, ya que incluso en el supuesto de que entre ambas candidaturas por separado sumaran como la coalición UP de 2019, su representación se reduciría a menos de una veintena de escaños entre las dos listas, frente a sus actuales 35 diputados.Ya lo vimos en junio en Andalucía.

Con respecto al PSOE habrá que estar vigilantes de cómo va incrementándose la respuesta interna por un lado y la desafección de sus votantes, que irán creciendo a medida que nos acerquemos a las elecciones del 28 de mayo próximo, municipales en todo el territorio nacional y autonómicas en trece de las diecisiete autonomías. Tampoco debe perder de vista el Partido Socialista el efecto negativo de dos posibles nuevas candidaturas de izquierdas, la de Yolanda Díaz por un lado, que captaría al votante del PSOE más perjudicado por la crisis económica y la de los Jacobinos, la izquierda antinacionalista, que aprovecharía el malestar de amplias capas del electorado socialista por la complicidad del actual PSOE con EH Bildu y ERC.

Por lo que habrá que estar atentos a las consecuencias, de la más que probable pérdida de todas las actuales autonomías socialistas en las elecciones del próximo mes de mayo.