Terrorismo

"Kantauri" se niega a declarar sobre el asesinato de Gregorio Ordóñez en 1995

El exjefe de ETA comparece por videoconferencia desde la cárcel en la recta final de la investigación contra cinco exdirigentes etarras

Viuda de Gregorio Ordóñez destaca que San Sebastián recuerda con cariño "a quien tanto hizo por devolvernos la libertad"
La viuda de Gregorio Ordóñez, el pasado enero, en el homenaje al político del PP asesinado en 1995Europa Press

El exdirigente de ETA José Javier Arizcuren Ruiz, "Kantauri", se ha acogido a su derecho a no declarar -según fuentes jurídicas- en su comparecencia como imputado por el asesinato de Gregorio Ordóñez en 1995, el primero de los tres interrogatorios previstos por el instructor entre hoy y mañana en relación con este procedimiento para encarar la recta final de la investigación.

"Kantauri", investigado junto a otros cuatro exjefes de la banda terrorista -Ignacio Gracia Arregui, "Iñaki de Rentería", Mikel Albisu, "Mikel Antza", Julián Achurra, "Pototo", y Juan Luis Aguirre Lete, "Isuntza"-, ha comparecido por videoconferencia desde el centro penitenciario de Pamplona (donde cumple condena) ante el magistrado Francisco de Jorge, que mañana ha citado a declarar a Achurra y Aguirre Lete, también de forma telemática, en su caso desde la prisión de Álava. Según las fuentes consultadas, ambos también se acogerán a su derecho a no declarar sobre su supuesta responsabilidad en el atentado contra el líder del PP en el País Vasco.

La investigación apunta a que tras la caída de la cúpula de ETA en Bidart (Francia), "Iñaki de Rentería" y Mikel Albisu se encargaron de reorganizar "estructural y operativamente" la organización terrorista, incorporando a la dirección etarra a "Kantauri", Aguirre Lete y "Pototo" entre finales de 1994 y principios de 1995.

La Guardia Civil atribuye a "Kantauri" dos cartas manuscritas intervenidas al "comando Vizcaya" en 1997, dos años después del asesinato de Ordóñez. "Es muy importante darles a los políticos del PP", se trasladaba a los "liberados" del "comando". La consigna era clara: "Cualquier político del PP es objetivo". Y se insistía, sobre todo, en el "secuestro de concejales". "Si no podéis hacer un secuestro, darle en toda la cabeza. Pero tener en cuenta que es el secuestro lo que crea inestabilidad y contradicciones mayores por su dureza", reitera una segunda misiva.

El nuevo comité directivo de ETA impulsó a partir de julio de 1993 una campaña para desestabilizar al Estado atentando contra militantes del PP y PSOE con el objetivo de forzar al Gobierno a negociar. En el marco de esa "estrategia de desestabilización" se ordenó el atentado contra Gregorio Ordóñez. Para las Fuerzas de Seguridad, la decisión de atentar de forma prioritaria contra políticos se adoptó de forma "colegiada" en el seno de la cúpula etarra. De hecho, dos etarras arrepentidos corroboraron al instructor que era la cúpula terrorista la que daba la orden a los "comandos" cuando los objetivos eran políticos.

"Relevante papel" de la cúpula etarra

El magistrado Francisco de Jorge ha dado el paso de citar a declarar a "Kantauri", "Pototo" y Aguirre Lete sin esperar a la autorización de la Justicia francesa, pues aunque no fueron entregados por esta causa no ha acordado su prisión provisional en el marco de este procedimiento.

En esta causa ´-una de las que mantiene abiertas por autoría mediata la Audiencia Nacional contra exjefes de ETA por su supuesta responsabilidad en los atentados cometidos bajo su mando- además de la Fiscalía ejercen la acusación la familia de Ordóñez, el PP, la AVT y Dignidad y Justicia.

"Iñaki de Rentería" y "Mikel Antza", ambos en libertad, negaron en su día cualquier por videoconferencia desde los juzgados de San Sebastián cualquier responsabilidad en el atentado en el que fue asesinado el portavoz del PP en el Ayuntamiento de la capital guipuzcoana.

Según detalla la Guardia Civil en un informe de 2015, los cinco exdirigentes de ETA investigados jugaron un "relevante papel", como miembros del comité ejecutivo etarra, en las órdenes para asesinar al concejal del PP. En esos años, recalcaron, "nada se hace, nada se mueve en ETA que no conozca y coordine y en la mayoría de los casos autorice el comité ejecutivo".

La cúpula de la banda criminal, insistía el Instituto Armado, se ocupaba de "controlar y dirigir toda la actividad" de ETA "a través de una red de enlaces encargados de transmitir sus directrices". No era necesario que los dirigentes estuviesen "física y personalmente en cada uno de los movimientos, acciones, atentados terroristas", pues les bastaba con "diseñar la estrategia" de ETA y "dirigir todos los medios para conseguir llevarla a cabo". Hasta el punto de que todos los "comandos" eran "un mero instrumento" de la cúpula dirigente.