Elecciones europeas

El tsunami radical sacude a Europa

Marine Le Pen celebra la victoria de su partido, el Frente Nacional, en su sede de Nanterre, próxima a París
Marine Le Pen celebra la victoria de su partido, el Frente Nacional, en su sede de Nanterre, próxima a Paríslarazon

La Unión Europea se despertó hoy con unos resultados electorales que ratifican el avance de los euroescépticos y la irrupción en el Parlamento Europeo (PE) de nuevos actores que han logrado quitar peso a los grandes partidos de los conservadores, los socialdemócratas y los liberales.

La última actualización de los resultados provisionales de las 9.50 hora local (07.50 GMT) las elecciones europeas siguen dando al Partido Popular Europeo (PPE) 212 escaños, mientras que los socialdemócratas suben dos desde anoche hasta 187 y los liberales de ALDE aumentan su presencia en dos hasta 72 eurodiputados.

Los Verdes mantienen 55 escaños, los conservadores y reformistas suben hasta 45, la izquierda se queda con 43, los No Inscritos ganan otro más hasta 39, el grupo europeo de libertad y democracia baja hasta 35 y el grupo "otros"va perdiendo igualmente, hasta 63.

La Eurocámara, que estará conformada por 751 escaños, estará más fragmentada que la resultante de las anteriores elecciones hace cinco años (formada por 766 miembros).

Los ciudadanos de los Veintiocho países de la Unión Europea decidieron ayer dar la victoria en las elecciones al Parlamento Europeo al Partido Popular Europeo (PPE), que se mantiene como la principal fuerza política desde las elecciones de 1999. Con 212 escaños, los conservadores reducen el número de eurodiputados desde los 274 actuales, pero aun así sacan una diferencia considerable a su contrincante socialista, según las primeras estimaciones difundidas por la Eurocámara. Los comicios, sin embargo, prometen ser una auténtica revolución para Europa, debido al ascenso de los extremismos y el euroescepticismo, que se elevan por encima de los cien diputados, contra los que los partidos tradicionales que intentarán formar un cordón sanitario para evitar que torpedeen la vida parlamentaria de los próximos cinco años.

El secretario general del PPE, Antonio López Istúriz, calificó de «gran victoria» el resultado, pues su formación ha «conseguido dar el vuelco a las encuestas que decían lo contrario hace un par de meses». «El PPE y no los socialdemócratas, es el partido que mejor puede liderar el Parlamento Europeo para responder a los problemas reales de los ciudadanos: el empleo, el bienestar, la seguridad y la estabilidad en nuestra sociedad», indicó. Desde los primeros instantes, el cabeza de lista Jean Claude Juncker reivindicó en su cuenta de Twitter el triunfo, así como la Presidencia de la Comisión Europea. Los socialdemócratas europeos obtuvieron, encabezado por Martin Schulz, un total de 185 escaños, frente a los 196 anteriores. En tercera posición se mantienen los Liberales con 71 (83 en 2009), seguidos de los Verdes (55, 57 en 2009) y la Izquierda Europea (45, desde los 35 de anterior Legislatura). Los nuevos partidos (que no tienen representación en el hemiciclo actual) suman 67 diputados, el 8.92 % de los votos. La participación fue del 43,1%, estable desde 2009 (43%), gracias a que la subió en al menos nueve de los 28 países de la Unión Europea en relación a los comicios del 2009 (Alemania, Francia, Lituania, Rumanía, Polonia, Eslovaquia, Portugal, Bulgaria y Holanda). Sin embargo, en algunos países como República Checa no alcanzó ni el 20%. Pero el punto de atención fundamental en esta cita electoral era el comportamiento de los partidos euroescépticos, por el peso que tendrán en una Eurocámara en la que podrían hacer zozobrar, llegado el caso, la votación de muchos dossieres donde cuenta con poder de codecisión con el Consejo de ministros de la UE. En este caso, el recuento ha revelado diferentes tendencias según los países. Mientras en Holanda el xenófobo Geert Wilders ha caído, como el Vlaams Belang belga, se ha visto un incremento impresionante en Francia con el 25% de votos para el Frente Nacional de Marine Le Pen (que pasaría de tres diputados a 23/25), así como en Reino Unido con el partido populista y euroescéptico, UKIP de Nigel Farage en primera posición como fuerza más votada (31,!%). El caso francés es especialmente sintomático pues la UMP queda con 20,7%, mientras el Partido Socialista del primer ministro François Hollande se hunde y queda en tercer lugar con un 15% de los votos. En Alemania, donde la CDU sigue en cabeza aunque acorta su distancia con los socialdemócratas, entra en el Parlamento Europeo un eurodiputado neonazi, pero también aparece con fuerza por primera vez, con seis escaños, Alternativa por Alemania (AFD), partido creado hace un año para combatir el euro por el profesor de economía de la universidad de Hamburgo Bernd Lucke. Disipando las dudas de si engrosaría las filas de un grupo compartido con Le Pen, su líder anunció antes de finalizar la jornada electoral que se incorporará al Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), de ideología conservadora, euroescéptica y antifederalista.

Asimismo, en Grecia los seguidores de Amanecer Dorado se convierten en tercera fuerza política, con entre el 8 % y el 10 %. En República Checa, los euroescépticos de ANO 2011 también quedan en tercera posición. En Dinamarca, la extrema derecha se colocaron en cabeza. Con estos resultados, las diferentes fuerzas comenzarán las negociaciones para un encaje de bolillos difícil: el de la formación de un grupo propio, donde necesitan un mínimo de 25 miembros de al menos 7 países. Ese hipotético grupo estaría formado por el Frente Nacional (Francia), la Liga Norte (Italia), el Partido por la Libertad de Geert Wilders (Holanda), el Vlaams Belang (Bélgica), FPÖ (Austria), los demócratas suecos y un séptimo partido que está por definir.

En Grecia, la coalición de la izquierda radical Syriza, liderada por el candidato a la presidencia de la Comisión Europea Alexis Tsipras, habría obtenido entre el 26% y el 30%, situándole en primera posición. «Los ciudadanos europeos festejan hoy la derrota de las políticas de austeridad y de los memorandos de este país, que los líderes europeos eligieron como cobaya», manifestó.