Punto de inflexión

Sánchez aísla a Podemos: “No se irán del Gobierno”

El PSOE se planta ante sus socios en leyes como el “solo sí es sí”, Bienestar Animal o “mordaza”, en las que no habrá más cesiones

Un punto de inflexión. Desde que PSOE y Unidas Podemos iniciaran hace tres años la primera experiencia de un Gobierno de coalición, las discrepancias se han sucedido con mayor o menor intensidad y recorrido. Sostenidas más o menos en el tiempo, finalmente acababan por reconducirse y era, en los momentos más críticos, cuando el presidente del Gobierno decantaba la balanza. Pedro Sánchez permitió que el Ministerio de Igualdad ganara importantes batallas en el seno del Ejecutivo: logró imponer su criterio en la Ley del “solo sí es sí”, en la Ley Trans e incluso la salida de Carmen Calvo del Consejo de Ministros podría interpretarse como un gesto de distensión hacia el ala morada.

Sin embargo, esta etapa ha acabado. La entrada en 2023, un curso capital por los intereses electorales que hay en juego, ha hecho que cambie la óptica desde la que se abordan los debates. En el PSOE son conscientes de que no pueden ahogar a sus socios, que dejarles sin oxígeno político también acabará por comprometer sus opciones de revalidar el poder tras los comicios. No en vano, necesitan que sus aliados sean tercera fuerza. Pero la mera supervivencia política también obliga a reaccionar al PSOE y con la Ley del “solo sí es sí” los socialistas estaban viendo amenaza su propia razón de ser. Y Sánchez ordenó «resolver el asunto cuanto antes».

Esta inminencia en la respuesta se entiende porque los técnicos de Justicia llevan estudiando las revisiones de condenas a agresores sexuales y los recursos, a éstas, interpuestos por las víctimas desde que el pasado 15 de noviembre se desatase la tormenta de la ley de Igualdad. El desgaste estaba siendo ya inasumible y la cerrazón de Podemos, insuperable. Fuentes de la negociación señalan que se había alcanzado un acuerdo en lo político para lograr elevar las penas, pero no en la parte técnica de cómo hacerlo. «No podemos esperar más», aseguraban fuentes socialistas, que ven la sobreactuación de sus socios en clave de precampaña. “Esto no va de egos o de relatos políticos, esto va de presentar un texto legal jurídicamente impecable para evitar que se sigan produciendo rebajas de pena”, explican.

En este contexto, el PSOE presentó ayer en solitario la proposición de ley para reformar la Ley de «solo sí es sí». Esto supone un hecho diferencial en la resolución de crisis anteriores: se hace sin contar con el concurso de los morados y visibiliza la hoja de ruta que se ha marcado el Gobierno. En Moncloa son conscientes de que Podemos «no se irá del Gobierno» y este convencimiento, expresado con toda rotundidad por varios cargos y ministros, permite a los socialistas cierto margen de maniobra para actuar. Esto es, tensarán la cuerda para imponer sus tesis, conscientes de que tienen los números para sacar ciertas cuestiones adelante, aunque lo hagan con la oposición de sus socios.

En la misma línea, los socialistas avanzarán esta semana con la Ley de Bienestar Animal, cuya apuesta por dar un trato diferente –al de animales de compañía– a los perros de caza ha llevado a los morados a comparar a Sánchez con el líder de Vox, Santiago Abascal. Los socialistas no van a ceder, han trabajado la enmienda con el sector rural y saben que las 800.000 licencias de caza que hay en juego pueden comprometer los resultados electorales del PSOE en Castilla-La Mancha o Extremadura. «Sería tanto como perder las elecciones», señalan. En este sentido, fuentes socialistas consultadas creen que los morados no tumbarán toda la ley por una enmienda con la que no están de acuerdo. O ceden o caerá. En similar situación se encuentran otras leyes como la «mordaza», con los partidos más preocupados en esquivar su responsabilidad por un posible fracaso, o la ley de vivienda, que no acaba de ver la luz y se han puesto como límite el mes de marzo para aprobarla.

Los morados no dejarán pasar la batalla sin pelearla hasta el final y es que han hecho «causa honoris» de esta negociación, al ser su ley estrella. Advierten de que no les temblará el pulso para llevarla hasta el final. Esto es, ruptura de voto la próxima semana en el Pleno. El partido denuncia que se trata de un “incumplimiento” del PSOE por “echar para atrás una ley bien hecha”. Descartan dimisiones en el Ministerio a pesar de que la corrección de la norma implique una desautorización a la ministra Irene Montero y si bien no se plantean tampoco abandonar el Ejecutivo, ya evitan confirmarlo en público, a modo de estrategia. En Podemos denuncian que se trata de una decisión «unilateral» del PSOE y las cábalas que transmiten tanto en el grupo parlamentario como en el Ministerio van en la dirección de apuntalar su discurso político de diferenciarse del PSOE. Las fuentes consultadas creen que el PSOE ha tomado una “salida política” y le acusan de ceder ante presiones con fines electoralistas. “Sánchez necesitaba un cambio” en el final de la legislatura, dicen.

Otro asunto por dilucidar es el apoyo con que cuenta la reforma. El PSOE sabe que necesita armar una mayoría que deje a Podemos aislado, esto es, contar con más votos que los del PP. Si, por el contrario, es Podemos quien consigue atraer a sus tesis al resto de aliados, serán los socialistas quienes queden retratados. “No nos importa, lo único que queremos es reformar la ley y que acaben las rebajas”, sostienen en Ferraz. Pero el PSOE también contará con buena parte de los socios, a excepción de Bildu, que sigue fiel al modelo de consentimiento que defiende Igualdad.