Podemos

Iglesias confía en ser tercera fuerza por encima de Cs

Podemos aspira a volver a los resultados de 2016. Buscan una negociación «a la que Sánchez no pueda negarse» y no temen a Errejón

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, participó ayer en un encuentro con militantes en el Palacio de Congresos de Oviedo / Foto: Efe
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, participó ayer en un encuentro con militantes en el Palacio de Congresos de Oviedo / Foto: Efelarazon

Podemos aspira a volver a los resultados de 2016. Buscan una negociación «a la que Sánchez no pueda negarse» y no temen a Errejón.

Volver al 2016. Al suelo sólido que la formación morada obtuvo en las elecciones generales de ese año, cuando obtuvo junto a Izquierda Unida, En Comú Podem, En Marea y Compromís 71 diputados y se consolidaba como tercera fuerza política en el hemiciclo.

Es un objetivo que a día de hoy contemplan como escenario palpable en el cuartel general de Unidas Podemos, aunque no rondando esos 70 escaños en el Congreso –de los que disfrutaron hace tres años– pero sí rozando los 50 e incluso los 60. La clave que se encontraría en este éxito –que el partido aún explora con cautela a escasos dos días de que de comienzo la semana decisiva antes del 10-N– sería la previsible sangría en votos que acusa la ahora tercera fuerza política, Ciudadanos. A día de hoy todas las encuestas vaticinan entre 16 y 19 escaños para el partido de Albert Rivera, lo que provocaría una caída en casi 40 escaños en siete meses, si se cumplen los pronósticos.

El partido trabaja con la Ley d’Hont sobre la mesa y confía en que con el mismo número de votos que obtuvo el pasado 28-A, (3.732.929 millones) las posibilidades en traducirse estas cifras en un mayor número de diputados aumenten en cada provincia, por los restos de votos del partido morado, en los escaños sin asignar una vez iniciado el reparto de número de diputados a cada partido en cada circunscripción.

Siendo tercera fuerza –si lo ratifican las urnas– los morados se ven en plenas condiciones de afrontar de «tú a tú» una negociación de gobierno con el PSOE para conformar el Ejecutivo progresista que Sánchez negó a Iglesias después del 28-A. De ahí que la estrategia de Podemos se centre, principalmente, en construir un «partido fuerte», como ya ha repetido en varias ocasiones su secretario general. Según asegura el entorno del núcleo duro morado, con un Pablo Iglesias como líder de la tercera fuerza política «le será muy difícil explicar al presidente en funciones las razones por la que se niega a pactar con nosotros». La idea de ser fuerte en el Congreso reside en la estrategia de Podemos de obligar a Sánchez a no mirar a la derecha o a que trate, de gobernar con la abstención de los morados, como ya ocurrió en la investidura fallida. En las dos semanas que restan para las elecciones, la formación tratará de explicar sus medidas para frenar los efectos de una posible crisis económica; un nuevo impuesto a las grandes fortunas o eliminar privilegios a las grandes corporaciones, entre otros. Desviará el foco de los ejes que han marcado el inicio preelectoral: la violencia en Cataluña y la exhumación de Franco. Denunciar el machismo, la xenofobia y defender a los colectivos más vulnerables serán elementos clave en su hoja de campaña.