
Tribunales
A juicio por terrorismo una mujer que almacenaba 92.000 imágenes de exaltación yihadista
Se enfrenta a una posible condena a cinco años de prisión por autoadoctrinamiento en la Audiencia Nacional

Almacenaba más de 92.216 imágenes, 2.302 vídeos y 1.320 audios de contenido yihadista cuando fue detenida en Vitoria en septiembre de 2023 y ahora se sienta en el banquillo de la Audiencia Nacional acusada de un delito de autoadoctrinamiento con fines terroristas por lo que se enfrenta a una posible condena a cinco años de prisión.
Según la investigación policial -que se sirvió de agentes encubiertos informáticos (AEI)-, V. A. R., de nacionalidad española y conversa al islam, estaba además suscrita a 138 canales y grupos de índole yihadista en redes sociales, a través de los cuales recibía y difundía de forma masiva archivos audiovisuales de contenidos yihadistas, elaborados por organizaciones terroristas, que según la Fiscalía constituían "medios de persuasión, instigación y captación de prosélitos de gran eficacia".
Según expone el Ministerio Público en su escrito de acusación tanto en las fotografías como en los videos y audios localizados en sus dispositivos "se ensalzan las acciones violentas" llevadas a cabo por el Daesh. Para la Fiscalía, la acusada -actualmente en libertad aunque ingresó en prisión provisional tras ser detenida- "estaba completamente adoctrinada" y "asumió el decidido compromiso personal de convertirse en una colaboradora al servicio de las acciones terroristas".
Su objetivo era, mantiene la acusación pública, "captar y reclutar" a nuevos miembros y desplazarse junto a sus cuatro hijos menores (cuya patria potestad suspendió el juez) a territorio controlado por el Daesh "para contribuir allí a la consecución de sus objetivos terroristas".
Esa "interiorización del ideario yihadista" por parte de la mujer queda patenta, afirma la Fiscalía, en la "persistencia en difundir las doctrinas y finalidades de la Yihad".
"No es una mera usuaria de material yihadista, sino que también llevaba a cabo actos de difusión de este tipo de archivos audiovisuales, contribuyendo de esta forma a los fines de la organización terrorista Daesh". No obstante, la Fiscalía admite que no ha podido identificarse a terceras personas que se hayan adoctrinado en los postulados terroristas "como consecuencia directa de la actuación difusora de la acusada".
Fruto de ese "avanzado proceso de radicalización y autoadoctrinamiento", expone, los agentes han constatado su formación en armamento, tras intervenir en su domicilio "una copia de la cartilla del servicio militar de la detenida", que acredita condición de reservista a partir del año 2002. Asimismo, se hallaron "varios vídeos que indican el interés de la acusada en entrenamiento militar y acciones bélicas".
Tenía, afirma el Ministerio Público -que reclama además para ella tres años de libertad vigilada, nueve de inhabilitación absoluta y otros tantos de inhabilitación especial para profesión educativa- "una visión rigorista del islam, con una consolidada y amplia formación radical, compartiendo creencias y pensamientos sobre la sharia en su vertiente más ortodoxa", que se plasma en un "riguroso código de comportamiento". Una visión religiosa "extrema" que, subraya el escrito de acusación, la "distancia de la sociedad occidental en la que vive -cuyo sistema de valores no comparte-" y en el que prima "el concepto de origen medieval de la hermandad musulmana".
La Fiscalía hace hincapié en que en los vídeos e imágenes incautadas "los hechos de extrema violencia se presentan como actos de justicia, como misión sagrada a la que deben unirse los destinatarios de estos mensajes". Un ideario que fue fructificando en su autoadiestramiento terrorista "con el designio de autocapacitarse para estar en condiciones de colaborar o intervenir en futuras acciones terroristas" del Daesh mediante su desplazamiento a territorio extranjero.
Esos archivos digitales de contenido yihadista (en su gran mayoría en idiomas español y árabe, hallándose también otros en ruso), casi 80 Gb, destaca la Fiscalía, eran "utilizados por la acusada y sus hijos menores". Además, se ha constatado que la acusada "se ha relacionado con individuos investigados por terrorismo en otros países europeos".
En sus contactos con un agente encubierto, la mujer le llegó a proporcionar el juramento de lealtad a Daesh, "informándole de cómo proceder para formar parte de la organización", pretendiendo además que se trasladara a territorio controlado por la organización terrorisa, "declarando ella misma formar parte de la organización".
La investigación ha puesto de relieve su "intención decidida" de desplazarse a zonas controladas por el Daesh , algo que "se infiere de numerosas conversaciones con individuos afines" a la organización terrorista. "Se ha acreditado una planificación en cuanto a las personas a las que se uniría y facilitarían su desplazamiento, exteriorizada en las búsquedas de vuelos e itinerarios", añade. "La finalidad última sería realizar el viaje junto a sus hijos para que lleguen a ser muyahidines", resalta.
En algunos de sus mensajes intervenidos llegó a afirmar: "Mis hijos hacen la yihad algún día inshalah, los cuatro, tengo cuatro leones aquí...". No obstante, la Fiscalía admite que "no se ha podido establecer con el grado de certeza exigido en derecho la hipótesis inicial de adoctrinamiento yihadista de la acusada sobre sus hijos, singularmente sobre la base de los exámenes y exploraciones de los menores llevados a cabo por especialistas".
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