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ETA se disuelve para iniciar el «procés» en el País Vasco

La banda anuncia en un último comunicado su disolución sin hacer autocrítica ni reconocer sus crímenes y anuncia que aspira a lograr la «constitución del Estado Vasco»

Comunicados distribuidos por los diarios Gara y Berria con los que la organización terrorista ETA ha anunciado hoy el "final de su trayectoria". EFE/Ballesteros
Comunicados distribuidos por los diarios Gara y Berria con los que la organización terrorista ETA ha anunciado hoy el "final de su trayectoria". EFE/Ballesteroslarazon

La banda anuncia en un último comunicado su disolución sin hacer autocrítica ni reconocer sus crímenes y anuncia que aspira a lograr la «constitución del Estado Vasco».

ETA puso ayer, al menos eso dice, punto final a su siniestra historia y lo hizo con el particular estilo de «perdonavidas» de los terroristas: sin arrepentirse ante las víctimas; anunciando una cierta continuidad de acción para lograr la independencia y, sobre todo, sin mostrar el más mínimo gesto de apoyo a la Justicia para colaborar en el esclarecimiento de los más de 300 crímenes cuyos autores concretos no se conocen.

Nada de humildad sino altanería y sobre todo mucha palabrería que no se puede acreditar: final de trayectoria, disolución, desmantelamiento de estructuras, etcétera.

Ni una palabra tampoco, lo que ha sorprendido, para sus casi 300 presos que fue leído ayer por José Antonio Urruticoechea, «Josu Ternera», y Soledad Iparraguirre, «Anboto», tal y como adelantó LA RAZÓN.

El comunicado fue leído simultáneamente en la sede de la Fundación Henri Dunant en Ginebra, Suiza, y colgado en la página web Naif del diario Gara.

Fiel a su centralismo democrático, propio de las organizaciones marxistas, en el comunicado se dice que “ETA, organización socialista revolucionaria vasca de liberación nacional, quiere informar al Pueblo Vasco del final de su trayectoria, después de que su militancia haya ratificado la propuesta de dar por concluidos el ciclo histórico y la función de la Organización». De los resultados del debate, de cuántos estaban a favor y cuántos en contra, ni una palabra. Lo dice ETA y punto.

A partir de aquí, el ejercicio de credibilidad que hay que hacer con quienes han asesinado a 838 personas, se hace imposible.

Afirman que ha desmantelado totalmente el conjunto de sus estructuras. También lo dijeron cuando el desarme y hace días encontraron por casualidad 25 pistolas y otro material. El descontrol interno que ha demostrado la banda no le permite hacer tal afirmación.

Lo de la actividad política, según expertos consultados por LA RAZON, parece un sarcasmo. El «aparato político» ha funcionado en los últimos años en la legalidad en España y continuará haciéndolo.

Más preocupante es el anuncio de que los «exmilitantes de ETA continuarán con la lucha por una Euskal Herria reunificada, independiente, socialista, euskaldun y no patriarcal en otros ámbitos, cada cual donde lo considere más oportuno, con la responsabilidad y honestidad de siempre». Lo de la honestidad parece un insullto pero la pregunta que hay que hacerse es ¿quién controlará a estos individuos? ¿Irán por libre? ¿Formarán algún tipo de asociación para ejercer la «autoridad» en sus localidades de residencia?. «ETA nació cuando Euskal Herria agonizaba, ahogada por las garras del franquismo y asimilada por el Estado jacobino, y ahora, 60 años después, existe un pueblo vivo que quiere ser dueño de su futuro, gracias al trabajo realizado en distintos ámbitos y la lucha de diferentes generaciones». Cabe deducir que éste es único resultado que han conseguido, porque los otros de una República Socialista e independiente; expulsión de las Fuerzas de Seguridad y los Ejércitos...nada de nada.

Un comunicado de la banda, y más si éste es el último, no podía terminar sin echar la culpa a los Estados español y francés: «ETA desea cerrar un ciclo en el conflicto que enfrenta a Euskal Herria con los estados, el caracterizado por la utilización de la violencia política. Pese a ello, los estados se obstinan en perpetuar dicho ciclo, conscientes de su debilidad en la confrontación estrictamente política y temerosos de la situación que provocaría una resolución integral del conflicto. Por contra, ETA no tiene miedo alguno a ese escenario democrático, y por eso ha tomado esta decisión histórica, para que el proceso en favor de la libertad y la paz continúe por otro camino. Es la secuencia lógica tras la decisión adoptada en 2011 de abandonar definitivamente la lucha armada».

Finalmente, y en una cierta contradicción con lo expresado sobre la libertad de cada militante hará lo que quiera y que desaparecen como organización, señalan que «el principal reto será construir un proceso como pueblo que tenga como ejes la acumulación de fuerzas, la activación popular y los acuerdos entre diferentes, tanto para abordar las consecuencias del conflicto como para abordar su raíz política e histórica».

«Materializar el derecho a decidir para lograr el reconocimiento nacional (secesionismo) será clave. El independentismo de izquierdas trabajará para que ello conduzca a la constitución del Estado Vasco. Esta última decisión la adoptamos para favorecer una nueva fase histórica. ETA surgió de este pueblo y ahora se disuelve en él».

Termina con vivas al País Vasco libre y a luchar sin descanso hasta lograr el socialismo y la independencia.

En definitiva, según los citados expertos, un comunicado «de salón», de cara a la galería, que esconde más que muestra y que no hace referencia a un «comité técnico» que iba a quedar en la clandestinidad para, entre otras cosas, preservar el «sello» de ETA.

En lo de «disolverse» en la sociedad puede estar la clave de las pautas de actuación que ETA quiere realizar ahora en las sociedades vasca y navarra. Conforme se vayan incorporando a sus pueblos, los que lo puedan hacer ya porque no tengan causas pendientes y los que cumplan las condenas que les impuso la justicia, ejercerán, con su sola presencia, un temor, en especial para los no independentistas. ETA no abandona el ejercicio del terror, pero lo realizará por otros medios con el fin, lo dicen ellos, de lograr sus fines independentistas. Se van pero se quedan para que nadie se olvide de ellos.