Exteriores

Albares se felicita por el pacto migratorio y saca pecho de las llegadas irregulares a España

Defiende la relación con los socios para hacer frente a las mafias

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, participa en la jornada 'Balance de la Presidencia española de la Unión Europea', en la sede de la Fundación Alternativas, a 21 de diciembre de 2023, en Madrid (España). La Presidencia Española del Consejo de la Unión Europea finaliza el 31 de diciembre con retos para la Unión tan relevantes como su ampliación, el pacto de migración y asilo, las nuevas reglas fiscales, la autonomía estratégica, la transición ...
Albares participa en una jornada para hacer balance sobre la Presidencia española de la Unión EuropeaGustavo ValienteEuropa Press

Ocho años después de la ola migratoria procedente de Siria e Irak que tensionó el sistema de acogida basado en reglamento de Dublín por el que se establece que le corresponde examinar la solicitud de asilo normalmente al país por el que la persona accedió a la Unión Europea, los Veintisiete alcanzaron ayer el pacto migratorio europeo, que establece un mecanismo de solidaridad obligatoria para atender las demandas de los países de entrada,  como España, Italia o Greci a. Un acuerdo alcanzado bajo presidencia española de la UE y que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha calificado como "gran noticia" e "hito histórico".

El jefe de la diplomacia ha hecho esta valoración durante un acto de balance del semestre español organizado por la Fundación Alternativas en el que además, ha querido sacar pecho de las cifras de llegadas irregulares a España en comparación con el Mediterráneo Oriental, en la ruta hacia Grecia, o el Central, en la ruta hacia Italia. Unas palabras que llaman la atención dado que a falta de dos semanas para que termine el año, hay una cifra récord de llegadas de 51.000 personas.

En este sentido, ha hecho hincapié en que "no era nada fácil" porque los Veintisiete tenían "posiciones muy distintas". "Siempre estuvo en duda que se pudiera alcanzar", ha dicho dado la diferencia de criterios entre los países de recepción de inmigrantes y los situados más al norte del continente. Es por ellos que ha valorado que si no había acuerdo bajo presidencia española, dado el "liderazgo" de España en este ámbito no lo habría.

El jefe de la diplomacia española ha aprovechado para defender la gestión del Gobierno, pese a las llegadas récord que está registrando el país, especialmente, en la ruta Atlántica.

Alrededor de 400 personas personas llegaron ayer al archipiélago canario, unas cifras que este año son cotidianas por el elevado número de llegadas irregulares. De hecho, Canarias ha recibido un 118% más de inmigrantes que el año pasado, superando las 37.000 llegadas.

Pese a los números, Albares ha presumido de cifras, comparándolas con las de otro países del Mediterráneo y ha dicho que España cuenta con "mejores cifras" porque " "tenemos buenos socios en la lucha contra las mafias". De hecho, el ministro visitó la semana pasada tres de estos socios en la lucha contra la inmigración irregular claves para España. Este fue precisamente uno de los temas que abordó en sus encuentros en Marruecos, Senegal y Mauritania, países de origen de embarcaciones que llegan esencialmente a las costas de las islas Canarias. "Es una gran noticia que por fin tengamos un instrumento europeo para hacer frente a un problema europeo", ha incidido el ministro, destacando que el acuerdo alcanzado la víspera "establece un buen equilibrio entre solidaridad y responsabilidad".

El acuerdo alcanzado en Bruselas se establece un mecanismo de solidaridad obligatoria para atender las demandas de los países de entrada, Si bien es cierto es que esta solidaridad compartida es obligatoria, pero los países pueden optar por acoger o pagar una cuota, o combinar ambas fórmulas. De hecho, los Estados pueden intercambiar sus cuotas por 20.000 euros por cada persona no reubicada.

España, ha sostenido, siempre ha asumido su "responsabilidad" como país de primera entrada, pero por parte de sus socios tiene que haber "solidaridad" puesto que quienes llegan a las costas españolas, italianas o griegas "se dirigen a Europa" y por tanto "el punto de entrada no es algo definitivo ni definitorio". "Si el fenómeno europeo la respuesta solo puede ser europea", ha resumido.