Barcelona

Los Mossos: "Quienes nos insultan y agreden hace dos años nos tiraban flores"

Varios detenidos tras los graves incidentes con los radicales para evitar la toma de la Delegación del Gobierno en Barcelona y Lérida. Los agentes denuncian falta de medios mientras el presidente alienta las protestas.

Los Mossos d’Esquadra se vieron obligados a cargar contra los manifestantes en varias ocasiones. Más de 20 hogueras ardían anoche en Barcelona, como este fuego que atraviesan los agentes. Foto: Reuters
Los Mossos d’Esquadra se vieron obligados a cargar contra los manifestantes en varias ocasiones. Más de 20 hogueras ardían anoche en Barcelona, como este fuego que atraviesan los agentes. Foto: Reuterslarazon

Varios detenidos tras los graves incidentes con los radicales para evitar la toma de la Delegación del Gobierno en Barcelona y Lérida. Los agentes denuncian falta de medios mientras el presidente alienta las protestas.

El independentismo no parece dispuesto a dar ninguna tregua tras la sentencia. La jornada de ayer, precedida por el intento de asalto al Aeropuerto de El Prat, fue de menos a más: arrancó con cortes en la AP7, a la altura de Gerona, y acabó en una batalla campal en el centro de Barcelona. Barricadas o lanzamiento de objetos se convirtieron en las principales armas de los grupos violentos, que sembraron el caos en el corazón de la ciudad –paseo de Gràcia y la Avenida Diagonal sufrieron importantes destrozos–. Convocados por las entidades separatistas ante las sedes de las delegaciones del Gobierno en las capitales de provincia, los independentistas acudieron en masa y protagonizaron en todos los puntos enfrentamiento contra los Mossos d’Esquadra. Al cierre de esta edición, se contabilizaban tres detenidos en Barcelona y 74 heridos en toda Cataluña –37 en Barcelona; 19 en Gerona; 8 en Tarragona; 8 en Lérida y 2 en Sabadell–.Los Mossos se vieron nuevamente muy exigidos por las protestas, muy castigados durante todo el «procés»: si hace un par de años la policía catalana recogía las flores de la ciudadanía, en las últimas horas las tornas han cambiado y ahora solo lidian con la hostilidad del independentismo.

Así, tras algunos cortes de carretera anecdóticos comparados con los del día anterior, a mediodía saltaban las alarmas. Los Comités de Defensa de la República (CDR) convocaban a una manifestación ante las delegaciones del Gobierno. Miles de manifestantes respondían al llamamiento. Especialmente masiva y tensa fue la concentración en pleno corazón de la capital catalana. Con el centro prácticamente cortado y blindado, los Mossos d’Esquadra formaron un primer perímetro frente a los manifestantes y la Policía Nacional se colocó en la zona más próxima al edificio.

El lugar escogido en Barcelona para empezar la concentración, la confluencia de Diagonal con Paseo de Gràcia, es bien conocido. Suele ser el comienzo de las manifestaciones, independentistas o no, más violentas. De los barrios del norte de la ciudad bajan las columnas de grupúsculos antisistema fácilmente reconocibles, visten rigurosamente de negro.

Como era de esperar, frente a los Mossos, comenzó el lanzamiento de botellas y petardos. Poco antes de las ocho de la tarde, la policía catalana realizaba una primera carga leve para ahuyentar a los manifestantes a la espera de refuerzos. Los ánimos se fueron caldeando y, tras incorporarse al cordón la Policía Nacional, cargaban con dureza contra los manifestantes. Los movimientos de los agentes se produjeron después de que los Mossos advirtieran por megafonía, con poco éxito, a los manifestantes para que depusieran su actitud. Al cierre de esta edición persistía la manifestación y el caos, con barricadas y continuas provocaciones. Más de 20 hogueras ardían en el centro de Barcelona provocando grandes columnas de humo. Ante tales circunstancias, tan solo el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y la portavoz de la Generalitat, Meritxell Budó, lamentaron los incidentes y acusaron a grupos de personas «violentas» de causarlos. Quim Torra no se pronunció.

Discrepancias

Este clima de máxima tensión ha vuelto a reflejar que los Mossos d’Esquadra no son una prioridad para el Govern y, cuando «nos dan órdenes que no querían dar», lo único que hacen es buscar excusas, lo que hace un daño irreparable a este cuerpo. Es el mensaje, contundente, dirigido al director de los Mossos desde medios sindicales. Por otra parte, fuentes de las Fuerzas de Seguridad destinadas en Cataluña han informado a LA RAZÓN de que no se ha recibido ninguna en el orden en el sentido de cesar la colaboración entre las distintas unidades; todo lo contrario; y que la voluntad de los agentes es de apoyarse mutuamente en el mantenimiento de la seguridad para el bien de los ciudadanos.

El Sindicato de Policías de Cataluña (SPC) dirigió una dura misiva al director de los Mossos en la que denuncia las condiciones de los agentes durante los incidentes del lunes. Le recuerdan que tres de ellos resultaron heridos y le adjuntan la fotografía de una gran piedra de las lanzadas por los manifestantes. «Empezando por el Honorable Presidente, pasando por el peor consejero de la historia en Interior y, por supuesto, por el resto de responsables políticos del Departamento. Ninguno de ellos ha abierto la boca para interesarse por los agentes lesionados (tres) y para condenar la violencia de algunos manifestantes hacia vosotros (dicen al dirigirse a los agentes de la Brimo y de la Arro, encargados, entre otras misiones de evitar disturbios)»·. Lo ocurrido el lunes parece ser la gota que ha colmado el vaso, ya que el sindicato señala que, «lamentablemente, hace tiempo que el Cuerpo de Mossos, del que tanto se les llena la boca y dicen respetar y valorar, no es una prioridad para ellos». Y ponen de relieve lo que se ha demostrado en las últimas horas con las declaraciones emitidas desde la Generalitat, cuando se dice una cosa y la contraria: «Les molesta, tienen que hacer equilibrios y vemos luego cómo se excusan en legalidades que amparan las órdenes que tienen que dar, que no querrían dar. No son conscientes, o sí, pero les es indiferente, del mal que están causando a una Institución vital para Cataluña. Pero no lo conseguirán». Fuentes del sindicato informan de que en la carta detallan lo ocurrido en los disturbios; y denuncian los abusos en materia horaria y de descanso, incluyendo la falta de intendencia (comida y bebida) pese a las largas horas de trabajo.

«Los que formamos parte de esta familia sabemos lo que supone formar parte; ellos, pobres, no tienen ni idea ni tendrán nunca. Ni caso, nosotros somos profesionales a pesar de ellos, y lo seguiremos siendo cuando ya no estén», agrega la nota. Finalmente, recuerdan que «una buena parte de los que ahora os increpan, insultan, e incluso os agreden, le tiraban flores los furgones, le aplaudían y te abrazaban el pasado 17 de agosto de hace dos años. Esta profesión vocacional, la de servir a los demás y poner nuestras vidas en riesgo para proteger la de los demás, tiene estas contradicciones. Estimados y odiados en función de los intereses personales de cada uno».