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La indignación de un Guardia Civil retirado al ser parado en un control de alcoholemia
La denuncia social ha sido compartida a través de redes sociales, para que llegue a un mayor número de personas
Las redes sociales se han convertido en una poderosa plataforma para visibilizar y denunciar situaciones injustas en todo el mundo. Gracias a su alcance masivo, inmediatez y capacidad para generar interacción, permiten que cualquier persona con acceso a internet pueda compartir experiencias, evidencias y testimonios que llegarán a un gran número de personas.
En esta ocasión, la cuenta Ana Caimana (@anapikoleta) ha compartido a través de su perfil de X (antes conocido como Twitter) una denuncia social impulsada por un Guardia Civil jubilado y la situación que vivió cuando un compañero del cuerpo le paró en un control de alcoholemia.
Un control rutinario de alcoholemia
La denuncia social comienza explicando que el agente retirado en cuestión tiene "más de cuarenta años de servicio" a sus espaldas, y que realiza el documento de denuncia para "relatar" lo que le ha ocurrido utilizarlo como "desahogo personal".
"Sobre las 17:15 horas de hoy, 3 de abril de 2025, cuando en compañía de su hija (también Guardia Civil) circulaba con el vehículo de su propiedad [...] una patrulla de Atestados de la Guardia Civil le ordena detener la marcha" para realizar un control rutinario de alcoholemia, comienza explicando el documento.
De esta manera, y tras aclarar que nada más parar dejó constancia a los agentes que no había "bebido nada", este explica el motivo de su indignación cuando, tras hacerle saber que es un "compañero retirado", el agente en activo mostró una "total indiferencia al respecto".
"El Guardia Civil actuante mostró una total indiferencia hacia su persona, no mirándole a la cara, ignorándole totalmente. Lo que le hizo sentirse especialmente ridículo por identificarse como antiguo miembro del Cuerpo, limitando su respuesta a un "puede continuar" tras la finalización de la misma", expone el documento.
En este sentido, el agente retirado reconoce que este hecho fue "doloroso", no solo por su "reglamento y recto proceder", sino por el aparente "desprecio mostrado" a un agente que, "antes de que naciera" el agente en activo, se "jugó la vida en los años de plomo en el País Vasco" y prestó servicio en el Destacamento de Tráfico de Santander como motorista, por las mismas carreteras que el otro agente, "pero sin el material, equipamiento, horarios ni medios de los que, ahora, afortunadamente, él disfruta".
Finalmente, el Guardia Civil retirado pide que, aunque solo sea por "mérito y educación", se respete a los veteranos en carreteras, pues, en su opinión, los Guardias Civiles no deben ser "el reflejo de esta sociedad sin valores en las que nos movemos". Mientras, asegura que nunca volverá a identificarse como un Guardia Civil retirado porque "con una humillación basta".