La ley del PP por la transparencia de las misiones militares supera el primer trámite en el Senado con la abstención de Junts

La reforma de la Ley de Defensa Nacional impulsada por el PP en el Senado ha superado el primer trámite parlamentario con la abstención de Junts y del PNV, dos partidos que van a ser imprescindibles en el Congreso para que la iniciativa obtenga luz verde. En concreto, la iniciativa busca modificar el artículo 17 de la Ley para dar mayor participación al Congreso en las decisiones que se tomen sobre las misiones en el exterior y el envío de material militar que se envíe a una zona en guerra. En total, 149 senadores han apoyado la toma en consideración, mientras que solo los 88 del PSOE han votado en contra. Ha habido 21 senadores que se han abstenido.

Según recoge la exposición de motivos de la iniciativa impulsada por el PP, el "escenario de tensiones geopolíticas" actual hace "recordar que España es una democracia Parlamentaria y que debería ser en el Congreso de los Diputados donde se debatiese y determinase la posición de España y el tipo de ayuda que debe prestar a nuestros socios y aliados". Por ello, el PP pretende que el artículo 17 pase de tener tres apartados a ocho. En el primer apartado de la ley, que ha sido defendida por el senador Pablo González, los populares quieren que las autorizaciones para operaciones en el exterior tengan solo "una vigencia de cinco años a contar desde el día que se aprobó por el Congreso de los Diputados": a partir de ahí, se tendrá que renovar. En el segundo y tercero no se producen cambios con respecto al redactado actual y en el cuarto se añade que, antes de los cinco años de autorizada una misión militar en el exterior, el Gobierno deberá comparecer en la Comisión de Defensa "para hacer una evaluación de la misma".

En el quinto apartado se incorpora que, en la solicitud de autorización de una misión militar en el extranjero, "el Gobierno determinará el número de efectivos máximo necesario para la misma y el material aproximado para llevarla a cabo" y, en caso de que se produzca un incremento de tropas por encima de ese máximo "deberán ser aprobados con carácter previo a su envío por la Comisión de Defensa". El sexto apartado recoge que en caso de que no se haya solicitado la prórroga de la misión en el tiempo determinado para ello, "se considerará finalizada y la autorización dada en el pasado caducada", mientras que el séptima aborda el envío de material a zona de guerra (como ahora, Ucrania) y estipula que el Gobierno deberá pedir "autorización" al Congreso y "será con carácter anual". Finalmente, el último apartado impone al ministro de Defensa comparecer "anualmente" de forma "exclusiva y monográfica, al objeto de informar de la evolución de las misiones en el exterior autorizadas por la Cámara".

Joan Bagué (Junts) ha justificado la abstención de su grupo porque considera que es una iniciativa "oportunista" ya que ha criticado los "bandazos" que han ido dando los sucesivos gobiernos en las dos últimas décadas, con "cambios de prioridad", "falta de objetivos fijos" o "escasez de medios económicos", además de criticar los últimos encontronazos de Pedro Sánchez con países como Argelia o Israel. Luis Jesús Uribe (PNV) ha criticado la contradicción discursiva del PP ya que, en 2005, cuando se aprobó la Ley de Defensa Nacional, estaban en contra de dar un rol importante al Congreso, aunque ha defendido la "necesidad de un papel importante de una autorización del Congreso para misiones internacionales".

Miguel Dalmau (PSOE), en cambio, ha defendido el "no" de su partido porque considera que ahora PP va a usar a las Fuerzas Armadas como "ariete contra el Gobierno". "¿Tienen límites?", ha preguntado, después de recordar que el Gobierno de Mariano Rajoy envió en 2017 tropas al exterior (Letonia) sin la autorización del Congreso. "Nosotros hemos cumplido con esta ley a rajatabla", ha afirmado, tras acusar al PP de "no ayudar" a las Fuerzas Armadas.

Con esta, ya son 13 las leyes que ha enviado el Senado al Congreso, pero todas acaban paralizadas por la mayoría de PSOE y Sumar en la Mesa pese a que podrían tener fuerza para prosperar dado que Junts o PNV casi siempre se abstienen o las apoyan.