Protesta

El campo se le agrieta a Pedro Sánchez: el PSOE tiene a agricultores y ganaderos que trinan

Las extremistas maneras ecologistas del presidente han convertido a agricultores y ganaderos en los nuevos chivos expiatorios

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), recibe al presidente de Brasil, Luiz Ignacio Lula da Silva, en el Palacio de la Moncloa.Alberto R. RoldánLa Razón

Las apuestas más fuertes del Partido Socialista pasan ya por conservar Sevilla y reconquistar Barcelona. De 52 capitales, 41 ahora las dan por perdidas, entre ellas Madrid y Valencia. Quienes, en el estado mayor del PSOE, corean a su líder envuelto en la bandera de la vivienda, deberían hacérselo mirar. «Nos quedan más compromisos en materia de vivienda antes del 28 de mayo», dejan caer. Pero la chanza que ha suscitado en la opinión pública la subasta de casas por entregas ha chafado de momento las expectativas en un tema de tanto impacto social que buscaba enganchar electoralmente con los jóvenes. En política se puede hacer todo, menos el ridículo. Ha sido grotesco.

El problema añadido de Pedro Sánchez es su nula credibilidad, fundamentalmente porque amolda la realidad a su conveniencia. Alberto Núñez Feijóo demuestra realismo leyendo el estado de ánimo social al empuñar con fuerza el ariete de «la derogación del sanchismo». Para cualquier organización política es esencial convertir las urnas en una coyuntura decisiva. El PP lo ha sabido ver, con Feijóo a la cabeza. Y además, claramente. El partido se siente armado y cargado de confianza. Le espolea el tirón de su jefe de filas, quien, a diferencia del presidente del Gobierno, puede pisar la calle.

A un lado y otro se intenta marcar el temario de la campaña. Junto a la tómbola de pisos sigue su camino la controversia de Doñana. En la séptima planta de Génova creen que los desaforados ataques del Gobierno no generan a Juanma Moreno «ni un rasguño». Más aún, los sondeos señalan que los populares, a estas horas, arrasan en Huelva, donde hasta la diputación provincial podría cambiar de signo. El PSOE tiene a los agricultores y ganaderos que trinan. Y no solo a los onubenses. Las extremistas maneras ecologistas de Sánchez los ha convertido en los nuevos chivos expiatorios. El próximo 14 de mayo, SOS Rural está preparando una gran manifestación en Madrid en defensa del campo.

No hablamos del ecologismo que sabe de medio ambiente por sacar a pasear al caniche por el parque del Retiro. Todo lo contrario, son aquellos que viven y cuidan del campo y permiten a las familias españolas mantener la soberanía alimentaria. Palabras mayores.

A fuerza de repetirlo, parece ya casi una obviedad: el recuento de las elecciones del 28-M va a tener un impacto enorme en el tablero nacional. Las municipales y autonómicas van a marcar el clima de las generales. La próxima noche electoral nos pondrá delante de una fotografía muy fiel sobre quién está más cerca de hacerse con las llaves de La Moncloa. De ahí que tanto Sánchez como Feijóo hayan roto sus agendas para cargarlas de actos por toda España, a lomos de sondeos, eslóganes y estrategias de laboratorios sociales.

Asimismo, ante el plebiscito entre Sánchez y Feijóo en el que han convertido sus cuarteles generales este test del 28-M, ha calado la opinión de que el líder socialista hace un flaco favor a sus candidatos y puede resultar contraproducente para sus siglas. Tal preocupación se palpa al hablar con gente de su partido. La invitación de la Casa Blanca para verse con el presidente estadounidense Joe Biden el 12 de mayo, justo en el pistoletazo de salida de las elecciones, ha obligado a reestructurar la campaña electoral. El esperado encuentro bilateral será breve. Bien lo sabe el equipo presidencial. Pero la política se ha transformado en publicidad y Washington es un lugar pintiparado para estirar la querencia de Sánchez por moverse en la arena internacional como un trampolín para coger impulso.

«Nada está hecho y faltan cuatro semanas», repiten a la contra desde la sala de máquinas socialista. Los tracking que manejan muestran una tendencia clara a favor del centroderecha. El tiempo y resultado es el que es. Jorge Azcón acariciaría la posibilidad de elegir aliado, entre Vox y Aragón Existe, para hacerse con la mayoría absoluta en Aragón y desalojar a Javier Lambán. «Se nos aleja la idea de un tripartito», me cuentan sobre el terreno. El PP será el partido más votado en Baleares y, ahora mismo, Marga Prohens, aunque evite confiarse en su batalla ante Francina Armengol, toca el poder. También se aclara el panorama del PP en Canarias. Suma y sigue.

La Comunidad Valenciana, clave para el futuro de Pedro Sánchez, se le derrumba al PSOE. Ximo Puig, en manos del resultado de Podemos, vive en una montaña rusa diaria de posibilidades y ve como su rival, Carlos Mazón, le sobrepasa.

Los cánticos fúnebres están listos para la izquierda en La Rioja y empiezan a oírse en Castilla-La Mancha para Emiliano García-Page o en la Extremadura en manos de Guillermo Fernández Vara. Hasta en Asturias corre riesgo el socialismo. Esto me chiva algún «outsider» desde Ferraz. Además, tanto la madrileña Isabel Díaz Ayuso como el murciano Fernando López Miras rozan la mayoría absoluta.