Tabaco

Los hosteleros españoles consideran que el veto al tabaco en las terrazas es una medida "desproporcionada"

La Confederación Empresarial de Hostelería valora que prohibir fumar en exteriores dañará la actividad económica, generará confusión entre los turistas y afectará a la imagen internacional de España

Los hosteleros españoles consideran que el veto al tabaco en las terrazas es una medida "desproporcionada"
La ministra de Sanidad, Mónica García, ha defendido la ampliación de la prohibición como un paso más para “desnormalizar” el consumo La Razón

El Gobierno ha dado este martes luz verde al anteproyecto de la nueva ley antitabaco que extiende la prohibición a las terrazas de bares y restaurantes, a las marquesinas de autobús, a los coches profesionales y a los campus universitarios, incluidos sus espacios exteriores. La medida ha encendido las alarmas en el sector hostelero, que teme un impacto directo sobre la clientela y los ingresos. En un comunicado, la Confederación Empresarial de Hostelería de España califica la iniciativa de “desproporcionada” y subraya que en las terrazas “existe una buena convivencia entre fumadores y no fumadores”, por lo que cualquier cambio debe valorarse “con seriedad” para evitar daños al empleo, la competitividad turística y la experiencia del cliente.

La organización recuerda que las terrazas son espacios “clave” para la vida social y económica del país y advierte que la prohibición puede generar confusión entre los millones de turistas que cada año visitan España, ya que muchos proceden de países donde sí está permitido fumar en exteriores. Además, temen que la norma se convierta en un argumento negativo a la hora de elegir destino, especialmente en zonas costeras y ciudades donde el ocio al aire libre es uno de los principales atractivos.

La industria tabacalera y fabricantes de vapeo también se oponen

Desde la Mesa del Tabaco, que agrupa a cultivadores, estanqueros y fabricantes, se defiende que España ya cuenta con “una de las regulaciones más avanzadas” y que las medidas vigentes “funcionan”, por lo que no consideran necesario restringir más. Proponen centrar el debate en entornos con presencia significativa de menores, como parques infantiles o campos de deportes, pero no en terrazas al aire libre. Por su parte, la Unión de Empresarios del Vapeo (UPEV) teme que la norma impulse el mercado negro y advierte que podría duplicar el número de menores que consumen cigarrillos electrónicos y llenar el país de productos ilegales de dudosa seguridad.

En números, la presión sobre el tabaco ya ha reducido fuertemente el consumo: en 2024 se vendieron en España 2.143 millones de cajetillas, un 53,8 % menos que en 2005, año en que entró en vigor la primera ley que prohibía fumar en espacios cerrados. Desde entonces, cada nueva restricción ha acelerado el descenso: en 2011 las ventas cayeron hasta 3.015 millones de cajetillas y el precio medio se ha encarecido un 140 % entre diciembre de 2005 y diciembre de 2024, según el IPC.

La ministra de Sanidad, Mónica García, ha defendido la ampliación de la prohibición como un paso más para “desnormalizar” el consumo y proteger la salud pública, recordando que la norma original de 2006 solo afectaba a interiores y que en 2011 se extendió a restaurantes. Ahora, el anteproyecto debe superar una segunda vuelta en el Consejo de Ministros antes de iniciar su tramitación parlamentaria. Mientras tanto, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) considera que la medida es “insuficiente” y reclama endurecer aún más las restricciones para alcanzar el objetivo de una generación libre de tabaco.