Gobierno
López Miras: «Iglesias y Rivera son muy jóvenes pero esconden modos muy viejos»
Pertenece a esa generación de políticos que no llega a los 40 años. Lleva muchos en la gestión pública y dice que «siempre se me ha valorado por el trabajo, no por la edad»
El presidente de Murcia pertenece a esa generación de políticos que no llega a los 40 años. Lleva muchos en la gestión pública y dice que «siempre se me ha valorado por el trabajo, no por la edad»
A sus 33 años, se convirtió en el presidente autonómico más joven de España después de que su antecesor, Pedro Antonio Sánchez, dimitiera por estar investigado. Licenciado en derecho y MBA en dirección y administración de empresas, siempre ha tenido vocación de servicio público y dice que le gusta jugar al fútbol cada semana con sus amigos de toda la vida.
–¿Cree que hay edad para entrar en política?
–Para entrar en política, si es para servir a los demás con generosidad, siempre es buena edad. Lo importante es tener algo que aportar a los demás. Yo invito a la gente a que se preocupe por los asuntos de su barrio, de su localidad, y que no dejen la gestión en manos de unos pocos, sino que participen en política, que traten de cambiar las cosas siempre para mejorar. Es cierto que soy el presidente más joven de nuestra democracia. Aparte de la cuestión anecdótica no le doy importancia. Llevo muchos años en la gestión pública, a cargo de importantes responsabilidades, y siempre se me ha valorado por el trabajo, no por la edad.
–¿Le hubiese gustado llegar al cargo de otra forma?
–Mi elección como presidente ha sido como la del resto, es decir; elegido en el parlamento regional, con normalidad democrática. Soy diputado de la lista más votada, la que eligieron los murcianos para gobernar. Es cierto que la elección vino precedida de la dimisión de un presidente, Pedro Antonio Sánchez, que dimitió para evitar en la Región de Murcia un tripartito contrario a los intereses de esta región, y que hubiera supuesto un desastre. Por otra parte, la gestión del gobierno anterior ha sido sobresaliente durante los dos primeros años de legislatura: hemos liderado el crecimiento económico, la creación de empleo, bajada de impuestos... Por lo tanto, mi gobierno se forma a mitad de una legislatura en una región que funciona.
–¿Siempre quiso ser político?
–Siempre he querido ser útil a los demás. Nací en la España autonómica, empapándome de la política en democracia. Creo que los que hemos disfrutado de este privilegio sabemos valorar la importancia de la libertad, de valores como la colaboración, la participación, la suma de ideas y trabajo para alcanzar objetivos. Y esos son los valores que voy a aplicar en mi Gobierno, dejo a otros el enfrentamiento y el ruido. Estoy orgulloso de trabajar por España con sentido de Estado. Siempre he tenido vocación de servicio público y siempre he participado en los movimientos sociales de mi municipio. Me acerqué al PP como cualquier joven con ganas de colaborar en la mejora de su entorno, en mi caso, en Lorca. Mi partido y mis compañeros han sido quienes han decidido en qué puestos podía ser más útil a mi región.
–¿Cree en la vieja y la nueva política?
–No, no creo en esos términos, pese a que estén de actualidad. Se ha demostrado que los que se autodenominan nueva política hacen en realidad política de la más vieja, y que en ocasiones rechazo: la del enfrentamiento, las descalificaciones personales, los intereses partidistas, etc. Son nuevos colores tapando viejos intereses. Curiosamente aquellos que se denominan nueva política en muchos casos llevan años dando tumbos por la política, de partido en partido, buscando acomodo. Otros proponen instaurar modelos fracasados, caducos, como el comunismo, eso tiene poco de nueva política. Tampoco creo que sea nueva política lo que en la Región de Murcia hicieron Ciudadanos y Podemos al tomar posesión de sus cargos, que fue reformar la Ley Electoral regional para obtener con los mismos votos, más diputados, y no pensar en primer lugar en iniciativas que sí preocupan a la gente y les afectan en su vida diaria. Mientras, el PP, al que algunos llaman de la vieja política, demuestra continuamente estar muy vivo, renovándose, mejorando sus prácticas, su compromiso...
–¿Cree que está de paso?
–Todos los políticos estamos de paso, ninguno, afortunadamente, ocupará un cargo de forma vitalicia. Otra cuestión es que algunas personas a lo largo de su vida desarrollen funciones de responsabilidad política más o menos tiempo, pero eso pasa cuando, en primer lugar, el partido considera que es una persona adecuada para ese puesto, y en segundo lugar y más importante, cuando los ciudadanos con su voto, cada cuatro años renuevan o no la confianza en los partidos y sus candidatos.
–¿Son los jóvenes menos permisivos con la corrupción? ¿O no es cuestión de edad?
–A las personas decentes nos repugna la corrupción, seamos más o menos jóvenes. El problema es que la corrupción causa un desapego hacia la política, una desconfianza, y eso es peligroso, porque encantadores de serpientes y vendedores de crecepelo embaucan a los jóvenes disfrazados de nueva política. Tenemos la obligación de devolverle a la juventud la confianza en los políticos responsables, decentes. Mi partido ha dado muestras de atajar de forma rotunda los casos de corrupción, y apoyaré que se aparte a cualquiera que haya actuado de forma ilícita o inmoral, pero no los juicios paralelos ni aniquilar la presunción de inocencia. Esto último los llevamos sufriendo demasiado tiempo en la Región de Murcia.
–¿La juventud en política está infravalorada o sobrevalorada?
–Actualmente cada vez aparecen líderes y políticos más jóvenes, yo creo que es algo que también ocurre en el ámbito empresarial, con los nuevos modelos de empresas de ámbito tecnológico. El ejemplo más reciente lo hemos visto en Francia, con Macron. Iglesias y Rivera son muy jóvenes, pero esconden modos e intereses muy viejos. Pero lo importante de un político es su capacidad de ayudar a mejorar su país, su región o su ciudad, y no tanto su edad.
–¿Es partidario de la limitación de mandatos?
–Creo que los políticos no deben creerse en posesión del cargo que ocupan, que en todo momento deben ser conscientes de que sirven a los ciudadanos, porque han sido puestos allí por ellos. La limitación de mandatos la deben establecer los ciudadanos en las urnas. Hay grandes alcaldes que llevan varias legislaturas con impecable gestión y dedicación, y otros que a las pocas semanas de su llegada han puesto patas arriba un municipio para mal.
–¿La experiencia es...?
–Siempre he trabajado con equipos que combinan la veteranía y la juventud. La experiencia es importante, claro que lo es. Es muy útil el conocimiento que te da lo vivido.
–¿Y la juventud?
–Y la juventud, en el sentido de ilusión, de energía, de empuje, también lo es. Reducirla a la fecha que indica un documento de identidad es simplista. La juventud te aleja del pasado y te acerca al futuro, con la preocupación de mejorarlo.
–¿Con la llegada de Podemos y Cs se ha caído en la política frívola?
–Creo que aquellos que han irrumpido vendiendo ser la solución a los problemas de la gente, ni tienen la solución, ni son los mejores para ponerlas en práctica. Y lo sé porque los he visto trabajar, los conozco bien. La gente debe decidir si quiere políticos que cumplen, que trabajan, y que saben gestionar, o si quieren show. La prudencia y la discreción deben ser cualidades del buen político. Quienes viven obsesionados por aparecer en televisión o en las portadas de los periódicos juegan a ser famosos, no a ser buenos políticos. Me siento tan alejado de unos como de otros.
–¿Estamos en una etapa de culto a la efebocracia?
–Es posible que sí a nivel publicitario, comercial, pero no creo que a nivel político. Es cierto que la imagen en política es importante, pero lo verdaderamente importante son las propuestas, el trabajo desarrollado, la buena gestión. Lo importante es la coherencia y cumplir los compromisos. Lo peligroso es sustituir la política por el marketing, como hacen Cs o Podemos, que actúan a la búsqueda de titulares, y no del bien común, aunque ese perseguir titulares constantemente les hace caer en enormes incoherencias, o en cambios de posición de forma constante. Desgraciadamente vivimos en un momento en el que el espectáculo prima, y otros, como Podemos, han creído que ofreciendo espectáculo y ruido van a conseguir unos cuantos votos. Los ciudadanos no son tontos, y saben muy bien qué les conviene y qué no.
–¿La regeneración es sinónimo de juventud?
–No tiene por qué. El ejemplo más claro el del Papa Francisco que pese a no ser un joven, ha llevado ideas renovadoras y que para muchos cristianos ha supuesto cierta modernidad. La regeneración tiene que ver con la mejora continua, con el deseo de superarse, no con la edad. No se trata de cambiar por cambiar, sino de renovar para mejorar.
–¿Qué añora de su vida de antes de sumergirse en la política?
–Siempre he tratado de mantener mis amigos, mi tiempo para mí, mi pareja, mi familia. La dedicación política siempre ha formado parte de mi vida. Ahora desempeñaré una tarea mucho más absorbente, para la que dedicaré todos los esfuerzos. Aún no me ha dado tiempo para añorar nada. Me llena absolutamente mi dedicación. Servir a mi Región y a España es y será lo más importante que haga en mi vida.
✕
Accede a tu cuenta para comentar