La Fiscalía ha abierto ya este año 81 casos por este terrorismo frente a los 106 de todo 2014.

La Audiencia Nacional espera cerrar el año con más de 160 investigaciones por terrorismo yihadista abiertas en 2015, frente a las 106 que se pusieron en marcha en 2014, lo que supondrá ya el 20 por ciento de todas las causas impulsadas por el Ministerio Público en la Audiencia Nacional, incluidas las de corrupción y tráfico de drogas. Y es que el año pasado terminó el ejercicio con 106 investigaciones sobre terrorismo islamista (un 13,5% del total) y en lo que va de 2015 ya acumula 81.

Ésta es una de las principales conclusiones que expuso los pasados 24 y 25 de junio en La Haya (Holanda) –horas antes del atentado de Túnez– el fiscal jefe de este tribunal, Javier Zaragoza, en una cumbre sobre yihadismo en el seno de Eurojust, el máximo órgano de cooperación judicial en la Unión Europea. De hecho, el incremento de la amenaza yihadista es uno de los argumentos que Zaragoza ha puesto sobre la mesa para reclamar más fiscales para la Audiencia Nacional.

El representante español desgranó ante sus colegas europeos las cifras de la amenaza yihadista en España desde las primeras detenciones en 1997 tras el desmantelamiento de una célula del Grupo Armado Islámico (GIA), entre ellas la de uno de los autores del 11-M, Allekema Lamari (que se suicidó una semana después en Leganés).

Los datos revelan sin ningún género de dudas que los atentados de Madrid han supuesto un antes y un después en la lucha contra este tipo de terrorismo: antes del 11-M se produjeron en nuestro país 60 detenciones en operaciones contra el yihadismo mientras que, desde marzo de 2004 hasta la actualidad, ya son 626 los detenidos (ver gráfico). No en balde, se han celebrado en ese tiempo 32 juicios contra 216 acusados (aproximadamente un tercio de los detenidos), en los que han sido condenadas 123 personas (apenas una quinta parte de los detenidos), a la espera de conocer la sentencia de la «operación Cesto» tras el juicio a once procesados por integrar supuestamente una célula en Ceuta que reclutaba muyahidines para el Estado Islámico.

A día de hoy, en las cárceles españolas hay 60 presos preventivos por terrorismo islamista, a los que se suman otros 18 (once de ellos por el 11-M) condenados ya en sentencia firme. Y otro dato tampoco pasa por alto: en lo que va de año ya han sido detenidas 49 personas, las mismas que en todo 2014, gracias sobre todo, destaca Zaragoza, «a la eficaz colaboración de la Fiscalía con los servicios de información de la Policía y la Guardia Civil».

Zaragoza también puso al corriente a los representantes nacionales de Eurojust que de España han salido 120 yihadistas con destino a Siria para sumarse a las filas del Estado Islámico (Daesh), de los que una veintena ha retornado y otros 29 han fallecido en zonas de conflicto, en atentados suicidas o en combate. «España es un referente en la respuesta policial y judicial al fenómeno yihadista –asegura el fiscal jefe de la Audiencia Nacional– porque la experiencia española en la lucha contra el terrorismo es única».

«El terrorismo yihadista está ocupando el lugar de ETA en la Audiencia Nacional», mantiene Zaragoza. El pasado año las investigaciones relacionadas con la banda terrorista todavía sumaron el 25% del total frente al 13,5 % yihadista, un porcentaje que, como se ha apuntado, se disparará este año hasta el 20 por ciento en detrimento de las diligencias vinculadas a ETA. «En España se han prevenido muchas situaciones de riesgo», dice el responsable de la Fiscalía de la Audiencia Nacional en relación a las cada vez más abundantes investigaciones antiyihadistas.

El representante español (que señaló Ceuta y Melilla, Barcelona y las zonas limítrofes de Marruecos como los principales focos de captación) destacó asimismo en la sede de Eurojust los principales hitos en la evolución del terrorismo internacional yihadista en la última época, haciendo especial hincapié en el uso de las nuevas tecnologías de la información: internet y las redes sociales son ya las principales herramientas de los terroristas para la captación, adoctrinamiento y reclutamiento de muyahidines. También hizo referencia al peligro que suponen los «combatientes o foreignfighters» que se desplazan desde Europa (más de 5.000 hasta la fecha) a zonas de conflicto (Siria e Irak) y después retornan a sus países de origen y a la creciente actividad de captación de mujeres y menores de edad. Zaragoza puso también al corriente a los representantes de Eurojust de las últimas reformas legales en nuestro país para luchar contra el terrorismo yihadista, que castigan, entre otras conductas, el adiestramiento pasivo (recibir adiestramiento militar o de combate con el objetivo de capacitarse para cometer un atentado) y el autoadoctrinamiento (acceso de manera habitual a contenidos de internet idóneos para incitar a sumarse a una organización terrorista o a colaborar con ella).

«Hay muchísima preocupación en Europa por el terrorismo yihadista», constata el fiscal jefe, que señala al Estado Islámico (Daesh) y, en menor medida, a AQMI (Al Qaeda del Magreb Islámico) como principales amenazas.