Presupuestos

​La Armada insiste en que hay que comprar cazas F-35B para sustituir a los viejos Harrier AV8B+ "cuanto antes mejor"

"Pronto nos quedaremos como últimos y únicos utilizadores del Harrier", asegura el comandante de la Flotilla de Aeronaves de la Armada

F-35B a bordo del buque de asalto anfibio estadounidense USS America
F-35B a bordo del buque de asalto anfibio estadounidense USS AmericaLoockheed Martin

La Armada lo tiene claro: la única opción que se plantean para sustituir a los veteranos Harrier AV8B+ de la novena escuadrilla es el F-35B, el caza de quinta generación por el que ya han apostado buena parte de las fuerzas armadas occidentales y que, en este caso, además, es el único que permite el despegue y aterrizaje vertical, indispensable para operar en el portaaeronaves español "Juan Carlos I".

Y es que, en pleno proceso auge inversor del Gobierno en material para las Fuerzas Armadas españolas, la Armada ha vuelto a insistir en la necesidad de sustituir sus vetustos Harrier, una aeronave que en los pasillos del Ministerio de Defensa ni se menciona. Aún así, en una entrevista publicada por el Boletín informativo para personal de la Armada (BIP) el comandante de la Flotilla de Aeronaves de la Armada (Floan), capitán de navío José Emilio Regodón Gómez, al ser preguntado por la sustitución de los Harrier insiste en que, “en la actualidad, no hay más que un modelo posible: el F-35B”. Y añade al ser interrogado por las fechas más adecuadas: “Cuanto antes mejor”.

El comandante de la Floan explicó que “con la Marina Militare italiana y los Marines de la Marina estadounidense transicionando al F-35B, pronto nos quedaremos como últimos y únicos utilizadores del Harrier”. Y encima hay que tener en cuenta los tiempos: “No es posible obviar que, si el Ministerio de Defensa decidiese esa compra, habrá unos tiempos de espera en función de la demanda y la capacidad de producción de las líneas de montaje”.

Lo que hay que tener en cuenta según el capitán de navío Regodón es que los Harrier AV-8B “están aún en condiciones de seguir portando sus capacidades y no dejamos de mejorarlos en lo posible”. Lo cierto es que esas actualizaciones no dejaron de hacerse desde su llegada. Los aviones, recuerda Regodón, llevan cuarenta años en España, llegaron en la versión Day Attack, luego pasaron al standard SNUG (Spanish Navy Upgrade), después a la actual versión B+ entre 1996 y 2003, ahora mismo están en actualización al modo 5 de IFF y hay previstas mejoras de aviónica, sistemas y armas. Aún así, “las 11 aeronaves en servicio en la 9ª Escuadrilla se encuentran en su último tercio de vida y su baja está programada hacia el año 2030 puesto que, además de la obsolescencia propia de la plataforma, en el año 2028 se producirá el final del programa cooperativo que ha garantizado su sostenimiento y actualización durante todo su ciclo de vida”.

Respecto a lo que puede suponer perder esta capacidad si finalmente no se sustituyen los Harrier, el comandante de la Floan aseguró que “perder el ala fija embarcada supondría un paso atrás en nuestro nivel de ambición”. El capitán de navío puso como ejemplo el despliegue más reciente del LHD Juan Carlos I (Dédalo-23) y la capacidades que le aporta el ala fija ya sea como apoyo de la Infantería, a la fuerza naval, ataques coordinados, entrar tierra adentro… Una flexibilidad que, según Regodón, “sólo la aporta un ala aérea embarcada de reactores de ala fija”.

Así es el aterrizaje y despegue vertical en el F-35B

El F-35, fabricado por Lockheed Martin, es una aeronave de quinta generación, monoplaza y con capacidad furtiva, desarrollado bajo el programa Joint Strike Fighter para reemplazar al F-16, A-10, F/A-18 y al AV-8B en misiones de ataque a tierra, reconocimiento y defensa aérea. Fue diseñado en tres versiones distintas: el F-35A para despegue y aterrizaje convencional (CTOL), el F-35B capaz de realizar despegues cortos y aterrizajes verticales, que es el que necesita la Armada española para su buque “Juan Carlos I”, y el F-35C que es una variante naval capaz de operar en portaaviones.​

En lo que se refiere al modelo concreto que quiere la Armada, el F-35B STOVL, actualmente presta servicio en las marinas de Estados Unidos, Reino Unido e Italia.

El F-35 es un caza de peso medio y monomotor, similar a una versión más pequeña, más convencional y con un solo motor, del Lockheed Martin F-22 Raptor pesado y bimotor, y de hecho ambos modelos comparten muchos elementos comunes.

La versión STOVL F-35B está diseñada para reemplazar a la segunda generación del Harrier, que fue el primer avión operacional de aterrizaje vertical y despegue corto, cuya participación en la Guerra de las Malvinas en 1982 demostró su efectividad en las operaciones de guerra desde portaaviones ligeros.

La RAF y la Armada Británica utilizan este avión para reemplazar a los Harrier GR9 en sus portaaviones, mientras que el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos usa los F-35B para sustituir a los AV-8B Harrier II y a los F/A-18 Hornet.

El F-35B es similar en tamaño al F-35A de la Fuerza Aérea estadounidense, pero carece del cañón automático, que es opcional y debe ser transportado externamente en un contenedor bajo el fuselaje, ya que su lugar tras la cabina del piloto está ocupado en el F-35B por el impulsor vertical, innovación que fue uno de los factores decisivos en la selección del diseño ganador del programa JSF.

Para el despegue/aterrizaje vertical el F-35B utiliza un sistema distinto a las toberas giratorias del motor Pegasus de los Harrier. Consiste en una turbina, patentada por Lockheed Martin, desarrollada por Rolls-Royce y muy similar al sistema empleado en el Yakovlev Yak-141, en el que un turbopropulsor incrustado verticalmente en el centro del fuselaje proyecta su chorro de propulsión hacia abajo por medio de dos toberas situadas a cada lado del fuselaje, al mismo tiempo que se abren una pequeñas compuertas en la parte superior del avión para dejar pasar el aire al motor. Este sistema se complementa con la tobera del motor principal, de empuje vectorial y situada en la cola del avión.

La planta motriz del F-35B actúa como un multiplicador del flujo, de manera similar a un turbofán y consiguiendo el mismo efecto que la turbina principal del anterior caza Harrier. Sin embargo todo este mecanismo adicional es un peso muerto durante el vuelo normal del avión y reduce la capacidad de carga de armas y combustible del avión, así como limita su capacidad de ejecutar maniobras de altas G.

Durante el diseño, se utilizaron dos estructuras para realizar las pruebas de esta versión: el Lockheed X-35A (que más tarde sería convertido en el X-35B) y el X-35C, de mayor envergadura. 55​ Una de las primeras demostraciones de la capacidad del X-35 fue durante las pruebas de vuelo para la calificación en el programa JSF, en LAS que el X-35B despegó tras una carrera de menos de 150 metros, alcanzó velocidad supersónica y aterrizó verticalmente. Un logro que el modelo de Boeing no pudo igualar.​

El F-35B realizó su primer vuelo el 25 de febrero de 2009 y el 3 de octubre de 2011 comenzó sus pruebas iniciales de toma vertical sobre la cubierta del buque de asalto anfibio, de tipo LHD, USS Wasp.57​58​

Sin embargo, el avión, a pesar de sus características, ha recibido numerosas críticas, entre otras cosas por su elevado coste, ya que los costes del proyecto se dispararon. De hecho, Donald Trump amenazó con suspender el programa por el precio y sustituir los F-35 por la versión modernizada del F-18, aunque finalmente siguió adelante y se mantiene su fabricación.

De hecho, uno de los mayores inconvenientes de este avión, al menos para España, es su elevado precio, pues cada unidad costaría entre 90 y 130 millones de euros, sin contar el motor, y la Armada no compraría más de una docena de aparatos. Por este motivo, el Ejército del Aire estudia si se une a la compra y lo incorpora también a su flota, con el objetivo fundamental de sustituir a los F-18.

Características

Tripulación: 1 piloto

Longitud: 15,67 m

Envergadura: 10,7 m

Altura: 4,33 m

Superficie alar: 42,7 m²

Peso vacío: 13 300 kg

Peso cargado: 22 470 kg

Peso máximo al despegue: 31 800 kg

Planta motriz: 1× turbofán con postquemador Pratt & Whitney F135.

Empuje normal: 28 000 lbf (125 kN) de empuje.

Capacidad interna de combustible: 8.382 kg

Rendimiento

Velocidad máxima operativa (Vno): 2 205 km/h (1 370 MPH; 1 191 kt) (Mach 1,8)

Autonomía: 2 220 con combustible interno

Techodevuelo: 18 288 m (60 000 ft)85​

Empuje/peso: 0,87

Límite de fuerzas soportadas: 9 G

Armamento

Cañones: 1× cañón rotativo de 4 cañones General Dynamics GAU-22/A Equalizer de calibre 25 mm, montado internamente con 180 proyectiles

Puntos de anclaje: 6 pilones subalares con capacidad para 6.800 kg y 2 bodegas internas con cuatro pilones cada una con una capacidad total de 8.100 kg para cargar una combinación de bombas de propósito general: Mark 82, Mark 83 y Mark 84; bombas de racimo: Mk 20 Rockeye II, con capacidad de guiado WCMD; bombas guiadas por láser de la serie Paveway; bombas guiadas por satélite de la serie JDAM; GBU-39 Small Diameter Bomb; bomba nuclear B61

Misiles aire-aire:

De corto alcance: AIM-132 ASRAAM, AIM-9X Sidewinder e IRIS-T

De medio/largo alcance: AIM-120 AMRAAM, MBDA Meteor (pendiente de ser integrado) y el futuro JDRADM (a partir de 2020)

Misiles aire-superficie:

Misiles de crucero: AGM-154 JSOW, AGM-158 JASSM y SOM (Turquía)

Misiles antitanque: Brimstone

Misil antibuque: JSM