Moción de censura
Esquerra y Bildu presionan: aprovechan para exigir "medidas más valientes" al Gobierno
Los aliados del Ejecutivo reprenden a Sánchez ante el tramo final de legislatura
Esquerra y Bildu han aprovechado el debate de la moción de censura para presionar todavía más al Gobierno y exigir más «medidas valientes» de cara a la fase final de la legislatura, aunque lo han hecho con distintos tonos. De fondo, todavía quedan leyes importantes, como vivienda o libertad sexual; aunque arrastran el lastre del fiasco de la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, que ha agitado las aguas en el bloque de investidura.
Gabriel Rufián (ERC) ha azuzado la amenaza de la llegada de Vox al Gobierno la próxima legislatura si la izquierda es incapaz de adoptar políticas que la sociedad sea capaz de apreciar (preguntó por qué hay quien vota al partido de Santiago Abascal cobrando el Salario Mínimo Interprofesional) y, por ello, ha exigido una reacción a Pedro Sánchez, adoptando medidas de mayor relevancia, que calen en los ciudadanos. Mertxe Aizpurua (Bildu) ha ido más allá y ha advertido al Gobierno de que si no cumple con sus compromisos de esta legislatura, será más complicado pactar tras las elecciones de diciembre. «Son ustedes quienes deben ganarse y forjar las mayorías. A nosotros se nos convence con hechos, con contenido, y no con promesas», ha afirmado la portavoz abertzale, que se ha convertido en socio habitual del ejecutivo socialista.
En la misma línea que Esquerra y Bildu también se han expresado en Podemos, socios de Gobierno: los morados ahondaron en esta presión al Gobierno de volver a gobernar mirando a la izquierda. En tribuna, como parte del grupo parlamentario, las portavoces Lucía Muñoz y Aina Vida fueron las que trataron de distinguirse de su socio reclamando aprobar la agenda legislativa. Han reclamado al PSOE aprobar la ley de Vivienda. «Lo que mejor podemos hacer los demócratas frente al espectáculo de la ultraderecha es aprobar la ley de Vivienda. No podemos esperar más», ha pedido la diputada balear. Los morados reclaman a su socio medidas concretas en la recta final de la legislatura y censuran al Ejecutivo por utilizar discursos «grandilocuentes», pero negándose a negociar leyes encalladas. «No bastan palabras grandes, ganamos si llenamos esta cámara de leyes. Tenemos la oportunidad. Hechos y valentía», ha reclamado. «A Vox no se le combaten con discursos, sino aprobando leyes valientes», ha insistido.
En cualquier caso, ambas formaciones sí que han exhibido respeto hacia el candidato de la moción de censura, Ramón Tamames. Rufián ha calificado al prestigioso economista como «señor leído» y lo ha contrapuesto a los «52 ultras de Vox que aplauden sin saber a qué» y Abascal, que «no es capaz de dar tres réplicas». Aizpurua ha mostrado «respeto» por los «orígenes» políticos de Ramón Tamames, en referencia a sus inicios en el PCE.
Ferran Bel (PDeCat), diputado muy respetado en el Congreso, ha arrancado el aplauso de la bancada socialista y de algunos diputados del PP por su intervención. Bel ha dicho que no iba a rebatir a Ramón Tamames por dos motivos: porque es uno de los «miles de estudiantes» que en los años 80 aprendió sobre economía española con su obra de Estructura Económica de España y prefiere quedarse con «el recuerdo del profesor Tamames de hace 40 años»; y, porque no quiere «contribuir a la estrategia de Vox de desprestigio de las instituciones».
El portavoz del PNV, Aitor Esteban, sí ha sido más duro con Ramón Tamames y ha considerado "ilegítima" la moción de censura "porque no trae programa de Gobierno". En este sentido, Esteban ha recurrido a la Constitución y dice que el candidato deberá "intervenir a efectos de exponer el programa político del Gobierno". "El PNV nunca votará una iniciativa que busca minar las instituciones y con más razón viniendo de la ultraderecha. Son orgullosos herederos de la dictadura", ha argumentado.
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