Resaca electoral en Cataluña

Junqueras pasa al frente con su "ejército" para decidir el futuro de Sánchez

A Pere Aragonès hace tiempo que le daban por amortizado en su partido. Y Oriol Junqueras lleva tiempo preparando con su "ejército" en la sombra el salto a la primera línea.

El batacazo que se ha dado ERC en estas elecciones, y que ya ha hecho rodar la cabeza de Pere Aragonès (que se queda como presidente en funciones de la Generalitat) se veía venir desde hace tiempo en las filas republicanas. Aragonès ha sido un desastre como gestor y como líder del partido, con un perfil "mediocre" y celoso de que a su alrededor pudiera hacerle sombra la presencia de Junqueras. Le apartó e incluso puso un comisario político para que le acompañara siempre y luego le diera cuenta de sus movimientos y de lo que iba contando en sus reuniones o en su actividad fuera de cámara. Convirtiendo así un activo dentro de la mitología independentista en un jubilado.

En estos últimos meses, desde esa segunda fila en la que le colocó Aragonés para que no le hiciera sombra, Oriol Junqueras ha estado "calentando" el banquillo y preparando el terreno, con su equipo, para optar a volver a primera escena, recuperar el mando y, cuando la amnistía lo permita, volver a ser también candidato. Aragonés pierde ahora el control de la situación, en un estado de crisis interna en el que las bases de ERC tendrán mucho que decir, pero también Junqueras, y todo ello en un marco de pulsión entre los sectores más izquierdistas y los más identitarios.

Esto lleva a que vuelva a librarse el gran Ragnarök dentro del independentismo, con un choque mortal entre Puigdemont y Junqueras del que depende el resultado de las negociaciones que abrirá el socialista Illa con todos los partidos de cara a su investidura. Nadie se atreve a dar nada por hecho sobre cómo acabará este proceso, más allá de considerar que, aunque el PSOE muestre ahora un estado de cierta euforia por el resultado electoral, lo cierto es que todo lo que suma a Illa acabará, a la larga, volviéndose en contra de Sánchez. Los socialistas entierran al independentismo, pero desde su pérdida de apoyo social los líderes soberanistas preparan un choque de alto voltaje no sólo por el poder -ERC tiene cerca de dos mil cargos que perderán su sueldo si se niegan a seguir pisando moqueta por perder la Presidencia. de la Generalitat.

En medio de todo este caos postelectoral, el presidente Pedro Sánchez sigue avanzando en su proceso de comerse a sus socios, y ha encontrado también en el resultado electoral el enganche para dar vida al eslogan de que la victoria de Illa es fruto del éxito de su política de reconciliación y de diálogo. Lo usará en la campaña de las europeas, pero lo cierto es que lo que ha matado a ERC ha sido su incapacidad absoluta para gestionar los asuntos públicos.