Política

Crisis del PSOE

Felipe aviva el debate al cuestionar el liderazgo del secretario general

La Razón
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Pues lo dicho, que sigue el debate del liderazgo y los nombres, por más que se empeñen en Ferraz. El encargado de azuzarlo fue ayer el mismísimo Felipe González al decir que Alfredo Pérez Rubalcaba tiene «una crisis de liderazgo», tal como reflejan las encuestas, pese a ser «la mejor cabeza política» del país. Abierta la espita ya por el otrora número uno, que dijo también que el PSOE tendrá que abordar la cuestión de las primarias no más tarde de diciembre o enero.

Según el ex presidente, la situación del PSOE se enmarca en una «crisis de credibilidad de la política» en general. Pero «si hay alguien capaz de pensar en esas cosas con inteligencia», ése «es Rubalcaba», indicó. Además, González advirtió de que las primarias para decidir quién será el candidato electoral no deben convertirse en una segunda vuelta para quien no reciba el apoyo de su partido en un Congreso, informa Ep. El ex presidente abogó por universalizar este sistema que aplica el PSOE, el partido «más abierto», para que no se entienda como una «pelea interior» por el liderazgo en un partido, mientras las demás formaciones aprovechan para «criticar». En este contexto, dijo que es «un error de los políticos» celebrar un Congreso para luego, si no lo ganan, intentar ser elegidos por su partido en unas primarias como si éstas fueran una «segunda vuelta». Sobre los posibles candidatos, González dijo que los considera «gente razonable y notable», sin referirse a ninguno en concreto. El ex dirigente socialista dijo que no le cabe «la menor duda» de que en su partido «hay gente que va a emerger con liderazgo», pero agregó que no está «tan seguro» de que se vaya a «acertar a la primera», avisando de que es posible que la persona que finalmente sea elegida «se desgaste» a lo largo de la «travesía del desierto». Al PSOE le recomendó que elabore «un proyecto claro que se traduzca en un discurso» y que su propuesta no sea «defensiva» ni se limite a ser «lo contrario de lo que hace el Gobierno».