Caída y auge de Ortuzar

Al tiempo que se ha hecho necesaria la participación de la UE para que Sánchez y Feijóo puedan alcanzar un acuerdo en materia judicial, el Gobierno pacta con Bildu prorrogar las medidas antidesahucio para 2024. Es decir, le resulta más fácil entenderse con los abertzales que con el primer partido de la oposición. Más allá del contenido del acuerdo, la operación debe ser de mucho interés para el líder socialista porque, de momento, lo único que ha transmitido desde el inicio de la legislatura es, en primer lugar, que se mueve en la banda de los «outsiders» de la política española, con quienes homenajean a etarras. Y en segundo lugar, el hecho de que las medidas más sociales le sean impuestas por sus socios le convierte en el partido de derechas del bloque Frankenstein.

Quien tiene un horizonte incierto es Ortuzar, porque todo apunta a que el PNV, y Podemos, pagarán la factura de la fiesta de Sánchez. PNV y Gobierno vasco han sido prácticamente lo mismo, han gobernado Euskadi desde 1980 casi de manera ininterrumpida. Pero hace cinco años, cuando apoyó la moción de censura contra Rajoy, empezó su caída libre. Hay varios elementos que no ha sabido interpretar la dirección nacionalista. Por ejemplo, que Otegi tiene como objetivo ganar las elecciones vascas y usa los acuerdos que le brinda el PSOE de manera vehicular. Bildu se ha mantenido discreto en la negociación de investidura. Otegi sabe que Sánchez quiere debilitar a sus aliados para tener más margen de maniobra y que Bildu es el mayor problema del PNV.

Por otra parte, ser llave de la gobernabilidad del país tiene un precio y el de los abertzales es la amnistía de los presos de ETA. Pero esa ley requerirá un poco más de elaboración que la de Puigdemont. Lo que sí obtiene sonréditos a corto plazo, en forma de votos. Sánchez ha blanqueado a Bildu y le ha dado un barniz institucional que era, a priori, muy difícil de conseguir. Mientras Ortuzar se quema a lo bonzo apoyando al PSOE frente a Feijóo, Sánchez le ha hecho la cama con Bildu. El dirigente vasco debería hacerlo mirar.