
21D
La crisis ruge ya en el PSOE extremeño por el batacazo electoral
El partido, exbastión socialista, culpa a Sánchez. La central de Almaraz es el tiro definitivo recibido desde Madrid

No hay ilusión en el PSOE extremeño. La presidenta de la región, la popular María Guardiola, cogió el calendario y eligió el próximo domingo 21 de diciembre para sacar las urnas a la calle tras constatar su incapacidad de aprobar unos presupuestos en la Asamblea autonómica.
«En Extremadura partimos de una situación muy mala, complicada, con un suelo bajo. A partir de ahí, todo lo que pueda ser mejorar algo, será bueno. Pero no tiene buena pinta», concede a este diario un miembro de la ejecutiva socialista. En verdad, el partido teme un «batacazo». La marca PSOE está en mínimos en una tierra que históricamente se ha entendido con el puño y la rosa.
Guardiola, que ha confirmado la debilidad de sus adversarios en las últimas encuestas, se ha lanzado a apretar el botón electoral. El candidato socialista, el secretario general Miguel Ángel Gallardo, es una «rara avis» dentro del universo de candidatos del sanchismo. Se sentará en el banquillo de los acusados en febrero por los presuntos delitos de prevaricación administrativa y tráfico de influencias, junto a otros diez procesados, entre ellos el hermano del presidente del Gobierno, David Sánchez Pérez-Castejón.
De manera que el momento en el que arranca la campaña no puede ser menos propicio para un barón autonómico que no fue del agrado del presidente. Gallardo mantuvo el liderato de su organización gracias a las primarias que ganó a la candidata de Ferraz. El secretario general de los socialistas extremeños se blindó bien: forzó la renuncia de varios compañeros diputados para correr la lista y conseguir el acta que le daba el aforamiento.
Aquello fue un juego de gato y ratón con la juez que ha instruido el caso, Beatriz Biedma, la otra señalada por Moncloa, junto a Juan Carlos Peinado, que investiga a la mujer de Pedro Sánchez. Pero no solo eso. A Sánchez no le quedó más remedio que cambiar en el último congreso federal del partido, en Sevilla hace casi un año, el código ético del partido. Desde entonces, ya no basta con la apertura de juicio oral para que un alto cargo dimita: ahora se exige una sentencia firme.
Lo que antes era símbolo de regeneración democrática se ha diluido por culpa de acusaciones «sin hechos que las respalden», como asegura una alta fuente del Gobierno. Sánchez ordenó a su partido desdecirse. Por eso, Gallardo no solo sigue al frente, sino que será el candidato. Esa situación tensionó al partido y lo dividió en dos facciones: la de Cáceres y la de Badajoz. Pero Gallardo, respaldado por Sánchez, ha consumado una renovación total de las listas.
Sánchez presentará a los candidatos en un acto público el próximo miércoles en el hotel Las Lomas de Mérida, tras la cancelación del mitin de la pasada semana por el temporal. Los socialistas extremeños aseguran que la maquinaria electoral está ya activada con el objetivo de devolver a Extremadura «la estabilidad y la confianza» tras una legislatura «fracasada que no ha servido para nada». El 75% de la lista socialista es nueva.
La dirección territorial ratificó el miércoles los cambios. Gallardo será el cabeza de lista por Badajoz y Álvaro Sánchez Cotrina le seguirá por Cáceres. Las candidaturas han sido validadas con un respaldo del 98%. Pero a nadie allí se le escapa que tanto el candidato, como, el desgaste de Sánchez, lo pondrán todo aún más difícil. Además, el 21D será la primera cita con las urnas tras el escándalo de Santos Cerdán, así como tras la publicación de los audios de Koldo García y José Luis Ábalos repartiéndose prostitutas. El PSOE contiene el aliento. En caso de que Gallardo baje un piso más el suelo del partido, la alarma roja sonará aún con más fuerza.
El PSOE sabe que este ciclo electoral no se juega en clave territorial, sino en clave nacional. Cada vez que se saquen las urnas, los españoles decidirán, de alguna manera, sobre Pedro Sánchez y sus 7 años a los mandos. Tic, tac.
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