Barcelona

Complicada cita internacional de Rajoy

El presidente viaja a Sofía donde tiene previsto encontrarse con Merkel por primera vez desde que Puigdemont fue puesto en libertad por una Justicia alemana que aun debe decidir sobre su extradición. La visita Rajoy a Bulgaria coincide con la investidura y toma de posesión de Torra en Barcelona

El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, durante su estancia en Bulgaria / Efe
El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, durante su estancia en Bulgaria / Efelarazon

El presidente viaja a Sofía donde tiene previsto encontrarse con Merkel por primera vez desde que Puigdemont fue puesto en libertad por una Justicia alemana que aun debe decidir sobre su extradición. La visita Rajoy a Bulgaria coincide con la investidura y toma de posesión de Torra en Barcelona.

Varias circunstancias se han alineado para hacer de la visita a la capital búlgara que emprenderá Mariano Rajoy hoy una de las citas internacionales más comprometidas para el presidente desde que está en la Moncloa. Sobre el papel se trata de un simple encuentro bilateral con el Ejecutivo de Bulgaria, país que ostenta la presidencia rotatoria de la UE, seguida, también en Sofía, de una cena con los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea que se reúnen al día siguiente la cumbre UE - Balcanes Occidetales, cumbre a la que España no asistirá. Sin embargo el viaje de Rajoy es relevante y difícil por un doble motivo.

Por un lado se prevé que durante la cena del miercoles el presidente español y la canciller Merkel se reúnan en Sofía, un encuentro en el que a buen seguro saldrá a relucir la presencia del ex presidente de la Generalitat Puigdemont en Berlín y su posible extradición a España para responder ante la Justicia por su papel en el proceso soberanista. Por otro lado, el periplo de Rajoy en Bulgaria coincidirá con una apretada agenda institucional en Cataluña. Mañana martes está prevista la investidura de Quim Torra y el presidente español reaccionará a su discurso en el parlament durante una rueda de prensa en Sofia. Al día siguiente, el miércoles, tendrá lugar la toma de posesión del nuevo jefe del Ejecutivo catalán lo que debería suponer el levantamiento de la intervención del Gobierno en esta región amparada por el artículo 155 de la Constitución.

El sólido vínculo existente entre Alemania y España en Bruselas –fraguado en el apoyo germano a las medidas desarrolladas por Rajoy durante lo peor de la crisis en 2012– vive sus momentos más tensos después de que el tribunal regional superior de Schleswig-Holstein dictaminara que no existe un equivalente claro entre el ordenamiento jurídico alemán y el español en el delito de rebelión que el Tribunal Supremo imputa a Carles Puigdemont. Aunque el Madrid comprende que la decisión es estrictamente judicial, algunas desafortunadas declaraciones de ministros socialistas de la recién estrenada coalición de gobierno de Merkel fueron como sal en las heridas de Moncloa que llevaba meses capeando el temporal secesionista con el aval de Europa.

Un tercer aspecto añade un extra de tensión al viaje: Rajoy, después de asistir a la cena con los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 volvera a Madrid sin asistir a la cumbre UE - Balcanes. La razón es que entre los países invitados a la cumbre está Kosovo, una región de Serbia que declaró unilateralmente su independencia en 2008 y que no ha sido nunca reconocida por nuestro país por razones obvias. Además de España hay otros cuatro países que no han reconocido Kosovo: Grecia, Chipre, Rumanía y Eslovaquia. Kosovo sufre un paro general del 31% por ciento y de un 45% en la juventud. La UE exige visado para entrar en el espacio común debido al riesgo que existe de una ola de inmigración masiva desde esta región serbia. España ha movilizado su diplomacia en Bruselas para que durante el encuentro de los miembros de la UE con países de los balcanes occidentales no se diera tratamiento de Estado a Kosovo pero las gestiones han sido infructuosas y, en consecuencia, Rajoy no estará presente en las sesiones de trabajo para las que se designara a un representante de menor rango.

Fuentes diplomáticas españolas aseguran que otros países también han mostrado su malestar con el formato elegido y consideran que independientemente de la presencia de Kosovo, «la Comisión Europea se está equivocando con el tema de fondo» al dar esperanzas a estos países.