El periscopio

El cuaderno verde de Feijóo

El líder del PP sopesa grandes cambios con el objetivo de afianzar su liderazgo, renovar la cúpula del partido y afrontar la posibilidad de unas elecciones

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo
El líder del PP, Alberto Núñez FeijóoEuropa Press

Nervioso, tenso, acorralado. Así se mostraba Pedro Sánchez en el pleno del Congreso de los Diputados del pasado miércoles, uno de los más duros que se recuerdan, entre el incremento del gasto en Defensa bajo la ira de sus propios socios, el histórico apagón que dejó a oscuras a toda España y el caos ferroviario claramente revelador de la desastrosa gestión del ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, a quien el puesto le viene más grande que un traje de buzo a un mosquito.

En los pasillos, muchos diputados socialistas no ocultaban su preocupación por el escenario, el cual refleja la imagen de un Gobierno totalmente en colapso. En su estilo de atacar sin piedad al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, el jefe del Ejecutivo optó por los golpes bajos de citar el desastre del «Prestige», el accidente del Yak-42, la gestión de Carlos Mazón en la DANA y hasta los atentados del 11M.

Pero Feijóo, lejos de caer en provocaciones, protagonizó una espléndida intervención: «El único que se alegra del apagón es su hermano», dijo en alusión a la imputación de David Sánchez por la jueza de Badajoz, que pasó casi desapercibido en el mismo día del escándalo del apagón. El presidente se revolvía en su escaño con un gesto desafiante hacia el popular, prietos los dientes, rictus de enojo. En esta semana negra, varios parlamentarios del grupo popular tiraban de ironía: «Sánchez presume de ateo, pero el cónclave para elegir un nuevo Papa le viene de perlas». Todo vale para tapar la corrupción y el desgaste de un Gobierno contra las cuerdas.

Cuatro horas de intervención soporífera, acabada con los aplausos serviles de sus ministros, todos en pie a las órdenes del gran jefe fiel a su estilo de resistir, ganar y morder en la yugular sin sólidos argumentos al adversario. Pero en el PP cunde la idea de que esto ya no da más de sí y se preparan para lo que venga, tal vez un adelanto electoral.

En estos días, los teléfonos de dirigentes populares echan humo ante la noticia, muy insistente aunque no confirmada oficialmente por Génova 13, de que Alberto Núñez Feijóo planea convocar un congreso extraordinario del partido el próximo mes de julio. El líder del PP ha citado a todos sus cargos nacionales, barones autonómicos y dirigentes regionales este lunes en un Comité Ejecutivo que se califica como importante y alberga un capítulo de «nombramientos».

Según fuentes bien informadas, Feijóo sopesa grandes cambios con el objetivo de afianzar su liderazgo, renovar la cúpula del partido y afrontar la posibilidad de unas elecciones generales. Los estatutos del PP contemplan dos meses desde el anuncio para la celebración del congreso, por lo que el gallego ha citado mañana a toda la plana mayor del partido y, de confirmarse, tendría lugar en julio.

El objetivo formal del Comité Ejecutivo es la designación de Esteban González Pons como nuevo portavoz de la delegación española en Bruselas, tras el nombramiento de Dolors Montserrat como «número dos» y secretaria general del Partido Popular Europeo (PPE), pero diversas fuentes del entorno de Feijóo indican que la remodelación puede ir más allá y afectar a la actual dirección.

De ser así, Feijóo convocaría a la Junta Directiva Nacional, máximo órgano del partido encargado de convocarlo y elegir a su comisión organizadora. Según las mismas fuentes, el líder gallego es altamente discreto en sus decisiones, las cuales anota en un cuaderno de color verde, similar a los paisajes de su tierra gallega, símbolo de calma y equilibrio emocional. En su entorno bromean con este asunto y recuerdan el famoso «cuaderno azul» de José María Aznar, en el que el expresidente del Gobierno anotaba los cambios de su equipo. Ahora, Núñez Feijóo lo hace en otros de color verde, tiene varios ejemplares, con el mismo secretismo de su antecesor. La nueva dirección del partido, de confirmarse el citado congreso, obedece a la fragilidad del Gobierno de Sánchez, al convulso escenario político español y al nuevo orden geoestratégico mundial.

En los últimos años, el PP ha celebrado un único cónclave ordinario en 2017, con Mariano Rajoy como su líder. Los otros dos extraordinarios fueron en 2018, para encumbrar a Pablo Casado, y el de 2022, para elegir a Alberto Núñez Feijóo tras una profunda crisis interna del partido. Llegó a la Presidencia del partido tras cuatro mayorías absolutas consecutivas en la Xunta de Galicia y ha ganado en todas sus elecciones a Pedro Sánchez, si bien el apoyo del «bloque Frankenstein» –integrado por comunistas, separatistas y bilduetarras– le ha impedido, en una anomalía democrática impensable en países de nuestro entorno, sentarse en La Moncloa.

Es de los pocos que nunca ha perdido un reto electoral, y ahora piensa que el ciclo de Sánchez está agotado. Hoy por hoy, es el único candidato que garantiza estabilidad, sentido común, gestión solvente en su etapa como presidente en Galicia y sentido práctico de la política frente al caos de un Gobierno en manos de populistas y soberanistas envueltos en una sopa de siglas. «El cuaderno verde siempre le ha dado suerte», comenta alguien muy cercano.

Apasionado del mar, navegante por la Ría de Vigo, andarín en la playa de Samil y «gourmet» de un buen pulpo en Oms, desde su llegada al liderazgo del PP la izquierda política y mediática ha intentado sacarle trapos sucios, pero él ni se inmuta. Ahora, enfrentado a Pedro Sánchez, ha ganado muchos enteros como parlamentario. Dicen sus paisanos gallegos que actúa como un bregado capitán frente a las mareas turbulentas que amenazan tormenta. Un líder en calma frente a la tempestad. Ha retado a Sánchez a salir a la calle, algo que él si hace muy a menudo sin que, como al socialista, le abucheen. Veremos qué sorpresas depara ese cuaderno verde ante unas praderas repletas de corrupción y gestión caótica del «sanchismo».