Memoria Histórica

La incógnita sobre el último exhumado del Valle de los Caídos

La documentación prueba que el falangista Constancio Allende fue enterrado en Siguënza y no en Álava, como ha divulgado el Gobierno

Documentos emitidos por el Gobierno Civil y el Obispado de Sigüenza
Documentos emitidos por el Gobierno Civil y el Obispado de SigüenzaADVC

Constancio Allende y Sancho, jornalero burgalés y miembro de Falange, es el último de los dos cuerpos exhumados en Cuelgamuros, como anunció este lunes el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática.

Sin embargo, en la información facilitada por el Gobierno se dice que fue enterrado en el cementerio de Santa Isabel de Vitoria, cuando la documentación a la que ha tenido acceso LA RAZÓN prueba que fue inhumado en Sigüenza (Guadalajara).

Así, un oficio del gobernador civil de esta provincia informa a su homólogo de Álava que, con fecha del 14 de mayo de 1959, da «orden al señor alcalde de Sigüenza para que se proceda a la exhumación de los restos del caído Constancio Allende y Sancho, procedentes de esa provincia, y que serán trasladados al Monumento Nacional de los Caídos».

Escrito del gobernador de Guadajara al Ayuntamiento de Sigüenza recabando información de Constancio Allende
Escrito del gobernador de Guadajara al Ayuntamiento de Sigüenza recabando información de Constancio AllendeADVC

Avisa el responsable gubernamental de que «la operación se llevará a efecto el día 25 del presente mes y deberá estar terminada a mediodía, por lo que ruego a V. E. lo ponga en conocimiento de los familiares de dicho fallecido, por si desean asistir al acto de exhumación».

Según los datos aportados por la cartera de Ángel Víctor Torres, Constancio Allende Sancho nació en Vallarta de Bureba (Burgos) el 19 de septiembre de 1904. En algún momento de su juventud emigró a Vitoria-Gasteiz, donde se casó con Gertrudis Elguea y Sáez de Vicuña, y trabajaba como obrero.

Combatiente de la 1º Centuria de Falange de Álava, nuestro protagonista falleció en combate el 2 de noviembre de 1936. Siempre según estos datos, sus restos fueron inhumados en el cementerio de Santa Isabel de la capital alavesa el 3 de noviembre de 1936, y fueron trasladados al Valle el 26 de mayo de 1959.

Por contra, y a tenor de los documentos que maneja en sus investigaciones sobre los sepultados en Cuelgamuros la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos (ADVC), Constancio tuvo que ser enterrado efectivamente en Sigüenza.

Así, un segundo documento del Obispado de la villa medieval otorga el permiso eclesiástico necesario para su exhumación del cementerio interparroquial de la localidad junto a otros cinco individuos.

Pesquisas del Ayuntamiento de Sigüenza sobre el tipo de sepultura de los individuos localizados
Pesquisas del Ayuntamiento de Sigüenza sobre el tipo de sepultura de los individuos localizadosADVC

El prelado concluye ante la autoridad de la provincia: «Mandamos al reverendo señor cura arcipreste de Sigüenza permita la exhumación y traslado de los susodichos restos, anotándolo todo al margen de la partida correspondiente en sus libros parroquiales». El papel está firmado con fecha del 27 de enero de 1959.

Previamente –el 1 de diciembre de 1958–, se había dirigido un oficio del Gobierno Civil de Guadalajara al alcalde de Sigüenza en el que se le requería «si constan enterrados en esa localidad cada uno de los caídos que al dorso se expresan [Constancio y otros seis nombres], bien por figurar en el registro correspondiente o por conocimiento que tenga, por cualquier medio, esa alcaldía». Y, «en caso afirmativo, si están inhumados en sepultura independiente o en fosa común», así como «si se trata de enterramientos en sepultura eclesiástica temporal o perpetua».

En la información aportada por el consistorio a través «del encargado del cementerio» se dice que «de los seis nombres (...) solo figuran dos (...) si bien es verdad que existen muchos que no se pudieron identificar». Constancio Allende consta en «sepultura de Beneficencia de adultos número 81-1ª de 6ª tanda» en el «cementerio eclesiástico».

Este dato y el del resto de víctimas desemboca en otro escrito del 13 de mayo de 1959 por parte del gobernador civil en el que da instrucciones para «dar definitivo cumplimiento a las instrucciones dadas por la superioridad», de manera que «se proceda a la exhumación» de las personas indicadas, cuyos restos «serán depositados en la urna columbario que con la antelación debida se enviará a ese ayuntamiento».

E incluso podría contarse con un «posible reintegro» por el Patronato de la Fundación del Valle de los Caídos «si se ocasionara con esto cualquier gasto extraordinario al que no pudiera hacer frente la corporación».

Relación de inhumados en Guadalajara para su traslado al Valle de los Caídos. En amarillo, Constancio Allende Sancho
Relación de inhumados en Guadalajara para su traslado al Valle de los Caídos. En amarillo, Constancio Allende SanchoADVC

Al día siguiente se despacha por el mismo Gobierno Civil de Guadalajara al de Álava la comunicación a las familias de que se iba a proceder a la exhumación, y se les dio la oportunidad de asistir, lo que desmiente en este, y otros episodios, que no hubiera información al respecto.

Hay que tener en cuenta que la legislación de la época obligaba a vaciar los cementerios municipales de caídos de la guerra y se les dio a las familias la oportunidad de llevarlos a una sepultura de su propiedad.

«Si Constancio fue al Valle es porque la familia se desentendió en su día», explica a este diario Pablo Linares, presidente de la ADVC, que lleva décadas investigando los entresijos de las criptas de Cuelgamuros.

«En un considerable número de casos, en su día las familias no quisieron saber nada de hacerse cargo de los restos de los suyos, y en otros muchos, hay familias que ahora pueden saber dónde están los restos de sus abuelos porque en su momento fueron llevados al Valle con nombre y apellidos», concluye Linares, que ha rastreado en el Archivo Municipal de Sigüenza parte de estos legajos.