Política

Primarias en el PSOE-A

El ala catalanista del PSC se subleva contra el federalismo

Los críticos le reprochan la hoja de ruta federalista que pactó con Rubalcaba

Rubalcaba es increpado ayer por varios afectados por las preferentes
Rubalcaba es increpado ayer por varios afectados por las preferenteslarazon

Cinco meses después de que los diputados del PSC rompieran por primera vez la disciplina de voto en el Congreso de los Diputados para apoyar un texto a favor del derecho a decidir en Cataluña, el primer secretario de los socialistas catalanes, Pere Navarro, viajó a Granada este fin de semana con la voluntad de limar asperezas con los colegas del PSOE. Regresó satisfecho, con un pacto territorial para transformar el Estado autonómico en un Estado federal que ofrece a Cataluña un mejor encaje en el conjunto de España. Pero la alegría le ha durado 24 horas.

Al sector más catalanista del PSC, el acuerdo le parece un mal remiendo. No responde al desafío soberanista ni a sus aspiraciones. Aunque Navarro asumió en nombre del PSC el texto como propio, la verdad es que el documento no recoge el derecho a decidir, un principio que sí aparece en la hoja de ruta de los socialistas catalanes. En Granada, tanto Navarro como Alfredo Pérez Rubalcaba restaron importancia a esta discrepancia; el PSOE rechaza las consultas regionales porque interpreta que supone trocear la soberanía del pueblo español y el PSC las defiende porque es un derecho democrático. Lo que en Granada era una «pequeña discrepancia», de regreso a casa se ha convertido para Navarro en una bomba de relojería.

Nuevas corrientes críticas

Algunos de los ex consellers de mayor peso de los gobiernos de Pasqual Maragall y José Montilla, como Joaquim Nadal, Montserrat Tura y Ernest Maragall denunciaron que el federalismo «light» que han pactado PSOE y PSC cierra en falso el encaje de Cataluña en España. Aunque los tres se han desvinculado de los órganos de dirección del PSC –Tura dejó la presidencia de su federción hace un mes y Maragall ha fundado incluso otro partido, Nova Esquerra Catalana–, sus opiniones son valoradas.

Para bien de Navarro, el líder del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Martí, no tiene la misma capacidad de influencia que los ex consellers, porque no tuvo piedad a la hora de censurar el plan federalista pactado con el PSOE. Martí, cuestionado por la cúpula y por las bases, se tiene que ganar la plaza de candidato a la alcaldía de Barcelona en 2015 en unas primarias. Hasta la fecha es el único candidato y la carta a la que juega es la de defender el ala más catalanista del PSC. En un apunte en su blog desmontó el pacto territorial entre el PSC y el PSOE. Afirmó que ve imposible el encaje de Cataluña en la España que dibuja la propuesta de reforma constitucional porque «no reconoce a Cataluña como nación e impide a los catalanes decidir libremente su futuro».

Martí resumió que el pacto es «una versión actualizada del café para todos, añadiendo líquido a todas las tazas». En un intento de calmar los ánimos, el portavoz del PSC, Jaume Collboni, avanzó que en julio el PSC convocará un Consejo Nacional para debatir el acuerdo de Granada. Navarro invitó a los críticos a exponer sus opiniones en este encuentro en vez de airearlas en los medios. A Navarro se le complica la dirección. Los rebeldes se multiplican. Este viernes, los críticos de Avancem, una corriente catalanista tolerada por la cúpula, celebra su aniversario. Y hoy otro sector catalanista creará la corriente Fòrum Cívic con el lema de la recomposición del socialismo y el renacimiento de la izquierda.