Inmigración
Disparos al aire y conato de motín en el «Río Tajo»
La operación de rescate de 168 migrantes llegó a Senegal tras un trayecto en el que la Guardia Civil tuvo que tomar el control
Los 168 migrantes rescatados el pasado jueves 24 de agosto por «Río Tajo», la patrullera de la Guardia Civil, ya están en tierra firme. Tal y como había ordenado el Ministerio del Interior, la misión culminó con la llegada de la embarcación al puerto de la ciudad de Saint Louis, en la costa noroeste de Senegal. Siguiendo la tónica de todo el proceso, el desenlace no estuvo exento de complicaciones. La escasa profundidad del agua impidió que el barco español recorriera los últimos 50 metros que lo separaban del pantalán. Los migrantes tuvieron que ser divididos en grupos y trasladados en otra embarcación más pequeña.
Así llegaba a su fin una «situación insostenible», como describió la AUGC (Asociación Unificada de Guardias Civiles), que se prolongó durante seis días. Unas jornadas cargadas de «problemas y condiciones penosas» con importantes riesgos para la seguridad de la tripulación, protestó.
A esta denuncia también se unió la de JUCIL (la asociación profesional de la Guardia Civil), que reclamó investigar el «desastre migratorio» vivido a bordo del buque español, criticó la «escasa implicación» política y mostró su preocupación por las pésimas condiciones de seguridad e higiene que afrontó la tripulación.
Afortunadamente no se han producido pérdidas, pero la tensión se ha mascado de principio a fin: un rescate, un veto de Mauritania, una nueva travesía, dos intentos de motín, varios disparos al aire y un desembarco complicado han sido los ingredientes de este conflicto, que ha mantenido en vilo a autoridades y civiles durante casi una semana.
Todo comenzó hace justo una semana. El buque de la Benemérita, con base en el puerto de Las Palmas de Gran Canarias, rescató en aguas mauritanas a 168 personas a bordo de un cayuco y puso rumbo a Mauritania para desembarcarlas. Sin embargo, el país africano no les permitió atracar ni efectuar el desembarco.
Durante cuatro días, el barco de la Guardia Civil estuvo fondeado frente al puerto de Nuadibú a la espera de que el Gobierno español, Frontex (Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas) y las autoridades de Mauritania llegaran a un entendimiento. Sin embargo, el país africano llevó su negativa al desembarco hasta las últimas consecuencias.
Entre tanto, la tensión se disparaba: algunos migrantes sufrían golpes de calor, presentaban deshidratación o traumatismos... Los efectivos de la Guarida Civil del buque les atendieron en todo momento, pero pasados dos días del rescate, los pasajeros se rebelaron e intentaron amotinarse. Los agentes tuvieron que intervenir y hacer varios disparos al aire para hacerse con el control.
En vista de que Mauritania no daba su brazo a torcer y el buque ya llevaba cerca de cinco días bloqueado, Interior ordenó retomar la travesía con rumbo a Senegal, país desde el que había partido la embarcación precaria.
Los nervios de la tripulación no se aplacaron. Las tensiones volvieron a «Río Tajo» la noche del lunes y los agentes tuvieron que realizar nuevos disparos al aire (esta vez con balas de fogueo) para sofocar un segundo intento de motín.
Finalmente, los 168 migrantes fueron repatriados y no ha habido que lamentar daños personales. Aun así, la gestión del conflicto por parte del Gobierno central ha recibido unas críticas feroces. De poco sirvió el discurso de Isabel Rodríguez, ministra de Política Territorial y portavoz del Ejecutivo en funciones, que sostuvo que se había realizado «todas las gestiones desde el comienzo y sin descanso» y se pusieron todos los medios «para cubrir las necesidades de los migrantes y la asistencia sanitaria» a quien lo precisó.
Fernando Grande-Marlaska: "Sois un orgullo para España"
Tras culminar con éxito la operación humanitaria de rescate, el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, trasladó al comandante de ‘Río Tajo’ su felicitación. «Sois un orgullo para España, habéis demostrado estos días la profesionalidad, entrega y dedicación que caracteriza a la Guardia Civil», sostuvo Grande-Marlaska. El ministro elogió la «extraordinaria labor» que habían llevado a cabo y con la que habían conseguido rescatar y poner a salvo a todos los ocupantes del cayuco. También trasladó a la tripulación el agradecimiento y reconocimiento del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y «de toda la sociedad». La patrullera con los 168 migrantes a bordo llevaba fondeando casi una semana en la bahía de Nuadibú, Mauritania, país que se negó a autorizar el desembarco. La solución acordada en última instancia fue la repatriación de los pasajeros a Senegal, país del que procedían la mayoría de los rescatados en el mar.
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