Encuesta electoral

Encuesta NC Report/Cataluña: ERC y PSC sumarían mayoría absoluta

Fin a la hegemonía independentista por el descalabro de Torra, que perdería 13 escaños. Cs cedería la victoria a los republicanos, que tienen en su mano el cambio de ciclo

Encuesta NC Report/Cataluña: ERC y PSC sumarían mayoría absoluta
Encuesta NC Report/Cataluña: ERC y PSC sumarían mayoría absolutalarazon

Fin a la hegemonía independentista por el descalabro de Torra, que perdería 13 escaños. Cs cedería la victoria a los republicanos, que tienen en su mano el cambio de ciclo

La encuesta de NC Report para LA RAZÓN mantiene invariables las posiciones entre los bloques. Los independentistas no tienen la mayoría de votos –44,2%– frente a los unionistas –49,2%–, mientras los Comunes se quedan en un 6,2%, pero la mayoría independentista correría peligro porque la suma de las tres fuerzas –ERC, JxC y CUP– se quedaría a un escaño de la mayoría absoluta. Se abre, por primera vez en años, la vía de un gobierno de ERC y socialistas que entre ambos sumarían 68 diputados, la mayoría absoluta.

En puertas de la celebración de la Diada, de los actos del 1 de octubre y, sobre todo, a la espera de la sentencia del juicio del «procés». Torra y Puigdemont apuestan por mantener la crispación y el enfrentamiento con el Estado, mientras que ERC ha configurado una estrategia más pragmática, sin renunciar a la meta de la independencia. La CUP, por su parte, se alía con la tesis de JxCat de «implementar la República», aunque no tiene ninguna intención de apoyar con sus votos al tambaleante gobierno de Torra.

Más de 200.000 votantes huyen de Puigdemont

En 2017, Junts per Catalunya ganó, por la mínima, y en este último proceso electoral los republicanos de Oriol Junqueras se han impuesto en municipales y generales, aunque no han podido con el liderazgo de Puigdemont en las europeas. Es decir, el liderazgo del independentismo estará en juego en una nueva convocatoria electoral y lo más mollar, quienes serán los nuevos líderes soberanistas que tomarán el testigo de los «condenados» en la sentencia del Supremo, que comportará penas de inhabilitación.

ERC despejará la incógnita de su «liderazgo» este próximo domingo con la elección de Pere Aragonés, actual vicepresidente y conseller de Economía, como nuevo coordinador nacional, asumiendo las competencias de Junqueras, que seguirá de presidente del partido, y de Marta Vilalta, que asumirá parte de las competencias de Marta Rovira, la secretaria general que se autoexilió en Suiza. Aragonés está arropado por el propio Junqueras junto a Gabriel Rufián y Joan Tardà, que volverá a primera línea ocupando un puesto, todavía por determinar, en la nueva ejecutiva. También está por ver si ERC será dirigido por una bicefalia, con Marta Vilalta y Sergi Sabrià en el partido, y Pere Aragonés como cartel electoral.

La CUP, tras los reveses electorales, trata de recuperar a David Fernández, su histórico dirigente, para que vuelva a dirigir a los independentistas anticapitalistas que siguen manteniendo un tenso pulso interno entre la corriente independentistas situada en torno a Poble Lliure, que apuesta por la unidad de acción con Junts per Catalunya, y los antisistema que prefieren mantener las distancias con «la derecha de toda la vida».

El caos se sitúa en el mundo post convergente. Puigdemont representa un hiperliderazgo que perderá en próximas contiendas por su situación fuera de Cataluña y no ha designado sucesor, y ni tan siquiera qué forma debe tomar el nuevo partido y con qué liderazgos. Torra está amortizado para unos, para otros es imposible su continuidad porque puede ser inhabilitado por la colocación de pancartas y lazos en la pasada campaña electoral, y no se sabe si la Crida per Catalunya ocupará el nuevo espacio, si se reformulará Junts per Catalunya y qué pasará con el PDeCAT que Puigdemont quiere dinamitar de forma controlada para no perder el poder municipal y que, con parte de la actual dirección y los sectores críticos con Puigdemont –Carles Campuzano y Marta Pascal–, se resiste a sus intenciones lo que puede llevar tras el 11-S a un recrudecimiento de hostilidades. Elsa Artadi, Laura Borràs e, incluso, Artur Mas están calentando la banda para aprovechar su oportunidad, aunque Mas tendrá que esperar que las elecciones no se convoquen antes del 23 de febrero, fecha en qué dejará de estar inhabilitado. Mientras llega la solución, JxC volverá a tensar la cuerda con ERC intentando de nuevo investir a Carles Puigdemont, cosa a la que los republicanos se negaron hace dos años y no parece que ahora vayan a ceder. Si Puigdemont no es investido por el veto de ERC, Torra podría manejar adelantar culpando a ERC del fracaso.

De momento, está opción tendrá que esperar porque Torra se niega a convocar comicios porque Junts per Catalunya podría ser el gran damnificado en el mundo independentista, aunque basta repasar la hemeroteca para leer que Torra auguraba un adelanto electoral si no conseguía aprobar los presupuestos de 2018. No lo ha conseguido, tampoco los del 2019 parece que lo vaya hacer, pero ahora rechaza las elecciones. Según la encuesta que hoy publicamos, ERC obtendría 41 diputados, 9 más que en 2017, mientras Junts per Catalunya se hundiría hasta los 21 cuando obtuvo 34 hace dos años. La CUP no sale mal parada en la encuesta. Aumenta ligeramente su representación –1 escaño– a pesar de no tener todavía resuelto quién liderará su candidatura.

En el campo unionista, Ciudadanos cae estrepitosamente perdiendo siete diputados y disputándose el liderazgo con los socialistas. Apenas cien mil votos les separan y mientras Miquel Iceta es un líder consolidado, Lorena Roldán, la nueva jefa de filas de los naranjas, es una perfecta desconocida para el electorado y no tiene el tirón de Inés Arrimadas. La formación de Albert Rivera pierde el 15% de sus votos en favor del PSC, pero también un 8% que cae en manos del PP y de Vox. El Partido Popular sigue sin reaccionar con el liderazgo de Alejandro Fernández que apenas tiene relevancia ante el peso de Cayetana Álvarez de Toledo y la estrategia del PP en el ámbito nacional que merma sus posibilidades de crecer en Cataluña.

Así las cosas, ERC logra el triunfo en el mundo independentista con una JxC que se diluye como un azucarillo, y el PSC puede lograrlo entre los constitucionalistas y, ambos, por primera vez suman una mayoría alternativa. ERC apuesta por una convocatoria electoral como respuesta a la sentencia y los socialistas apoyan esta tesis de forma indirecta porque no darán apoyo a ningún presupuesto de la Generalitat mientras Torra siga siendo el presidente y tampoco formarán parte de ningún gobierno de concentración.

Los Comunes de Ada Colau no salen de su crisis. Los malos resultados electorales en generales y municipales están lastrando a la formación que tampoco tiene un líder para unas autonómicas, teniendo en cuenta que Colau no tiene intención de serlo. Según la encuesta, perderían un diputado pero sus siete escaños podrían ser claves para la formación de un gobierno alternativo junto con ERC y PSC, que rompiera el monopolio independentista que han gobernado Cataluña desde 2012 y que aparcara la vía unilateral y el conflicto permanente.