Terrorismo yihadista

Condenados a 17 años de prisión dos yihadistas que querían atentar en Ceuta

“Esto es lo que hay que hacer en Ceuta, lo que han hecho en Francia”, aseguraron tras los atentados de París

Un agente de la Guardia Civil sostiene un subfusil encontrado en el zulo de los ahora condenados/Efe
Un agente de la Guardia Civil sostiene un subfusil encontrado en el zulo de los ahora condenados/Efelarazon

Condenados a 17 años de prisión dos yihadistas que querían atentar en Ceuta

La Audiencia Nacional ha condenado a 17 años de prisión por delitos de participación activa en organización terrorista y depósito de armas de guerra con fines terroristas a Abdelilah Chellaf, “Stilike”, e Icham Abdeselam, “Barbarroja”, que se reunían en un garaje de Ceuta en el que exaltaban las acciones suicidas de Daesh al tiempo que, según declaró un testigo protegido, propugnaban hacer lo mismo en Ceuta. Ambos individuos integraban un grupo permanente, al menos desde 2011 y hasta su detención el pasado año, que tenía escondido en un descampado un subfusil, dos machetes y un cuchillo de grandes dimensiones.

El tribunal, presidido por el magistrado Alfonso Guevara, considera probado que Chellaf y Abdeselam se reunían en la más estricta confidencialidad en el garaje del primero para abordar asuntos relacionados con la yihad, aprovechando unas reuniones que, en principio, teníen como objetivo el tráfico de drogas. En estos encuentros periódicos se fue apuntalando en ambos “la radicalización en los postulados más extremistas del salafismo, exhibiendo videos y haciendo escuchar cánticos yihadistas y realizando continuos rezos, además de proferir consignas de exaltación de acciones terroristas suicidas llevadas a cabo por comandos armados del Daesh, al objeto de incitar a los asistentes a la comisión de acciones similares”.

En la condena de los dos procesados ha sido clave la declaración de un testigo protegido que declaró en la vista oral que cuando el grupo terrorista veía los vídeos de la lucha de los yihadistas aseguraban que “eso es lo que había que hacer en España, en concreto en Ceuta”. Asimismo, pudo ver cómo el tío de “Stilike” -condenado a doce años de cárcel por pertenencia a organización terrorista- les entregó las armas que posteriormente “Barbarroja”, junto a otra persona, enterraron en un descampado próximo.

Para los magistrados, los vídeos exhibidos en el juicio oral encontrados en los registros de los domicilios de los acusados, así como las armas que tenían a su disposición “permiten concluir que ambos acusados formaban parte de una organización de carácter terrorista”. Añaden que su conducta no fue una colaboración puntual más o menos permanente, sino que “estamos ante una pertenencia activa en una organización o grupo terrorista que estaba dispuesta a realizar acciones necesarias para alcanzar los fines del alterar la paz pública y/o subvertir el orden institucional participando de los discursos y actividades de la ideología radical, que anima su actuación, lo que va más allá de una mera colaboración”. Lo hicieron, según el tribunal, como medida de seguridad tras unas detenciones en Ceuta de miembros del grupo terrorista.

Las armas que escondieron de madrugada en ese rudimentario zulo, en marzo o abril de 2016, precisa la Sala, eran un subfusil MP5 del calibre 9mm Parabellum de fabricación iraní con cargador de 26 cartuchos, en perfecto estado de funcionamiento, dos machetes de 45 y 43 cm de largo y un cuchillo de grandes dimensiones.

El punto de inflexión en la radicalización de los dos condenados se sitúa en 2016, cuando tras los atentados de París en noviembre del año anterior proferían frases como “esto es lo que hay que hacer en Ceuta, lo que han hecho en Francia” y “vivan nuestros hermanos”, relata la sentencia.

Tras la detención de los acusados, en el registro de la vivienda de Chellaf los agentes hallaron un foto de la zona donde se encontraron las armas enterradas, un dato que la Audiencia considera “esencial”, así como diferentes imágenes y vídeos de muyahidines. En el domicilio de su compañero se encontraron imágenes de muertes y masacres, así como diversos audios de cantos religiosos con llamamientos a la yihad.