Política

Terrorismo

Los atentados de Nueva Zelanda “activan” grupos supremacistas y de extrema derecha

Además de justificar la acción criminal perpetrada contra los dos templos musulmanes, animan a seguir en esa línea

Los atentados de Nueva Zelanda “activan” grupos supremacistas y de extrema derecha
Los atentados de Nueva Zelanda “activan” grupos supremacistas y de extrema derechalarazon

Los atentados contra dos mezquitas en Nueva Zelanda, cometidos por un terrorista supremacista, además de fomentar, en las redes sociales, los deseos de venganza de los grupos yihadistas, han despertado la actividad de grupúsculos, no por pequeños menos peligrosos, de extrema derecha. Se trata, según fuentes consultadas por este periódico, de un fenómeno de “imitación” ante al que hay que estar alerta.

Además de justificar la acción criminal perpetrada contra los dos templos musulmanes, animan a seguir en esa línea con llamamientos en los que se califica de “enemigos a extinguir” a los que practican el Islam.

Incluso, en foros sociales abiertos (o cerrados a los que es difícil acceder) debaten sobre la posibilidad de cometer atentados al estilo de los actores (“lobos”) solitarios de las bandas yihadistas. En este caso, según la terminología que manejan los expertos antiterroristas, al ser de extrema derecha se les puede denominar directamente “lobos”, ya que hay precedentes al respecto.

Los objetivos no son sólo los musulmanes, sino cualquier organización que fomente la tolerancia entre religiones y que condene cualquier extremismo.

Utilizan los símbolos habituales de este tipo de grupos, entre ellos los de origen nazi. Llegan incluso a animar a que los que estén de acuerdo con ellos a se integren en las fuerzas armadas de sus países de origen.

Con el uso de un lenguaje extremadamente duro, proponen atacar a los refugiados y a los inmigrantes;y, en todo caso, expulsarlos de occidente. Comparten, en este sentido, manuales sobre el uso de armas y explosivos y las diferentes forma de planear ataques.

La primera ministra de Nueva Zelanda es objeto también de ataques y amenazas por su reacción ante los atentados contra las dos mezquitas.