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Elecciones catalanas

El dato que "imposibilita" a Sánchez entregarle la Generalitat a Puigdemont

Los electores de PSC y de Junts ven incompatible un acuerdo entre ambas formaciones tras el 12M

Carles Puigdemont y Pedro Sánchez RONALD WITTEKEFE/EPA

Salvador Illa quiere gobernar, pero para ello va a necesitar una victoria holgada que impida tanto a Carles Puigdemont como a Pere Aragonès reclamar una investidura. ¿Por qué? Porque, sobre todo, Puigdemont tiene la intención de ser president a toda costa, pese a quedar segundo y pese a que el independentismo no obtenga mayoría absoluta. El mismo jueves ya lanzó un mensaje con amenaza a Pedro Sánchez al advertirle de que el PSC "tendrá que asumir las consecuencias" si no le inviste president, en referencia velada a que Junts puede quitarle el apoyo al Gobierno en el Congreso de los Diputados.

Sin embargo, hay un dato que prácticamente "imposibilita" cualquier opción de que el PSC haga president a Puigdemont. En este sentido, el último sondeo del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat, publicado el 26 de abril, recogía que tan solo un 3% de los votantes del PSC tenía como preferencia un acuerdo postelectoral con Junts, una cifra que contrasta con que el 46% tiene como preferencia a Esquerra y el 21% a los Comunes. Hay un 20% de los votantes del PSC que no tienen ninguna opción preferida para los pactos postelectorales, por lo que se interpreta que optan por que su partido no llegue a ningún acuerdo con nadie y gobierne en solitario.

En este sentido, de darse un pacto con Junts, el PSC se verá condenado a investir a Puigdemont porque el candidato posconvergente ya ha dicho reiteradamente que nunca va a pactar con los socialistas catalanes ni, mucho menos, va a hacer president a Illa. De esta manera, los socialistas catalanes tienen un panorama complicado tras las elecciones porque tienen que hacer equilibrios entre su electorado (que ve impopular el pacto con Junts) y Puigdemont, que tiene la llave de la gobernabilidad en España.

Por eso, Illa, que tiene la victoria prácticamente asegurada, aspira a ganar de forma holgada para tener múltiples opciones de pacto: sea gobernando en solitario mediante apoyos externos si los partidos contrarios a la independencia suman mayoría absoluta y le hacen president; o, sea alcanzando un pacto con Esquerra para gobernar en coalición, aunque para ese escenario ambas formaciones deberían llegar a los 68 escaños y ahora están cerca, pero pocas encuestas dan que lleguen.

Prácticamente igual que los votantes socialistas, tan solo un 6% de los electores de Junts tienen como preferencia al PSC para los pactos postelectorales: de ahí que Puigdemont tenga claro y repita una y otra vez que no va a llegar a ningún acuerdo con los de Illa porque sabe que es impopular entre sus bases. Lo único que viene a pedir Puigdemont es que el PSC le permita gobernar. El 66% de los votantes de Puigdemont tiene como preferencia a Esquerra para un pacto postelectoral, mientras que hay un 14% que no tiene ninguna.

En el caso de Esquerra, que es el otro partido que tiene opciones de gobernar, los electores están más divididos: un 34% apuesta por pactos postelectorales con Junts mientras que un 30% defiende acuerdos con el PSC.

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