
Premios Princesa de Asturias
Doña Leonor insta a «salir de la trinchera y sacudirnos el miedo»
La Princesa de Asturias, que sigue ganando protagonismo, propone volver a lo esencial
La Princesa Leonor se dirigió al auditorio del Teatro Campoamor en un tono que se antojó más propio que nunca. A punto de cumplir 20 años el próximo viernes, la Heredera le va cogiendo el pulso a los discursos, que van revelando más de su personalidad aún muy desconocida. Su intervención de esta tarde, la séptima en este teatro ovetense, la planteó la Princesa de Asturias como una misiva de puño y letra a cada uno de los premiados en estos tiempos tan poco analógicos.
«Permitidme que, en tiempos de inmediatez, de fugacidad, de virtualidades, de bits, escriba una carta a cada premiado. Os invito a que asistáis a este “envío postal de viva voz”, a esta comunicación que evoca al papel y al bolígrafo, entre los premiados y yo. Y lo hago porque, aun siendo de la generación zeta e hija de una equis y de un boomer, tengo la sensación de que una carta permite pararse, profundizar y pensar más».
Uno a uno, fue destacando las virtudes y logros de los galardonados. Muy especiales fueron las palabras que le dedicó a la tenista Serena Williams por lo que significaron de homenaje también a su propia hermana, la Infanta Sofía. Un gesto que arrancó el aplauso emocionado de todo el teatro: «Es bonito lo que dices de tu hermana: “Sin Venus, no habría habido Serena”. Las hermanas cómplices son nuestras grandes compañeras de viaje». A Eduardo Mendoza le agradeció los momento de felicidad y curiosidad «por palabras que los de mi generación no conocemos. Sirvan de ejemplo: fámula, badulaque, enteco, masovero, chafarrinón. Tras cinco décadas escribiendo, has demostrado que hay debates, como ése tan presente sobre la literatura popular y la culta…, que tú desmontas con la lectura de “La ciudad de los prodigios” o “La verdad sobre el caso Savolta”».
La primogénita del Rey quiso recordar a los que no lo tienen fácil y propuso «volver a lo esencial, a los básicos». Entre estos valores fundamentales, destacó la Princesa retornan «a la educación, a valorar a nuestras maestras y maestros y considerar nuestro tiempo escolar obligatorio como una etapa crucial en la que todos (administraciones y sociedad civil) deben implicarse para que cada ciudadano libre tenga oportunidades».
«Quizá haya que recordar lo que significa tratar bien al prójimo, salir de la trinchera, sacudirnos el miedo, unirnos para hacer las cosas mejor, pensar en que, si no miramos al otro, no sabremos construir confianza. La convivencia no es fácil, pero es el único camino para lograr el progreso compartido», señaló Leonor.
La Princesa se despidió reconociendo que es consciente de que, «a veces, las palabras pronunciadas en un atril pueden sonar vacías, pero sé también que no está de más repasar y recordar la naturaleza de las dificultades, pero también de las soluciones, e insistir en que no hay fórmulas mágicas para gestionar esa complejidad».
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