Política

El PP reúne el próximo fin de semana a sus barones en Murcia con el foco en la inmigración

Génova ha endurecido su discurso y se reflejará en un documento que verá la luz en los próximos días con un Código Penal más férreo

Barones del PP con Feijóo
Barones del PP con FeijóoDavid Mudarra

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, presentará "a corto plazo" un plan migratorio con numerosas propuestas legislativas para poner negro sobre blanco la renovación ideológica del partido, consumada en el Congreso Nacional de julio. El PP ha endurecido su discurso y se reflejará en un documento que verá la luz en los próximos días con un Código Penal más férreo y nuevas vías para deportar individualmente a los inmigrantes que no cumplan las leyes españolas.

Los populares también han abierto el debate sobre la prohibición del burka y el niqab, en línea con casi una decena de países europeos "el velo islámico, en cambio, rechazan regularlo".

Génova quiere hacer de la inmigración uno de sus principales caballos de batalla. Las encuestas internas detectan que es una de las principales preocupaciones transversales en el electorado español y el PP cree que puede ser una vía para explotar un potencial trasvase de votos de izquierda a derecha, aprovechando "el caos migratorio" en el que Feijóo dice que el Gobierno ha sumido al país.

La realidad es que el PSOE, necesitado del apoyo parlamentario de partidos como Sumar, ERC o Bildu para oxigenar la legislatura, no ha reeditado el giro que sí han dado partidos socialistas homólogos en Alemania o Reino Unido, entre otros.

Uno de los puntos calientes es Murcia. Como avanzó en exclusiva LA RAZÓN, Feijóo ha convocado allí a los presidentes autonómicos del PP el próximo fin de semana para diseñar la estrategia del nuevo curso político y firmar una nueva hoja de compromisos en materias como, precisamente, la inmigración. El enclave no es baladí. Hace solo dos meses, decenas de radicales promovieron la caza de inmigrantes en Torre Pacheco después de que un hombre de 68 años fuera violentamente apalizado "la Policía detuvo a tres marroquíes". Murcia es el principal bastión de Vox, en auge en los últimos sondeos a nivel nacional. Allí los de Santiago Abascal impulsaron, con la connivencia del PP, la prohibición de los rezos islámicos en espacios deportivos.

La última encuesta de GAD3 para Abc calcula que Vox estaría ya en máximos históricos en intención de voto, con un 17,9%, lo que se traduciría en 61 escaños. En Génova enmarcan esta subida en la polarización y hablan de un fenómeno coyuntural. "Cuando se pagan facturas sexuales con el dinero de todos, la gente está tan cabreada que vota casi cualquier cosa; la moderación no cotiza al alza", afirman. Para superar la "pinza" de crispación de Sánchez y Abascal "de la que Feijóo dice no participar", el PP quiere volver a la senda propositiva empezando por la inmigración.

Feijóo encargó a la vicesecretaria de Coordinación Sectorial y `número tres¿ del partido, Alma Ezcurra, armar el plan migratorio del PP, en el que lleva trabajando desde antes de su ascenso a la dirección nacional. Uno de sus colaboradores en esta misión ha sido su recién nombrado coordinador del ramo, Rafael Núñez Huesca, quien precisamente se atribuyó la creación de la marca Vox hace unos años. Este jueves, se encaró en la Asamblea de Madrid con el que fuera su partido. "Antes de que existiera Vox, cuatro años antes, en 2010, el Grupo Popular en el Senado ya pidió al Gobierno que se regulara el velo integral islámico en nuestro país", señaló.

15 años después, el propio Feijóo ha apostado por prohibir el burka o el niqab como hicieron primero Francia y Bélgica en 2011. El nuevo ideario del PP considera que se trata de "una negación simbólica y práctica" de la "libertad" de las mujeres, además de "colisionar con principios superiores como la seguridad". Los populares, en cambio, renuncian a regular el velo islámico (hiyab) pese a la presión creciente de Vox. "Nos quieren llevar al laicismo y nosotros respetamos la libertad religiosa", le espetó la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a los de Abascal este pasado jueves.

En lo que sí coinciden PP y Vox es en su rechazo a la Ley de Extranjería. Ambos partidos acercaron posturas este pasado martes en el debate de una proposición de ley de los de Abascal para "restringir la regularización de inmigrantes ilegales a través del arraigo". La propuesta cayó en saco roto, pero Génova ratificó que la reagrupación familiar debe tener "carácter excepcional" porque se ha convertido en "una vía opaca de regularización masiva de inmigrantes irregulares sobre la que el Estado apenas ejerce control".

El plan migratorio de Feijóo prevé también desarrollar el condicionamiento de la residencia de larga duración a la contribución efectiva al sistema de Seguridad Social, así como al conocimiento del idioma y de la cultura españolas. De hecho, el PP habla en su ponencia política de primar la "llegada de aquellos inmigrantes culturalmente cercanos, que cubren necesidades en el mercado laboral y anhelan ser partícipes de nuestro sistema de valores".

Por otro lado, los populares pondrán sobre la mesa un endurecimiento del Código Penal para los multirreincidentes y explorarán vías para deportar a los inmigrantes que cometan delitos. "Quien venga a contribuir, a cumplir las leyes como las cumplimos nosotros y a asumir las obligaciones como las asumimos nosotros, tendrá los mismos derechos y obligaciones. Pero quien venga a delinquir y quien venga a no respetar los valores se irá por la misma puerta por la que entró", ya avisó el propio Feijóo antes del verano. Ahora, tendrá que concretar cuál será el baremo para expulsar a un inmigrante y cómo lo hará, dado que necesita del concurso de terceros países. El PP ha sido muy criticado por la izquierda por vincular inmigración con inseguridad.

Una de las incógnitas que aún sobrevuela el plan del PP es lo referido a los menores extranjeros no acompañados. Feijóo defiende que el Estado debe financiar su tutela en las comunidades autónomas con centros sobresaturados, pero varios gobiernos autonómicos y municipales del PP ya se han comprometido a no acoger ninguno más, llegando a suscribirlo por escrito en pactos presupuestarios con Vox.

Desde hace unos meses, Génova ha abierto la puerta en privado a devolverlos con sus familias, aunque la dirección nacional se ha resistido a hacer públicos estos postulados, a diferencia de líderes autonómicos como el presidente valenciano, Carlos Mazón, quien pactó con Vox dedicar 2 millones de euros a su repatriación; o el alcalde de Elche, Pablo Ruz. "Los menas no son niños, eso es una falacia, es una mentira. Son tíos de 16, 17 y 18 años. No son almas desvalidas, son lo que son, y no van a venir a Elche mientras yo sea alcalde", afirmó este miércoles en una entrevista en Cope.

La inmigración es la segunda preocupación para los españoles, según el CIS, y fue una de las principales banderas de la derecha en la campaña de las últimas elecciones autonómicas de Cataluña. Un año antes, en los comicios generales del 23-J, Feijóo solo sacó seis escaños de los 48 que reparte Cataluña. La irrupción de Aliança Catalana y su discurso nacionalista e islamófobo ha dado un golpe en el tablero político, colocándose al alza en las encuestas. Un pastel en el que Feijóo quiere su trozo.