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El desafío independentista
Homs renuncia al escaño para ganar tiempo
El portavoz de PDeCAT asegura sentir «asco» hacia el Estado y sopesa dimitir cuando haya vista.
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El portavoz de PDeCAT asegura sentir «asco» hacia el Estado y sopesa dimitir cuando haya vista.
El que fuera hombre auténtico fuerte de Artur Mas en la Generalitat de Cataluña, Francesc Homs i Molist, atraviesa momentos muy duros. Según fuentes del grupo parlamentario catalán en el Congreso, su actual portavoz sopesa en estos momentos la posibilidad de dimitir como diputado para evitar ser juzgado por el Tribunal Supremo y retrasar su causa procesal, a pesar de que ayer manifestara sentir «asco» del sistema político del Estado y advirtiera de que él «no se irá» de la política «porque lo diga un tribunal, la Fiscalía o el Gobierno del PP». La renuncia de Homs al acta de parlamentario conlleva la pérdida de su condición de aforado y retrasaría su proceso sumarial para volver a un juzgado de Instrucción en Barcelona. Esta decisión vendría marcada por el varapalo de la Fiscalía del Supremo, que solicita para Homs nueve años de inhabilitación por los delitos de prevaricación y desobediencia el 9-N. En todo caso, las mismas fuentes apuntan que la renuncia sólo se haría efectiva cuando el Tribunal Supremo anuncie la fecha de la vista oral del juicio.
A pesar de la romería escenificada en las calles de Madrid por los principales dirigentes de Convergència el pasado mes de octubre, cuando Francesc Homs declaró ante el Alto Tribunal, su situación política es precaria. «Está totalmente amortizado», afirman en la actual dirección del partido, rebautizado como PDeCAT. Su papel en el Congreso es anodino en esta legislatura, una vez que los ocho diputados catalanes distan mucho de los que en su día tuvo la antigua CiU. Sin ninguna influencia ni representantes en la Mesa de la Cámara, los «pedecatos», como les llaman en el Congreso, ni siquiera han podido formar grupo parlamentario propio y aparecen desdibujados en el grupo mixto, aventajados en poder e iniciativas por Esquerra Republicana. «Ni sombra de lo que fuimos», reconocen veteranos de la antigua CiU y sus tiempos de gloria en manos de Miguel Roca y Josep Antoni Duran Lleida.
Aunque la reacción de Homs ha sido arrogante, bajo su amenaza de «lo volvería a hacer», en la nueva dirección del PDeCAT admiten su escasa presencia política y su bajo perfil como portavoz en el grupo parlamentario del Congreso. Forjado en las filas del pujolismo y después guardián pretoriano de Artur Mas, este abogado de Barcelona nunca ha brillado con luz propia. Licenciado en Derecho, formó un núcleo de poder a la sombra de Oriol Pujol, el «delfín» del patriarca hasta los casos de corrupción, y el entonces segundón de la familia, Artur Mas. De perfil intrigante y sibilino, participó activamente en el nuevo Estatuto de Cataluña y se enfrentó abiertamente con Duran Lleida y sus socios de Unió Democrática. Como conseller de Presidencia y portavoz de la Generalitat secundó a Mas en su hoja de ruta soberanista y muchos le acusan de la deriva que ha lastrado al partido convergente.
Su posición actual en el Congreso es también muy delicada, sin grupo propio y vigilado estrechamente por el número dos, Carles Campuzano, un veterano diputado desde tiempos de la antigua CiU, fervoroso soberanista y con mejores relaciones con la Generalitat y la actual dirección del PDeCAT, con quienes Homs ha tenido varios desencuentros en esta legislatura. Campuzano conoce mucho mejor los entresijos de la Cámara Baja y ejerce como portavoz en la sombra. Esto podría también aconsejar la renuncia de Homs, bastante incómodo por las circunstancias. Si finalmente decide renunciar al acta de diputado, su suplicatorio caería en vacío, al perder la condición de aforado, y el Tribunal Supremo se inhibiría en la causa, que volvería a instruirse por completo desde un principio.
Según fuentes jurídicas, el caso ni siquiera llegaría a manos del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, sino a un juzgado de Instrucción de Barcelona, que habría de iniciar de nuevo todo el proceso. «Ganar tiempo y esperar acontecimientos», dicen en Convergència sobre los planes de Homs ante el complicado escenario político catalán. La amenaza de la CUP sobre los presupuestos, que pueden tumbar el día 28, el anunciado referéndum soberanista al que Carles Puigdemont no quiere renunciar y la sombra de unas elecciones con incierto resultado podrían llevar a Homs a «quitarse de en medio» y retrasar al máximo su encausamiento en la Justicia ordinaria de Barcelona. En todo caso, por los pasillos del Congreso de los Diputados circula ya una frase: «El procés devora a todo el mundo». Parece que aquí todos caen lentamente.
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