Interior asumió que era Koldo quien fijaba el precio de las mascarillas

«Así lo había dicho Koldo». El intercambio de correos electrónicos entre el empresario Iñigo Rotaeche, imputado en el «caso Koldo», y el entonces subdirector general de Planificación de la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior, Daniel Belmar –que hoy declara como testigo en la Audiencia Nacional en el marco de esta investigación judicial–, denotan el papel clave que desempeñó el asesor del ministro José Luis Ábalos en la tramitación y ejecución de los contratos con Soluciones de Gestión, la empresa de la supuesta trama.

Esa veintena de correos, aportados por Belmar al Senado tras su comparecencia en la comisión de investigación y a los que ha tenido acceso LA RAZÓN, evidencian que la relevancia de Koldo García era tal que el departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska asumió incluso que era el asesor de Ábalos quien fijaba el precio de las mascarillas suministradas a Interior por intermediación del Ministerio de Transportes.

Así lo ponen de manifiesto los correos entre Rotaeche y Belmar, en la actualidad comisario jubilado, el 26 de abril de 2020, cuando el empresario comunica al interlocutor de Interior que el precio pactado por mascarilla, de 2,50 euros, había pasado a 2,81 euros a consecuencia de los «trámites aduaneros. Rotache justifica ese incremento en que al ser Soluciones de Gestión una empresa privada no está exenta de los aranceles aduaneros. «Esto implica pagar como importador un 6,3% de arancel» (el material sanitario llegaba en avión desde China al aeropuerto de Barajas) «y gastos de despacho, transportes y otros, de ahí sale 2,81». De ahí que la empresa de la «trama Koldo» reclamase a Interior que «el precio se ajuste para incluir los costes que ahora estamos asumiendo».

Belmar se resiste y le recuerda que tuvo que hacer «un expediente de emergencia en el que le digo a Hacienda que necesito una cantidad determinada de dinero».

De hecho, la Agencia Tributaria terminaría solicitando a interior información sobre ese contrato en enero de 2022 a través de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) al constatar la falta de experiencia de Soluciones de Gestión para una operación de esa envergadura.

"¿Esto lo hablaste con Koldo?"

El alto cargo de Interior deja claro en el citado correo que esa cantidad no era la acordada: «Esa cantidad, porque así lo había dicho Koldo, era de 2,50 más IVA. En ningún momento se habla de aduanas ni nada por el estilo». Y se queja que esos 30 céntimos de más por unidad «afectan al resto de las compras, que no se podrán pagar». Y evidenciando su incredulidad concluye: «¿Esto lo hablaste con Koldo?».

Ante la falta de material de protección para los Cuerpos de Seguridad y los funcionarios de Instituciones Penitenciarias, y debido a la incapacidad de Sanidad para suministrar ese material en los meses más duros de la pandemia, Interior recurrió al Ministerio de Transportes para proveerse de mascarillas y guantes. De manera que el departamento de Ábalos incluyó en su pedido el material para Interior, a quien le suministraron 765.000 mascarillas a través de Puertos del Estado y otras 300.000 por medio de Adif. Se trataba de una cesión que Interior tenía que devolver posteriormente.

Esos correos también ponen de manifiesto que Interior no podía desplazar a nadie al aeropuerto para la recepción de las mascarillas el 8 de mayo de 2020 (223.650 unidades había que trasladarlas a la Escuela Nacional de Protección Civil. Tres días antes, Rotaeche le tranquiliza: «Respecto a que nadie de Interior esté presente en las operaciones del 8 de mayo, no te preocupes». «Nos ocuparemos de preparar albaranes para las diferentes entregas», que se compromete a remitir al departamento de Grande-Marlaska a través de Puertos del Estado y Adif, insistiéndole en que «la autorización de despacho debe hacerse a Raminatrans».

A este respecto, la ex responsable de Contratación de Puertos del Estado Aranzazu de Miguel aseguró a la Guardia Civil en su declaración como testigo que, según le comentó un compañero, Koldo «habría ido a alguna de las entregas de las mascarillas al aeropuerto».