España se suma a la defensa europea y se compromete a aumentar el gasto

El nuevo marco de cooperación implica más inversión en seguridad y en investigación.

Era uno de los grandes retos de María Dolores de Cospedal cuando llegó al Ministerio de Defensa: potenciar la defensa europea y, sobre todo, situar a España en los puestos de cabeza. Y ayer comenzó a ver la luz con la aprobación por parte del Consejo de Ministros de la adhesión de nuestro país a la denominada Cooperación Estructurada Permanente (PESCO, por sus siglas en inglés) con la que se sustentan las bases de un modelo de defensa y seguridad de la Unión. Un compromiso que incluye, entre otros, el aumento del gasto en Defensa.

«Hoy se ha dado un paso muy importante e histórico en la construcción de la Unión Europea». Con estas palabras anunciaba ayer la ministra la participación de España en la PESCO, la cual oficializará el lunes junto al titular de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis. Este nuevo marco común de defensa busca alcanzar una mayor coordinación tanto en la adquisición de capacidades como en el lanzamiento de operaciones militares por parte de los países miembros.

Y no es una novedad, pues el artículo 42.6 de la UE recoge esta posibilidad, la cual inició su andadura en 2010 pero que no comenzó a tomar forma hasta la pasada Cumbre de Bratislava de septiembre de 2016, cuando se decidió que la defensa tenía que ser el nuevo eje vertebrador de la construcción europea.

De hecho, España ha sido, junto a Alemania, Francia e Italia, uno de los principales impulsores de la PESCO, una iniciativa a la que al menos 21 países han mostrado su disposición de sumarse. De esta forma, el pasado julio estos países remitieron una carta a la Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Federica Mogherini, y a los titulares de Defensa aliados en la que diseñaron los principios y compromisos de la PESCO.

Entre esos compromisos que adquiere España al sumarse a este protocolo destaca el de aumentar los presupuestos de Defensa para alcanzar los objetivos, aunque no marca un porcentaje fijo. Además, deberá aumentar el gasto de inversión en Defensa hasta el 20 por ciento del gasto total en este área, incrementar los proyectos de capacidades estratégicas de Defensa, incrementar el gasto en I+D+i en materia de Defensa hasta el 2 por ciento del gasto total y, sobre todo, «desempeñar un papel importante en el desarrollo de capacidades de la Unión Europea».

La ministra aprovechó para recordar que este proyecto de defensa europea no va en contra de la OTAN, sino que la «beneficiará y reforzará el pilar europeo de la Alianza Atlántica». «Proporcionará un marco político para que los estados miembros mejoren sus capacidades de defensa y su disponibilidad para las operaciones militares mediante proyectos concretos». Y sentenció: «Una Europa más segura colaborará en una OTAN más segura».